sábado, 1 de abril de 2023

¿Y SI DIOS NO HUBIESE MUERTO Y SOLO ESTUVIESE ESCONDIDO?


 

¿Tienen sentido el mundo y la vida o ambos son absurdos y lo que hacemos para sobrellevarlo es autoengañarnos pensando que de toda situación absurda o desesperante se puede salir? Cuando Nietzsche sentenció que Dios había muerto, lo que venía a sustituirle era precisamente el absurdo, porque, como Wittgenstein escribió en su “Diario filosófico”, “Podemos llamar Dios al sentido de la vida, esto es, al sentido del mundo” . Pero, a pesar de que Albert Camus propuso que se viviera incluso después de admitir que la vida es absurda, resulta cuestionable que eso sea posible, salvo que reduzcamos la vida a un ejercicio de aturdimiento o más o menos elaborada evasión. Unamuno hacía su propuesta en otro sentido; decía: “Creer en Dios ante todo y sobre todo es querer que le haya” . Por tanto, cuando la realidad aparente nos muestre el absurdo y nos empuje hacia la generalización de que el conjunto de la vida participa de esa consideración, según Unamuno, y veremos que también según Ortega, de lo que se trata es de ir más allá de lo que se percibe y buscar el sentido oculto, escondido detrás de ese absurdo aparente.

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