domingo, 7 de abril de 2024

EL MALESTAR EN LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL: a qué se debe

Libertad y sentimiento de identidad son términos que tienden a contraponerse. En la Baja Edad Media (siglos XII al XV) todo estaba reglamentado; para cada comportamiento, para cada oficio, para cada cosa por conocer había una fórmula preestablecida, una manera de abordarlo predeterminada. Consiguientemente, esa normatividad que a todo afectaba permitía tener un sólido sentimiento de identidad: todo era y volvía a ser lo mismo que había sido siempre. A partir del Renacimiento, sin embargo, el péndulo histórico se fue hacia el lado contrario: hizo eclosión la libertad, nada estaba predeterminado, todo estaba por descubrir en mayor o menor medida. Los efectos benéficos de esa irrupción de la libertad son evidentes: nunca la historia de la humanidad ha alcanzado los logros históricos que Occidente ha logrado desde el Renacimiento. Pero a cambio, las fuentes de identidad fueron disolviéndose: los individuos han dejado de tener referencias a las que poder asignar el contenido de la palabra “yo”. Y eso ha provocado un enorme desasosiego que hoy ha llegado a su punto álgido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario