viernes, 30 de septiembre de 2022

EL DESTINO DE LOS GRANDES HOMBRES

 

Pietro Vannucci : “Fortaleza y templanza con seis héroes antiguos”

“¿Hasta qué punto un pueblo sin grandes hombres sería verdaderamente un pueblo? Una raza —dice justamente Renan— es, ante todo, un molde de educación moral. Y ¿es ésta posible sin grandes hombres?” (Ortega y Gasset[1])

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“Nadie ignora que el significado originario de la palabra «musa» es ocio, y ocio en el sentido clásico quiere decir lo opuesto a trabajo útil; no es un no hacer, sino el trabajo inútil, el trabajo sin soldada ni material beneficio, el esfuerzo que dedicamos a lo irreal, a lo supremo. Yo tengo para mí que los grandes hombres han debido siempre mucho más a este ocio viril que a las musas de carne y hueso” (Ortega y Gasset[2]).

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“Los fines que tienen importancia, en la historia universal, tienen que ser fijados con energía, mediante la voluntad abstracta. Los individuos de importancia en la historia universal que han perseguido tales fines se han satisfecho, sin duda, pero no han querido ser felices” (G. W. F. Hegel[3]).

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 “Lo normal es (…) que el cachorro de grande hombre político tenga una juventud revuelta y atropellada, a veces tangente de la botaratería. Así Temístocles, Alcibíades, César, Mirabeau (…) La impulsividad, el activismo e inquietud constantes, la falta de escrupulosidad. Sobre éstas va a caballo el genio; sin esas capacidades psicofisiológicas, que son como fuerzas brutas y poderes elementales —demoníacos, diría un antiguo—, no hay grande hombre político (…) Cabe no desear la existencia de grandes hombres, y preferir una humanidad llana como la palma de la mano; pero si se quieren grandes hombres, no se les pidan virtudes cotidianas” (Ortega y Gasset[4]).

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“¿Qué decía el Maestro Eckhart? ‘Por eso ha dispuesto Dios que la miseria del pecado recayera con más frecuencia precisamente sobre aquellos hombres que quiso destinar a grandes cosas” (Carl G. Jung[5]).



[1] Ortega y Gasset: “Personas, obras, cosas”, O. C. Tº 1, p. 531.

[2] Ortega y Gasset: “Personas, obras, cosas”, O. C. Tº 1, p. 556.

[3] G. W. F. Hegel: “Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal”, Madrid, Alianza, 1982, p. 88.

[4] Ortega y Gasset:: “Mirabeau o el político”, O. C. Tº 3, pp. 622-623.

[5] Carl G. Jung: “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, p.207.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

“LAS ÚNICAS IDEAS VERDADERAS: LAS IDEAS DE LOS NÁUFRAGOS” (ORTEGA Y GASSET)

 

JEAN LOUIS THÉODORE GÉRICAULT - La Balsa de la Medusa

“Estas son las únicas ideas verdaderas: las ideas de los náufragos” (Ortega y Gasset[1]).

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“Allí donde y cuando nacemos o después de nacer estemos, tenemos, queramos o no, que salir nadando” (Ortega y Gasset[2]).

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 “El que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente” (Ortega y Gasset[3]).

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“Todo lo valioso que el hombre ha hecho lo ha hecho porque se ha sentido perdido y como sin remedio, y viceversa, todas sus desgracias y desastres vinieron siempre de que un día se creyó demasiado seguro” (Ortega y Gasset[4]).

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“Lo que vale más es lo que está siempre en mayor peligro” (Ortega y Gasset[5]).

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“Encontrarse viviendo es encontrarse irrevocablemente sumergido en lo enigmático” (Ortega y Gasset[6]).

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“Hay temperamentos que al contacto con el peligro aumentan su vitalidad. Son los mejores” (Ortega y Gasset[7]).

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“La vida, individual o colectiva, personal o histórica, es la única entidad del universo cuya sustancia es peligro”  (Ortega y Gasset[8]).

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“El alerta sin el cual los humanos no pueden, no tienen derecho a vivir” (Ortega y Gasset[9]).



[1] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4, pág. 254.

[2] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C., Tº 7, pág. 102.

[3] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4, pág. 254.

[4] Ortega y Gasset: “La razón histórica”, O. C., Tº 12, pág. 316.

[5] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C., Tº 7, pág. 346.

[6] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C., Tº 12, pág. 199.

[7] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº VI, O. C., Tº 2, pág. 538.

[8] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4º, pág. 194.

[9] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C., Tº 7, pág. 189.

lunes, 26 de septiembre de 2022

LA META DEFINITIVA DE LA VIDA SIEMPRE ESTARÁ MÁS ALLÁ


 

Hay muchos ejemplos en la historia de cómo ni siquiera la gente más poderosa o la más rica o la que ha tenido acceso a más placeres… ha conseguido, sin embargo, ser feliz, y, llegado un momento, se deja vencer por la decepción y el sentimiento de fracaso. “No hay nada que hacer, se dicen estas personas: lo que he estado haciendo en mi vida con todos mis esfuerzos y a través de todas mis conquistas es ir retrasando el inevitable momento del desistimiento; ninguno de los logros de mi vida me ha llevado a la felicidad”. Pero ¿y si lo que pasa es que mirar de ese modo la vida y sus objetivos supone un error de perspectiva? ¿Y si la vida fuera una función no de nuestros logros, sino del hecho de “estar en marcha”?

viernes, 23 de septiembre de 2022

LAS FORMAS SON UN MOMENTO DE REPOSO EN EL TRANSITAR DEL UNIVERSO HACIA TODAVÍA MÁS ALLÁ

 

M. C. Escher: "Reptiles"

“La forma es un movimiento detenido” (Ortega y Gasset[1]).

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“La quietud está llena de movimiento retenido como la vaina de espada” (Ortega y Gasset[2]).

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“Porque hay en cada cosa una aspiración a ser más que materia, a ser lo que los físicos llaman fuerza viva” (Ortega y Gasset[3]).

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“Cuanto en la naturaleza no parece ser movimiento, lo es en realidad. Hemos entendido o explicado un fenómeno cuando hemos descubierto su expresión foronómica, su fórmula de movimiento” (Ortega y Gasset[4]).

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 “La auténtica plenitud vital no consiste en la satisfacción, en el logro, en la arribada. Ya decía Cervantes que ‘el camino es siempre mejor que la posada’ ” (Ortega y Gasset[5]).

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 “La motivación es considerada como un estado de tensión que nos incita a buscar el equilibrio, la paz, la adaptación, la satisfacción y la homeostasis. En el marco de esta concepción del hombre la personalidad no es otra cosa que el modo y manera de disminuir nuestras tensiones (…) (Pero lo característico de la tendencia auténticamente humana es que) no está de ninguna forma orientada al equilibrio ni a la disminución o anulación de tensiones, sino más bien a lo contrario” (Viktor E. Frankl[6]).



[1] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº VII, “Obras Completas”, Tº 2, pág. 590.

[2] Ortega y Gasset: Prólogo a “Veinte años de caza mayor”, del conde de Yebes, O. C., Tº 6, pág. 456.

[3] Ortega y Gasset: “La estética de ‘El enano Gregorio el Botero’”, O. C. Tº 1, pág. 540.

[4] Ortega y Gasset: “España invertebrada”, O. C., Tº 3, pág. 52.

[5] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4º, pág. 159.

[6] Viktor E. Frankl citando a Gordon W. Allport: “Ante el vacío existencial. Hacia una humanización de la psicoterapia”, Barcelona, Herder, 1980, pp. 43-44.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

LA VIDA DA MUCHO QUEHACER (EN EL MUNDO)


     “La vida es precisamente un inexorable ¡afuera!, un incesante salir de sí al Universo (…) Es (el hombre) un dentro que tiene que convertirse en un fuera” (Ortega y Gasset[1]). 

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 “Vivir significa tener que ser fuera de mí” (Ortega y Gasset[2]).

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     “(En la terapia de la neurosis) lo que importa es la entrega a una tarea, quiero decir, a una tarea personal y concreta que debe ir perfilándose y aclarándose en el decurso del correspondiente análisis existencial” (Viktor E. Frankl(3)).

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      “Si en los momentos de infelicidad, cuando el mundo nos parece vacío y todo sin sugestiones, nos preguntan qué es lo que más ambicionamos, creo yo que contestaríamos: salir de nosotros mismos, huir de este espectáculo del yo agarrotado y paralítico” (Ortega y Gasset[4]).

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 “La vida no es un estar ahí ya, un yacer, sino un recorrer cierto camino; por tanto, algo que hay que hacer —es la línea total del hacer de un hombre” (Ortega y Gasset(5))



[1] Ortega y Gasset: “Unas lecciones de Metafísica”, O. C. Tº 12, Madrid, Alianza, 1983, p. 140.

[2] Ortega: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, p. 106

[3] Viktor E. Frankl: “Ante el vacío existencial. Hacia una humanización de la psicoterapia”, Barcelona, Herder, 1980, p. 53.

[4] Ortega: “El Espectador”, Vol. I, O. C. Tº 2, pág. 82

[5] Ortega y Gasset: “Sobre las carreras”, O. C. Tº 5, p. 167.

lunes, 19 de septiembre de 2022

POR QUÉ DON QUIJOTE SE ENAMORÓ DE DULCINEA ANTES DE CONOCERLA

 

Álvaro Reja: "Quijote" (www.https://www.alvaroreja.es/)

    “La palabra “inventar” deriva del latín invenire y significa “encontrar”, y de ahí, encontrar algo “buscándolo”. En el último caso, la propia palabra insinúa cierto conocimiento anticipado de lo que se va a encontrar” (Carl Gustav Jung[1]).

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    “No es la inteligencia sino la voluntad la que nos hace el mundo, y al viejo aforismo escolástico de nada se quiere sin haberlo antes conocido’, hay que corregirlo con un nada se conoce sin haberlo antes querido’” (Miguel de Unamuno (2)).

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    “Yo me pregunto: ¿amamos lo que amamos porque lo hemos visto antes o en algún serio sentido cabe decir que vemos lo que vemos porque antes de verlo lo amábamos ya? (…) Para ver (…) es preciso fijarse. Pero fijarse es precisamente buscar el objeto de antemano, y es como un preverlo antes de verlo. A lo que parece, la visión supone una previsión (…) Es la atención. Sin un mínimum de atención no veríamos nada. Pero la atención no es otra cosa que una preferencia anticipada, preexistente en nosotros, por ciertos objetos. Llevad al mismo paisaje un cazador, un pintor y un labrador: los ojos de cada uno verán ingredientes distintos de la campiña; en rigor, tres paisajes diferentes (…) No somos, pues, en última instancia, conocimiento, puesto que este depende de un sistema de preferencias que más profundo y anterior existe en nosotros” (Ortega y Gasset[3]).


[1] Carl G. Jung: “El hombre y sus símbolos”, Madrid, Aguilar, 1979, p. 79.

[2] Miguel de Unamuno: “Vida de Don Quijote y Sancho”, Madrid, Alianza, 1987, p. 115.

[3] Ortega y Gasset: “Corazón y cabeza”, O. C. Tº 6, pp. 150 a 152.


domingo, 18 de septiembre de 2022

Por qué hemos de estar AGRADECIDOS A NUESTROS DEFECTOS


 El primer paso, claro está, es reconocer nuestros defectos, reconocerlos como propios, aceptarlos. Pero no se trata de amar nuestros defectos o de aceptarlos pasivamente, sino de utilizarlos como palanca, porque alcanzar las virtudes que nos permitan superarlos exige sacar de nosotros la energía y fortaleza necesarias con las que hacerlo. Por eso decía Jung que si perdiéramos nuestros complejos perderíamos algo valioso, porque en ellos, paradójicamente, encontramos el acicate para superarnos combatiéndolos. El sentimiento de inferioridad, diría Adler por su parte, es el fundamento de nuestro intento de alcanzar lo superior, pasar del sentimiento de insignificancia, en fin, al estrato superior en el que consigamos ser significativos.

Para ampliar las reflexiones aquí expuestas puedes ver también:
"Cuándo la vida es absurda y cuándo cobra sentido": https://studio.youtube.com/video/lTgK...
"Según Ortega estamos obligados a hacer que nuestra vida tenga sentido":
https://studio.youtube.com/video/oOd-...https://studio.youtube.com/video/F6Ql...

miércoles, 14 de septiembre de 2022

¿DIOS HA MUERTO?

 

    “¡Dios ha muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos? Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos. ¿Quién nos lavará esa sangre? (…) ¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros? ¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ella? (…) ¿Pues, qué son ahora ya estas iglesias, más que las tumbas y panteones de Dios?” (Friedrich Nietzsche[1]).

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    “Dostoievski escribe: ‘Si Dios no existiera, todo estaría permitido’. Este es el punto de partida del existencialismo. En efecto, todo está permitido si Dios no existe y en consecuencia el hombre está abandonado (…) no encontramos frente a nosotros valores u órdenes que legitimen nuestra conducta (…) Estamos solos, sin excusas. Es lo que expresaré diciendo que el hombre está condenado a ser libre” (Jean-Paul Sartre[2]).

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    “Cuando alguien llega a la extraña idea de que Dios ha muerto, o de que no existe en absoluto, la imagen psíquica de Dios, que representa una determinada estructura dinámica y psíquica, retorna al sujeto y genera ‘semejanza con Dios’, es decir, todas aquellas características propias de los hombres locos que conducen a catástrofes” (Carl Gustav Jung[3]).

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    “Antes de que el demonio de la Filosofía, el extraño demonio que hizo huir a todos los demás, tomara posesión del hombre, la tierra estaba llena de Dioses, de ángeles; estaba habitada y llena de sentido” (María Zambrano[4]).

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    “Los dioses han sido,  pueden  haber  sido  inventados, pero no la matriz de donde han surgido un día” (María Zambrano[5]).

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    “Decir que no hay dioses es decir que las cosas no tienen, además de su constitución material, el aroma, el nimbo de una significación ideal, de un sentido” (Ortega y Gasset[6]).



[1] Friedrich Nietzsche: “La Gaya Ciencia”, parágrafo 125.

[2] Jean-Paul Sartre: “El existencialismo es un humanismo”, Barcelona, Orbis, 1984, pp. 68-69.

[3] Carl Gustav Jung: “Después de la catástrofe”, en “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, p. 206.

[4] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Barcelona, Planeta De Agostini, 2011, p. 92.

[5] María Zambrano: “El hombre y lo divino”, México, Fondo de cultura Económica, 1973, p. 32.

[6] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Vol. I, O. C. Tº 2, Madrid, Alianza, 1983, p. 58

lunes, 12 de septiembre de 2022

EL SUEÑO, SUCEDÁNEO DE LA MUERTE

 

     La vida, y consiguientemente la salud, sería el esfuerzo (el dinamismo, la expansión) que oponemos a la inercia primordial, la que desde que nace empuja al bebé a regresar al sueño, a la retirada de ese mundo en el que ha aterrizado, para volver a la paz de la inexistencia. La muerte llegaría por abandono de ese esfuerzo que significa vivir, es decir, por desistimiento, por rendición a aquella inercia primordial (no voluntariamente, claro; o no necesariamente). Y la enfermedad sería una etapa en ese camino regresivo hacia la muerte (en ella todavía hay lucha: la enfermedad es también el intento que el organismo lleva a cabo para recuperar la salud). Podemos adaptar la idea de Cioran de que “el mal es abandono”[1] e incluir también la enfermedad como abandono del esfuerzo vital para regresar a la paz del sueño, a la inercia primordial, a la inexistencia. El mismo intento de regresión al que, en un momento de desánimo, se refería León Felipe en el poema que decía: “Señor del Génesis y el Viento... / vuélveme al silencio y a la sombra, / al sueño sin retorno y a la Nada infinita... / No me despiertes más”[2]. O Miguel de Unamuno por boca de su personaje San Manuel Bueno: “¡Qué ganas tengo de dormir, dormir, dormir sin fin, dormir por toda una eternidad y sin soñar!, ¡olvidando el sueño!”[3]. Asimismo, un espíritu poco vivaz como Sancho Panza reflexionaba de esta manera: “Bendito el que inventó el sueño, capa que cubre todos los pensamientos humanos, manjar que quita el hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor y, en fin, moneda universal con que se compran todas las cosas, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al tonto con el juicioso. Sólo una cosa mala tiene el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia”[4]. Don Quijote, más vivaz, le contestaba: “–Duerme tú, Sancho, que naciste para dormir –respondió don Quijote–, que yo (…) nací para velar”[5]. Como intuye Sancho, abandonarse a la inercia del dormir, una vez que se sobrepasa cierto umbral, es desistir del esfuerzo de vivir, “pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia”. Y es asimismo una manera de invocar a la enfermedad, que es un paso intermedio.



[1] Emil M. Cioran: “El ocaso del pensamiento”, Barcelona, Tusquets, 2000, p. 14.

[2] León Felipe: “Obras Completas”, Buenos Aires, Losada, 1963, p. 386

[3] Miguel de Unamuno: “San Manuel Bueno, mártir”, Madrid, Akal, p. 51.

[4] Miguel de Cervantes: “Don Quijote de la Mancha”, Barcelona, Destino, 2015, p. 975.

[5] Miguel de Cervantes: “Don Quijote de la Mancha”, Barcelona, Destino, 2015, 976

sábado, 10 de septiembre de 2022

LA SALUD ES LA CAPA QUE SE SUPERPONE A LA ENFERMEDAD, EN LA CUAL RADICA

 

     Ernst Josephson (1851-1906). David curando a Saúl con música (1878). 

     "El mal es abandono; el bien, un cálculo inspirado" (Cioran[1]).

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     “La enfermedad fue sin duda el fondo de todo impulso creativo; creando podía sanar, creando recobré la salud” (Soren Kierkegaard[2]).

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     “No tardará la terapéutica en usar metódicamente las impresiones poéticas y, en general, artísticas como medicina para curar enfermedades corporales” (Ortega y Gasset en 1920[3]).

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     “La carencia de sentido impide la plenitud de la vida y significa por ello enfermedad. El sentido hace muchas cosas, quizás todas, más soportables” (Carl G. Jung[4]).

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     “No consiste tanto el progreso (la evolución) en expulsar de nosotros los gérmenes de las enfermedades, o más bien las enfermedades mismas, cuanto en acomodarlas a nuestro organismo, enriqueciéndolo tal vez, en macerarlas en nuestra sangre” (Miguel de Unamuno[5]).

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     “Todo lo que somos positivamente lo somos gracias a alguna limitación. Y este ser limitados, este ser mancos, es lo que se llama destino, vida. Lo que nos falta y nos oprime es lo que nos constituye y nos sostiene.” (Ortega y Gasset[6]).



[1] Emil M. Cioran: “El ocaso del pensamiento”, Barcelona, Tusquets, 2000, p. 14.

[2] Kierkegaard citado en Philippe Brennot: “El genio y la locura”, Ed. Punto de Lectua, 2000, p. 200.

[3] Ortega y Gasset en 1920)“El Espectador”, Tº III. Espasa Calpe, Madrid, 1966, pág. 94, nota

[4] Carl G. Jung: “Recuerdos, sueños, pensamientos”, Barcelona, Seix Barral, 1981, p. 345.

[5] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa-Calpe, 1967,  pág. 24

[6] Ortega y Gasset: “Vicisitudes en las ciencias”, O. C. Tº 4, p. 68.


jueves, 8 de septiembre de 2022

CUÁNDO LA VIDA ES ABSURDA Y CUÁNDO COBRA SENTIDO. QUÉ NOS DICE AL RESPECTO LA FILOSOFÍA


 

     La vida es absurda y es un asco y es injusta cuando el esfuerzo que significa vivir no tiene ninguna finalidad, ningún propósito hacia los que dirigirse. El mito de Sísifo, que fue condenado por los dioses a subir una y otra vez una pesada piedra a la montaña que irremediablemente volvía a caer en cuanto Sísifo llegaba a la cima, es el prototipo de una vida que no tiene sentido. ¿Qué hacer entonces, cuando la vida se nos muestra como absurda? Se hace preciso encontrar una tarea a la que dedicarla, o también, tener una o unas personas sobre las que volcarse. El trabajo y el amor son los dos medios que existen para a través de ellos descubrir que la vida tiene sentido.

martes, 6 de septiembre de 2022

QUÉ SIGNIFICA QUE HAYA ALGO EN LUGAR DE NADA

 

Marcel Duchamp: "Fuente"

    ¿Existe algo, alguna realidad de la que partir y encontrar en ella fundamento o, como dice Nietzsche, todo es interpretación? ¿Cómo diferenciar una interpretación de un desvarío, una alucinación o un delirio? “Vaca” o “molino de viento” también son, efectivamente, interpretaciones de algo que en otros ámbitos culturales tuvo otro significado. Y “vaca sagrada”, aunque respeta la “materialidad” de la vaca, puede que esté cerca de ser una alucinación. Y para acabar de liarnos, el gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez… ¿Dónde está la realidad si, por ejemplo, la física cuántica ha constatado, por lo “visto”, que la mesa sobre la que escribo, si descendemos al nivel microcósmico, está hecha de espacios vacíos?

     En un lado (en el extremo) del problema, y puesto que no habría una realidad de partida sobre la que fundamentarse, estaría el “todo está permitido” del Karamazov de Dostoievski: vale igual cualquier interpretación, incluida la de “Fuente” para el urinario de Marcel Duchamp Porque es que al final, en “realidad” no habría nada, y todo lo que hemos construido sería una interpretación de esa nada.  La Nada sería la “realidad” radical. Por eso el arte moderno transita hacia la descomposición, el caos y el detritus, porque, según esta línea argumental, es lo que al final de toda construcción, de toda interpretación, de toda creencia nos espera.



     En el otro extremo del problema parece que habría algo que se podría salvar de esa Nada primordial y radical, y, consiguientemente, del “todo vale”“todo está permitido”, y es la universal propensión a transitar desde lo peor hacia lo mejor. Cuando el universo va ganando en complejidad y evoluciona de acuerdo con el principio de belleza está recorriendo algunos de los tramos de eso que transcurre entre lo peor y lo mejor. Cuando, por el contrario, Duchamp convierte un urinario en una obra de arte , lo que ha hecho es transitar desde lo mejor hacia lo peor, desde “algo” hacia la descomposición, el caos, el detritus… y finalmente, la Nada. Eso otro que transita desde lo peor hacia lo mejor es el sentidoJean Grondin dice en esta misma línea: “La tensión hacia el Bien, hacia lo mejor, hacia la sobrevivencia es así inmanente a la vida”[1]. Y Ortega“Si en su conjunto y totalidad carece de sentido el vivir, es decir, que se vive para nada, todas las justificaciones interiores a mi vida que hallo para sus actos son un error de perspectiva. Se impone un cambio radical en ésta, se impone otra perspectiva”[2]. Karamazov estaría inclinado a pensar que vivimos para Nada, y puesto que no hay propósitos, “todo está permitido”, todo da igual. Pero se puede cambiar de perspectiva y pensar que vivimos para alcanzar lo mejor, lo que tiene incorporado el sentido. O como también dice Ortega“El hecho humano es precisamente el fenómeno cósmico del tener sentido”[3].


    

[1] Jean Grondin: “Del sentido de la vida. Un ensayo filosófico”, Barcelona, Herder, 2011, p. 79

[2] Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”. Obras Completas, Tomo 5, Alianza, Madrid, 1983, pág. 118.

[3] Ortega y Gasset: “Las Atlántidas”, O. C., Tº 3º, p. 310.