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lunes, 6 de mayo de 2024

NI CONTIGO NI SIN TI TIENEN MIS MALES REMEDIO. Contigo porque me matas y sin ti porque me muero

 

   Consciente de mis límites, creí de nuevo haber llegado a las raíces del tiempo. Suficientemente tonificado por la inmersión en mis rutinas, me disponía ya a olvidar todo lo que alguna vez eché de menos. Mis pensamientos yacían ordenados después de despojarlos de todos sus aditamentos de irrealidad.

   Me habría quedado allí si no hubiera sido por aquel desagradable acceso de aburrimiento y tristeza que me sobrevino.

   Así que aquella misma mañana salí de nuevo de aventura, en busca de otros paisajes interiores. Dejé en suspenso todo menos el tiempo, que una vez más volvió a fluir por los cauces desecados de mi imaginación. Y esparcí las semillas de mi entusiasmo por los campos abonados de todo lo que me quedaba por descubrir.

   Habría seguido así si no hubiera sido porque una intensa desazón me hizo darme cuenta de que me había alejado de todos los lugares a los que merecía la pena regresar.

    Así que...

   Consciente de mis límites, creí de nuevo haber llegado a las raíces del tiempo...

jueves, 18 de abril de 2024

VEAMOS POR QUÉ EL MISTERIO ES UNA DERIVADA DEL CHISTE

Dice Georges Ifrah en su “Historia universal de las cifras” que el número al que llama “googol”, 10 a la 100, es decir, un 1 seguido de cien ceros, trasciende todos los límites del mundo real. Explica Ifrah: “La distancia que nos separa del planeta Venus, medida en angstroms (millonésimas de milímetro), vale 10 a la 27 (...) El número de granos de arena que podría contener el volumen de la Tierra (…) sería 10 a la 31. ¡Cantidad absolutamente despreciable si se compara con el googol! (…) De hecho tendríamos que alcanzar el volumen total del universo en milímetros cúbicos (...) para superar el googol” [1]. Pensar en este número sería una manera de acondicionar la mente a fin de prepararla para acoger en ella a Dios, que tampoco tiene nada que ver con la realidad; o dicho de otra forma, que tiene que ver con la realidad, sí, pero manifestándose como Nada; es decir, como Infinito, que, de las dos formas, es lo que se sale de los bordes de lo real. Por eso dice Unamuno: “En cuanto tratamos de definirlo (a Dios), nos surge la nada”[2]. El googol, esa medida capaz de salirse de las fronteras de lo real ¿es todo o es nada? Tendría, pues, razón Machado cuando poéticamente llega a las siguientes conclusiones:

“El hombre es por natura la bestia paradójica,
un animal absurdo que necesita lógica.
Creó de nada un mundo y, su obra terminada,
‘Ya estoy en el secreto –se dijo–, todo es nada’.”[3]



[1] Georges Ifrah: “Historia Universal de las Cifras”, Madrid, Espasa, 2002, pp. 1.068-1069.

[2] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, pág. 129.

[3] Antonio Machado: “Proverbios y cantares”, en “Poesías Completas”, Madrid, Espasa-Calpe, 1981, p. 221

martes, 16 de abril de 2024

EL CHISTE Y SU RELACIÓN CON EL MISTERIO

 

LO QUE LAS CONTRADICE ES UNA LATENCIA DE LAS COSAS MISMAS. POR ESO, DONDE ALCANZAN SU PLENITUD CORREN EL PELIGRO DE PERDERSE EN LA NADA. 

Chistoso ¿no? “Cuando rozo el misterio sin poder reírme de él, me pregunto para qué sirve esa vacuna contra lo absoluto que es la lucidez”, deduce consecuentemente Cioran[1]. Y también Nietzsche: “¡Y sea falsa para nosotros toda verdad en la que no haya habido una carcajada!”[2].

Y Ortega aporta esto al tema: “El mal humor es estéril. Todas las grandes épocas han sabido sostenerse sobre el abismo de miseria que es la existencia, merced al esfuerzo deportivo de la sonrisa. Por eso los griegos pensaban que el oficio principal de los dioses era sonreír y hasta reír. El rumor olímpico es, por excelencia, la carcajada (…) (Por el contrario) todas las potencias del mal están muy interesadas en instaurar donde quiera el mal humor. Saben que un pueblo donde el mal humor se establezca es un pueblo destruido, aventurado, pulverizado”[3].



[1] E. M. Cioran: “Silogismos de la amargura”, Barcelona, Tusquets, 1997, p. 99

[2] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 291

[3] Ortega y Gasset: “Bronca en la física”-O. C.-Tº 5-pp. 275-76.

jueves, 28 de marzo de 2024

SÍSIFO

–¿Y esto era todo?  

Todavía jadeante, observaba cómo su estado de ánimo iba pasando ineluctablemente desde la perplejidad hacia el despecho. Nadie le respondió. Y es que las cimas son lugares deshabitados e inhóspitos. Debería haber previsto que allí estaría solo. “Cuando estoy arriba –decía en esa misma situación Nietzsche a Zaratustra–, siempre me encuentro solo. Nadie habla conmigo, el frío de la soledad me hace estremecer”[1].

Tanta ilusión, tanta determinación, tanto esfuerzo... ¿Y ahora, qué? “¿Y ahora, qué?”. Nunca nadie ha sido capaz de traspasar definitivamente los límites adscritos a esta inquietante pregunta. Desde luego, Sísifo tampoco lo consiguió. Y es que “Nadie va más allá de sus tinieblas, y el hombre no camina más lejos que su sombra” (León Felipe[2]). Los dioses, como tienen por costumbre, se mostraron indolentes ante sus lamentos. Aún permaneció un rato aturdido, indeciso, sumido en la incertidumbre. Por fin, cuando ya estaba a punto de caer en la desesperación, consiguió reaccionar. Se levantó, apoyó sus manos en la enorme piedra que acababa de subir y optó por la única solución que, una vez más, logró encontrar: presionó con ahínco sobre la piedra hasta ver cómo de nuevo rodaba montaña abajo…

Viendo esta historia repetirse muchas veces, Lao Tsé pudo concluir: “El que camina por el llano sendero del Tao parece subir y bajar”[3].



[1] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, pág. 73

[2] León Felipe: “Obras Completas”, Buenos Aires, Losada, pág. 161

[3] “Tao te king” –Ed. Olañeta–, pág. 63

viernes, 28 de julio de 2023

LA VIRTUD ES UNA SUBLIMACIÓN DEL PECADO


“La creación de valores morales es, en definitiva, consecuencia de sentimientos y consideraciones inmorales” (F. Nietzsche[1]).

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“Rómpete para ser entero. Retuércete para ser recto” (Lao Tsé[2]).

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“Pues ¿qué haría, amigo Rubín, el principio del bien si no tuviera perennemente ante sí el fantasma del mal? Yo creo que la lubricidad está puesta en el mundo únicamente para dar ocasión a que algunos hombres severos sean castos. La tentación de la manzana paradisíaca es el embrión de la historia universal. La experiencia de la virtud sólo es posible por el vicio. Este es, a mi entender, el hondo sentido que orienta el dogma cristiano del pecado original” (Ortega y Gasset[3]).

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“Junto a la conciencia malvada ha crecido hasta ahora todo saber” (Friedrich Nietzsche[4]).

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“La auténtica bondad es como agua (…) Va directa a los bajos lugares repugnantes, y encuentra su camino” (Lao Tsé[5]).

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“¡Y se gana la luz desde el infierno!” (León Felipe[6]).



[1] F. Nietzsche: “La voluntad de poderío”, Madrid, Edaf, 1980, pág. 160

[2] Lao Tsé: “Tao te king”, Barcelona, Olañeta, 2005, pág. 39

[3] Ortega y Gasset: “Teoría del clasicismo”, O. C. Tº 1, p. 74.

[4] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, pág. 278

[5] Lao Tsé: “Tao te king”, Barcelona, Olañeta, 2005 pág. 23.

[6] León Felipe: “Obras Completas”, Buenos Aires, Losada, 1963, pág. 285

lunes, 19 de junio de 2023

LA MATERIA PRIMA DEL UNIVERSO ES LA PARADOJA

 

Escher: "Sube y baja"

“Los contrarios es lo que se encuentra en cuanto se inicia un análisis desintegrador. ¿Es que son ellos, acaso, los que forman el universo, la realidad?” (María Zambrano[1]). 

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“La vida (...) es contradicción” (Miguel de Unamuno[2]).

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“Siempre que el entendimiento humano quiere aprender algo que, en último análisis, no comprende ni puede comprender, para captar algunos aspectos de la cosa debe (si es sincero) someterse a una contradicción y escindir el objeto en sus apariencias opuestas” (Carl Gustav Jung[3]).

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“Es una cosa extraña, pero la paradoja es uno de los máximos bienes espirituales; la claridad, en cambio, es signo de debilidad (…) Únicamente la paradoja es capaz de abarcar, de forma aproximada, la inmensidad de la vida. En cambio, la claridad y la falta de contradicción no tienen más que un sentido y, por ello, resultan inadecuadas para expresar lo inconcebible” (Carl Gustav Jung[4]).

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“El hombre no tiene más remedio que aprender a (…) sentirse a la par mudable y eterno” (Ortega y Gasset[5]).

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“Al alcanzar una forma su máximo se inicia su conversión en la contraria” (Ortega y Gasset[6]).



[1] María Zambrano: “La agonía de Europa”. Mondadori. Madrid.  1988. p. 75

[2] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 18.

[3] Carl G. Jung: “Los complejos y el inconsciente”, Alianza, pág. 33

[4] Carl Gustav: “Psicología y Alquimia”, Barcelona, Plaza y Janés, 1977, p. 36

[5] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº VIII, O. C., Tº 2, p. 728.

[6] Ortega y Gasset: “La deshumanización del arte”, O C. Tº 3, p. 370.

miércoles, 22 de marzo de 2023

LA VIDA CONSISTE EN CONJUGAR PARADOJAS

 

“La triste verdad es que la auténtica vida del hombre consiste en un complejo de oposiciones inexorables: día y noche, nacimiento y muerte, felicidad y desgracia, bueno y malo. Ni siquiera estamos seguros de que uno prevalecerá sobre el otro, de que el bien vencerá al mal o la alegría derrotará a la tristeza. La vida es un campo de batalla. Siempre lo fue y siempre lo será, y si no fuera así, la existencia llegaría a su fin” (Carl Gustav Jung[1]).

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“La civilización del siglo XIX es de índole tal que permite al hombre-medio instalarse en un mundo sobrado, del cual percibe sólo la superabundancia de medios, pero no las angustias (…) Este desequilibrio le falsifica, le vicia en su raíz de ser viviente haciéndole perder contacto con la sustancia misma de la vida, que es absoluto peligro, radical problematismo. La forma más contradictoria de la vida humana que puede aparecer en la vida humana es el «señorito satisfecho». Por eso, cuando se hace figura predominante, es preciso dar la voz de alarma y anunciar que la vida se halla amenazada de degeneración, es decir, de relativa muerte. Según esto, el nivel vital que representa la Europa de hoy es superior a todo el pasado humano; pero si se mira el porvenir, hace temer que ni conserve su altura ni produzca otro nivel más elevado, sino, por el contrario, que retroceda y recaiga en altitudes inferiores” (Ortega y Gasset[2]).



[1] Carl Gustav Jung: “El hombre y sus símbolos”, Barcelona, Caralt, 1977, p. 83.

sábado, 4 de marzo de 2023

Aunque la meta de la vida consiste en alcanzar seguridad y certeza PARA EMPEZAR, TODO ES INSEGURO

 

“Allí donde y cuando nacemos o después de nacer estemos, tenemos, queramos o no, que salir nadando” (Ortega y Gasset[1]).

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“Estas son las únicas ideas verdaderas: las ideas de los náufragos” (Ortega y Gasset[2]).

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“El que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente” (Ortega y Gasset[3]).

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“El hombre de cabeza clara es el que (…) mira de frente la vida, y se hace cargo de que todo en ella es problemático, y se siente perdido (…) El que lo acepta ya ha empezado a encontrarse” (Ortega y Gasset[4]).

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“Hay temperamentos que al contacto con el peligro aumentan su vitalidad. Son los mejores” (Ortega y Gasset[5]).



[1] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C., Tº 7, pág. 102.

[2] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4, pág. 254.

[3] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4º, pág. 254.

[4] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C., Tº 4, pág. 254.

[5] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº VI, O. C., Tº 2, pág. 538.

jueves, 16 de febrero de 2023

VIVIR CONSISTE EN BUSCAR ALGO QUE PERDIMOS AL NACER

 


“El buscar el punto de partida es el motor, la verdadera ‘causa movens’ del recordar” (María Zambrano[1]).

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“No más partir, volvemos” (María Zambrano[2]).

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“El movimiento propio del vivir personal, único que puede llegar a sernos relativamente diáfano, es el de avanzar a ciegas primero y haber de retroceder después en busca del punto de partida” (María Zambrano[3]).

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 “Se vive en el recuerdo y por el recuerdo, y nuestra vida espiritual no es, en el fondo, sino el esfuerzo de nuestro recuerdo por perseverar, por hacerse esperanza, el esfuerzo de nuestro pasado por hacerse porvenir” (Miguel de Unamuno[4]). 



[1] Mª Zambrano: “Notas de un método”, Madrid, Mondadori, 1989, pág. 81

[2] María Zambrano: “Persona y democracia”, Madrid, Siruela, 1996, pág. 62

[3] María Zambrano: “Notas de un método”, Madrid, Mondadori, 1989, pág. 81.

[4] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa-Calpe, 1967, pág. 15.


domingo, 1 de enero de 2023

LA VIDA CONSISTE EN CONJUGAR PARADOJAS

 

El núcleo más íntimo del pensamiento, en el cual se decide la manera de entender la vida es la idea que se tenga de lo que es la realidad. ¿Qué es lo que hay, qué es lo que encontramos en nuestro derredor? –se pregunta Ortega, y se contesta:–  Cosas y cambios, cambios y cosas; tan real lo uno como lo otro. ¿Pero esas dos realidades tienen el mismo valor? (…) Porque nos encontramos con que esas dos formas de realidad tienen rasgos opuestos: las cosas son siempre, nos parecen siempre, a una visión pronta e inmediata, lo igual a sí mismo, lo idéntico; en cambio, las mudanzas, los movimientos, son lo no idéntico, lo siempre distinto a sí mismo. Por tanto, esas dos formas primarias de realidad se nos presentan con caracteres opuestos”[1]. De la piedra casi podríamos afirmar taxativamente que es lo que es; solo a base de acumular eones acabaríamos viendo que también ella está sujeta a cambios. Pero el río, como supo ver Heráclito, o la vida humana son y no son, son hoy una cosa y mañana otra, son A y no A. La filosofía lleva veintiséis siglos siguiendo la pauta que inauguró Parménides cuando dijo: “Lo que es, es, y no puede ser de otra manera” (2). Es la vía de la lógica, la que sigue nuestra forma de pensar, que lo hace a través de conceptos, esto es, de identidades: ningún concepto asume la contradicción, es decir, que lo que es no sea. Pero es que esto quiere decir también que una de nuestras partes constitutivas es la necesidad de identidad, por ejemplo, de sentir que somos alguien, un “yo” que de alguna forma permanece. Después del de la cuadratura del círculo, este va a ser el problema más complejo a resolver.



[1] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, Madrid, Alianza, 1983, p.222.

(2) "De Tales a Demócrito. Fragmentos presocráticos", Madrid, Alianza, 2001.

domingo, 18 de diciembre de 2022

POR QUÉ CONTRADECIRSE NO ES TAN MALO

 

“Un pensamiento que no contiene una ligera contradicción no es completamente convincente” (Carl Gustav Jung)[1].

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“La triste verdad es que la auténtica vida del hombre consiste en un complejo de oposiciones inexorables: día y noche, nacimiento y muerte, felicidad y desgracia, bueno y malo. Ni siquiera estamos seguros de que uno prevalecerá sobre el otro, de que el bien vencerá al mal o la alegría derrotará a la tristeza. La vida es un campo de batalla. Siempre lo fue y siempre lo será, y si no fuera así, la existencia llegaría a su fin” (Carl Gustav Jung[2]).

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“Toda cultura consiste en la resolución de contradicciones. Barbarie, en cambio, es aquella ceguera para la contradicción que nos permite quedarnos con uno solo de los términos” (Ortega y Gasset[3]).

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Las gentes suelen mostrarse demasiado presurosas en decidirse por lo mejor: olvidan que cada acto de preferencia abre, a la vez, una oquedad en nuestra alma. No, no prefiramos; mejor dicho, prefiramos no preferir. No renunciemos de buen ánimo a gozar de lo uno y de lo otro; religión y ciencia, virtud y placer, cielo y tierra… Cierto que hasta ahora no se han resuelto las antítesis; pero cada hombre debe pensar que es él el llamado a resolverlas” (Ortega y Gasset[4]).

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“Toda contradicción se resuelve ahondando, penetrando en el subsuelo, donde las raíces se entrecruzan y confunden” (María Zambrano[5]).



[1] Carl Gustav Jung: “Los complejos y el inconsciente”, Madrid, Alianza, 1970, p. 124.

[2] Carl Gustav Jung: “El hombre y sus símbolos”, Barcelona, Caralt, 1977, p. 83

[3] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº II, O. C., Tº 2, p. 144

[4] Ortega y Gasset: “Notas de andar y ver. Viajes, gentes, países”, Madrid, Alianza, 1988, p. 38

[5] María Zambrano: “Horizonte del liberalismo”, Barcelona, Galaxia Gutenberg, O. C. Tº 1, p. 100

martes, 22 de noviembre de 2022

LA DUDA COMO SÍNTOMA DE FORTALEZA INTELECTUAL Y MORAL

 

No hablamos de la duda del asno de Buridán, que, indeciso entre comer de un cesto de heno para saciar su hambre y beber de un caldero de agua que apagara su sed, acabó muriendo de hambre y de sed. La duda siempre se constituye a partir de dos opciones que se presentan asimétricas, y entre las cuales es preciso apostar por la que parece mejor.

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 “El vigor intelectual de un hombre, como de una ciencia, se mide por la dosis de escepticismo, de duda que es capaz de digerir, de asimilar. La teoría robusta se nutre de duda y no es la confianza ingenua que no ha experimentado vacilaciones; no es la confianza inocente, sino más bien la seguridad en medio de la tormenta, la confianza en la desconfianza. Ciertamente que es aquélla, la confianza, la que queda triunfando de ésta y sobre ella, quien mide el vigor intelectual. En cambio, la duda no sojuzgada, la desconfianza no digerida es... «neurastenia».” (Ortega y Gasset[1]).

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“La verdadera ciencia enseña, ante todo, a dudar y a ignorar” (Miguel de Unamuno[2]).

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 “Al nacimiento y perpetuo renacimiento de la filosofía asiste siempre inexorable sólo un hada, el hada más fea: la duda” (Ortega y Gasset[3]).



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, p. 302.

[2] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 75.

[3] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, p. 160.

jueves, 7 de abril de 2022

LA DIALÉCTICA DE ORTEGA OBLIGA A ELEGIR UNA COSA SIN OLVIDAR LA CONTRARIA

 


“El vigor intelectual de un hombre, como de una ciencia, se mide por la dosis de escepticismo, de duda que es capaz de digerir, de asimilar. La teoría robusta se nutre de duda y no es la confianza ingenua que no ha experimentado vacilaciones; no es la confianza inocente, sino más bien la seguridad en medio de la tormenta, la confianza en la desconfianza. Ciertamente que es aquélla, la confianza, la que queda triunfando de ésta y sobre ella, quien mide el vigor intelectual. En cambio, la duda no sojuzgada, la desconfianza no digerida es... «neurastenia».” (Ortega y Gasset[1]).

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Las gentes suelen mostrarse demasiado presurosas en decidirse por lo mejor: olvidan que cada acto de preferencia abre, a la vez, una oquedad en nuestra alma. No, no prefiramos; mejor dicho, prefiramos no preferir. No renunciemos de buen ánimo a gozar de lo uno y de lo otro; religión y ciencia, virtud y placer, cielo y tierra… Cierto que hasta ahora no se han resuelto las antítesis; pero cada hombre debe pensar que es él el llamado a resolverlas” (Ortega y Gasset[2]).


[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, p. 302.

[2] Ortega y Gasset: “Notas de andar y ver. Viajes, gentes, países”, Madrid, Alianza, 1988, p. 38


martes, 5 de abril de 2022

LA SEGURIDAD MATA LA VIDA. PERO LA INSEGURIDAD ES ANGUSTIOSA

 

M. C. Escher-"Sube y baja"

     La vida discurre sobre un sustrato hecho de paradojas. Por eso es necesaria la filosofía: solo ella se atreve a enfrentarse a esas paradojas (…exceptuando la lógica); ninguna ciencia resiste (…o resistía, hasta que llegó Heisenberg con su Principio de Incertidumbre) el hecho de que sean verdad una cosa y la contraria. Por un lado, es verdad que, como dijo Heráclito“todo fluye”, todo cambia, y, por tanto, como afirma Ortega“solo es segura la inseguridad”[1]. Aún más dice este: “La seguridad mata la vida”[2]; y matiza  en  otro  lugar: “Todo  lo  valioso  que el hombre ha hecho lo ha hecho porque se ha sentido perdido y como sin remedio, y viceversa, todas sus desgracias y desastres vinieron siempre de que un día se creyó demasiado seguro”(3). Porque eso significaría que se ha llegado a donde se pretendía llegar y ya no quedaría nada por hacer.

     Pero, por otro lado, es verdad también que cuando el alma detecta inseguridad segrega angustia; que nos es imprescindible alcanzar alguna identidad, es decir, que podamos sentir que aquello que éramos ayer de alguna manera seguimos siéndolo hoy (lo contrario es lo que le ocurre al enfermo de Alzheimer). Por eso dice también Ortega“Vivir es reaccionar a la inseguridad radical construyendo la seguridad de un mundo[4]Insistamos: la vida es el recurso que ponemos en marcha para alcanzar esa seguridad, esa estabilidad, esa identidad que sentimos que nos falta. 

     De modo que la vida consiste en la (angustiosa) lucha por alcanzar la seguridad… pero si alcanzáramos esa seguridad… eso “mataría la vida”, la dejaría sin tarea, sin función. Así que no hay más remedio que conjugar esa paradoja, y si alguien cree que ha alcanzado a tener sobre ello una respuesta clara y definitiva, estará equivocado: se habrá dejado fuera de su respuesta el otro extremo de la paradoja. La culpa no es de la filosofía, ¡sino de la vida misma!

    


     


[1] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, p. 90.

[2] Ortega y Gasset: “Goethe desde dentro”, O. C. Tº 4, p. 412

[3] Ortega y Gasset: “La razón histórica”, O. C. Tº 12, p. 316

[4] Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”, O. C. Tº 5, p. 32


domingo, 3 de abril de 2022

SOLO NOS ES SEGURA LA INSEGURIDAD (Ideas fundamentales de la filosofía de Ortega y Gasset)


 

     “Todo fluye”: así resumía Aristóteles la filosofía de Heráclito. Nunca podremos bañarnos dos veces en el mismo río. Según esto, todo es inestable, irrepetible, imprevisible, inseguro. La vida viene a ser, por tanto, un naufragio en un mar de angustiosas incertidumbres. Y eso se deduciría de ese aforismo que Ortega cita, uno de sus preferidos: “"Solo nos es segura la inseguridad". Y sin embargo… dice también Ortega: “Vivir es reaccionar a la inseguridad radical construyendo la seguridad de un mundo”. Y también: “Que nos (hayamos) creado algo estable (…) eso es (…) el verdadero sentido del mundo”. ¿Es posible conjugar estas dos vertientes contradictorias, la que da al hecho de la inseguridad radical y la que nos empuja a buscar ámbitos en los que nuestra vida consista en instalarnos en lo que merece la pena ver repetido?

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Estas son las referencias de las citas de ahí arriba:

Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, p. 90.

Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”, O. C. Tº 5, p. 60

Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”, O. C. Tº 5, p. 32

lunes, 3 de enero de 2022

La materia prima del universo es la paradoja


     La materia prima del universo… y, por consiguiente, de la vida. Y así, dice Ortega: “Vivir es constantemente decidir lo que vamos a ser. ¿No perciben ustedes la fabulosa paradoja que esto encierra? ¡Un ser que consiste, más que en lo que es, en lo que va a ser; por tanto, en lo que aún no es! Pues esta esencial, abismática paradoja es nuestra vida. Yo no tengo la culpa de ello. Así es en rigorosa verdad” (Ortega y Gasset[1])



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, pp. 419-420.