martes, 16 de abril de 2024

EL CHISTE Y SU RELACIÓN CON EL MISTERIO

 

LO QUE LAS CONTRADICE ES UNA LATENCIA DE LAS COSAS MISMAS. POR ESO, DONDE ALCANZAN SU PLENITUD CORREN EL PELIGRO DE PERDERSE EN LA NADA. 

Chistoso ¿no? “Cuando rozo el misterio sin poder reírme de él, me pregunto para qué sirve esa vacuna contra lo absoluto que es la lucidez”, deduce consecuentemente Cioran[1]. Y también Nietzsche: “¡Y sea falsa para nosotros toda verdad en la que no haya habido una carcajada!”[2].

Y Ortega aporta esto al tema: “El mal humor es estéril. Todas las grandes épocas han sabido sostenerse sobre el abismo de miseria que es la existencia, merced al esfuerzo deportivo de la sonrisa. Por eso los griegos pensaban que el oficio principal de los dioses era sonreír y hasta reír. El rumor olímpico es, por excelencia, la carcajada (…) (Por el contrario) todas las potencias del mal están muy interesadas en instaurar donde quiera el mal humor. Saben que un pueblo donde el mal humor se establezca es un pueblo destruido, aventurado, pulverizado”[3].



[1] E. M. Cioran: “Silogismos de la amargura”, Barcelona, Tusquets, 1997, p. 99

[2] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 291

[3] Ortega y Gasset: “Bronca en la física”-O. C.-Tº 5-pp. 275-76.

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