viernes, 12 de abril de 2024

LA MISTERIOSA NECESIDAD DE SENTIRNOS CULPABLES

¿Cómo podrías responder a lo que todavía no te ha sido preguntado? Toda aurora necesita de su noche previa. No hay tesoro que no esté escondido; ninguna riqueza auténtica es heredada. La virtud es una denodada tarea de perforación y excavación que aspira a traer a la luz lo que el vicio encubría. “La creación de valores morales es, en definitiva, consecuencia de sentimientos y consideraciones inmorales” (F. Nietzsche[1]). El bien se oculta necesariamente bajo el mal. “¡Y se gana la luz desde el infierno!” (León Felipe[2]).  Ningún inocente llega a conocer la Verdad.

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 “El remordimiento metafísico es una turbación sin causa, una inquietud ética en el límite de la vida. No tienes culpa alguna de la que arrepentirte y sin embargo sientes remordimientos. No te acuerdas de nada, pero te invade un sentimiento infinitamente doloroso del pasado. No has hecho nada malo, pero te sientes responsable de los males del universo” (E. M. Cioran[3]).



[1] F. Nietzsche: “La voluntad de poderío”, Madrid, Edaf, 1980, pág. 160

[2] León Felipe: “Obras Completas” Buenos Aires, Losada, 1963, pág. 285

[3] E. M. Cioran: “El ocaso del pensamiento”, Barcelona, Tusquets, 2000, p.13

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