martes, 29 de agosto de 2023

NOS HEMOS QUEDADO SIN METAS Y, POR TANTO, SIN CAMINOS

 

“El hombre al ser puro y continuo hacer, estar haciendo, es puro movimiento que va atraído por una meta. Y (…) acontece que esa entidad hombre, cuya única realidad consiste en ir hacia un blanco, de pronto, se queda sin blanco, y sin embargo, teniendo que ir, que ir siempre. ¿Dónde? ¿Dónde ir cuando no se sabe dónde? ¿Qué vía tomará el desviado? ¿Qué dirección el perdido? (Hoy el hombre) tiene la conciencia de un atroz perdimiento (…) No se sabe qué hacer en política, pero tampoco sabe el físico qué está haciendo con su física ni el matemático con su matemática ni el lógico con su lógica ni el poeta con su poesía ni el músico con su música, ni el pintor con su pintura, ni el capitalista con su capital, ni el obrero con su obrería, ni el padre de familia con su familia, y cómo está en crisis y se ha vuelto problemática la relación entre el hombre y la mujer (…) Sin instancias últimas no hay orientación y hemos perdido todas las instancias últimas que pudieran dirigir nuestra vida” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, pp. 316-317.

sábado, 26 de agosto de 2023

NO SON LAS CIRCUNSTANCIAS LO QUE TE HACE SER COMO ERES

 

“Es un error creer que la vida es una operación receptiva, un transitar por entre las cosas, un pasivo sufrir y gozar lo que de fuera nos viene. Pensando así, no carece de lógica suponer que si nos colocamos en un medio donde lo externo valga más que en el nativo, nuestra existencia será mejor. Mas, como digo, hay error en el punto de partida. La vida no es recepción de lo que pasa fuera; antes por el contrario, consiste en pura actuación; vivir es intervenir; por lo tanto, un proceso de dentro afuera, en que invadimos el contorno con actos, obras, costumbres, maneras, producciones según el estilo originario que está prescrito en nuestra sensibilidad” (Ortega y Gasset[1]).

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“Tal como proyectas vivir cuando partas de aquí, así es posible vivir aquí” (Marco Aurelio[2])

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“Por lo que me escribes y por lo que siento, concibo buenas esperanzas, ya que no andas vagando y no te afanas en cambiar de lugar. Estas mutaciones son de alma enferma; yo creo que una de las primeras manifestaciones con que un alma bien ordenada revela serlo es su capacidad de poder fijarse en un lugar y de morar consigo misma (…) Quien está en todo lugar no está en parte alguna” (Séneca[3]).



[1] Ortega y Gasset: “Temas de viaje”, en “El Espectador”, Vol. IV, O. C. Tº 2, p. 378.

[2] Marco Aurelio: “Meditaciones”, Madrid, Alianza Editorial, 1985, Lº V, &29, pág. 68.

[3] Séneca: “Cartas morales a Lucilio”, 2 vols., Barcelona, Orbis, 1984, Vol. I, pp. 16 a 18.

jueves, 24 de agosto de 2023

¿POR QUÉ LAS MUJERES ABREN LA BOCA CUANDO SE MAQUILLAN LOS OJOS? y otras desviaciones


«Moneda» designa el objeto intermediario del tráfico cuando consiste en un metal acuñado. Primitivamente, «moneta» significó «la que amonesta, la que avisa y previene». Era una invocación de Juno. En Roma existía un templo a «Juno Moneta», junto al cual había una oficina de cuño. El objeto elaborado aquí atrajo sobre sí el epíteto de Juno. Nadie, al usar la palabra moneda, piensa hoy en la soberbia diosa. «Candidato» era el hombre vestido de blanco. Cuando en Roma un ciudadano optaba a alguna magistratura, se presentaba al cuerpo electoral cándidamente ataviado. Hoy es candidato todo el que opta a un cargo, cualquiera que sea su indumentaria (…) «Declararse en huelga» se dice en francés ‘Se mettre en grève’ (…) Grève significó primariamente en francés «ribera arenosa». El Ayuntamiento de París fue construido junto al río. Ante él se extendía una ribera arenosa, una grève, y la plaza del Ayuntamiento se llamó place de la Grève. A esta plaza acudían los vagos; luego, los obreros sin trabajo que esperaban contrata. ‘Faire grève’ llegó a significar hallarse sin trabajo, y hoy denomina el abandono deliberado del menester” (Ortega y Gasset[1])



[1] Ortega y Gasset: “Las dos grandes metáforas”, en “El Espectador”, Vol. IV, O. C. Madrid, Alianza, 1983 Tº 2, p. 389.


miércoles, 23 de agosto de 2023

POR QUÉ “YO SOY YO Y MI CIRCUNSTANCIA”, la revolucionaria frase de Ortega


Frente a la extendida idea de que Ortega es sólo un buen articulista o escritor de ensayos con evidente calidad literaria, pero que no deja de ser un filósofo del montón, intentaremos demostrar en este vídeo que su filosofía tiene gran importancia. Lo haremos analizando la evolución del pensamiento filosófico desde la Edad Media hasta llegar al enfoque de Ortega y Gasset, que precisamente viene a superar las posturas excluyentes anteriores y destaca la interacción dinámica entre el individuo y su entorno.

Se describe en el vídeo cómo la cosmovisión medieval, que dejaba acotada la realidad en los restrictivos términos de lo general y lo preestablecido, encorsetando los posibles modos de manifestarse el individuo, fue transformada en los siglos XIII y XIV por pensadores como Juan Duns Scoto y Guillermo de Ockham, cuyas ideas llevaron a avalar la libertad del individuo y a considerar la posibilidad de cambio en la realidad. Estas ideas vinieron a servir de prolegómeno al Renacimiento, y dentro de él, a la Reforma y al empirismo, que respectivamente se enfocaron hacia la preeminencia del "yo" y su conciencia, y al estudio experimental de la realidad exterior.

Fueron siguiendo diversas corrientes filosóficas, desde Descartes hasta Hegel, Kant, Marx y el posmodernismo, que abordaron la relación entre el individuo y su entorno, alternando en sus cosmovisiones la preeminencia de uno y otro. Finalmente, aparece la filosofía de Ortega y Gasset como un enfoque que viene a superar esta dicotomía al afirmar que el "yo" y la circunstancia están intrínsecamente conectados y que la vida, nueva realidad radical para la filosofía, es el desenvolvimiento del individuo a través de su circunstancia.

lunes, 21 de agosto de 2023

DÓNDE NACE LA POSVERDAD (O MENTIRA ACEPTABLE)

 


“Las ideas tienen dos caras y dos valores o eficiencias distintas. Por una de sus caras la idea pretende ser espejo de la realidad; cuando esta pretensión se confirma decimos que es verdadera. La verdad es el valor o eficiencia objetivos de la idea. Mas por su otra cara la idea se prende al sujeto, al hombre que la piensa: cuando coincide con su temple íntimo, con su carácter y deseos aunque no sea verdadera, aunque carezca de valor objetivo, posee una eficiencia subjetiva, dando satisfacción intelectual al espíritu. Yo opondría a la verdad, o valor objetivo de la idea, su vitalidad o valor subjetivo. Para la mayor parte de las gentes esa delicadísima y como superflua función de las ideas que consiste en su verdad, es rigorosamente desconocida. Las ideas ejercen, dentro de su economía vital, tan sólo una misión orgánica, no menos maravillosa que la otra. Son órganos de vida que el organismo —individuo, pueblo, época— sabe plasmarse para afrontar la existencia. No encajan tal vez en la realidad, pero encajan en la subjetividad, y producen en ella efectos automáticos (…) Se trata de un efecto análogo al que en las edades primitivas se atribuía a los vocablos mágicos. Nadie comprendía el mecanismo con que el conjuro operaba sus cósmicas intervenciones; pero al escucharlo, las almas se aquietaban, tenían en él fe viva” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Temas de viaje”, en “El Espectador”, vol. IV, O. C. Tº 2, pp. 370-371.



viernes, 18 de agosto de 2023

NO ATENDER AL PRINCIPIO DE REALIDAD ES CAMINAR HACIA EL ABISMO

 

Ortega partía del hecho de que la filosofía idealista que ha impregnado toda la Edad Moderna ha considerado que la realidad no tiene consistencia propia, que es una derivada del pensamiento. Eso fue la base de todos los utopismos que han recorrido la historia de Occidente, incluido el punto de partida principal de esos utopismos: la Revolución Francesa (no la Ilustración, que es otra cosa). Así acabaron surgiendo, sobre todo, las utopías racistas de los nazis y las igualitaristas de los comunistas, que la historia ha demostrado cómo son capaces de discurrir hacia el abismo. Hoy la filosofía idealista está transitando por el cauce de otra utopía: la de que la naturaleza humana es también un subproducto de la mente, y que cada cual puede decidir qué naturaleza tener. Otra manera de discurrir hacia el abismo. Frente a eso, cuando Ortega decía "¡Salvémonos en las cosas!" estaba haciendo referencia al respeto debido al principio de realidad.

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“La suplantación de lo real por lo abstractamente deseable es un síntoma de puerilidad. No basta que algo sea deseable para que sea realizable, y, lo que es aún más importante, no basta que una cosa se nos antoje deseable para que lo sea en verdad” (Ortega y Gasset[1]).

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“Europa (léase hoy “Occidente”) necesita curarse de su ‘Idealismo’ –única manera de superar también todo materialismo, positivismo, utopismo. Las ideas están siempre demasiado cerca de nuestro capricho, son dóciles a él –son siempre revocables” (Ortega y Gasset[2]).



[1] Ortega y Gasset: “España invertebrada”, O. C. Tº 3, p. 100.

[2] Ortega y Gasset: “España invertebrada”, O. C. Tº 3, p. 101.

miércoles, 16 de agosto de 2023

LA FILOSOFÍA HA DE ENCARGARSE DE AYUDAR A RECONOCER DÓNDE ESTÁN LOS LÍMITES

 

René Magritte: "Castillo de los Pirineos"

“«Espíritu revolucionario» significa no sólo afán de mejorar —cosa que es siempre excelente y noble—, sino creer que se puede sin límites ser lo que no se es, lo que radicalmente no se es, que basta con pensar en un orden del mundo o de la sociedad que parecen óptimos para que debamos realizarlos, no advirtiendo que el mundo y la sociedad tienen una estructura esencial incanjeable, la cual limita la realización de nuestros deseos y da un carácter de frivolidad a todo reformismo que no cuente con ella. Al espíritu revolucionario que intenta utópicamente hacer que las cosas sean lo que nunca podrán ser ni tienen por qué ser, es preciso sustituir el gran principio ético que Píndaro líricamente pregonaba y dice, sin más, así: Llega a ser el que eres(Ortega y Gasset[1]).

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“La Filosofía ha sido tradicionalmente razón, el intento de hacer el mundo habitable, rebajando de las esperanzas humanas su delirio, para lograr en cambio aquello que es posible (…) Filosofía es, ha sido más que nada, ‘entrar en razón’” (María Zambrano[2]).



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, p. 337.

[2] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Barcelona, Planeta De Agostini, 2011, p. 101.

martes, 15 de agosto de 2023

LA NECESIDAD DE UNA REVOLUCIÓN EN MEDICINA (a partir de la teoría del estrés de Hans Selye)

La reciente curación inexplicable de los graves problemas de visión que sufría Jimena, una chica de 16 años ocurrida hace unas fechas en el Santuario de Fátima sirve de introducción al planteamiento de un necesario cambio de paradigma en medicina que encontraría fundamento en la teoría del estrés de Hans Selye. El paradigma hoy dominante entiende que la enfermedad es algo que le viene al paciente de fuera de su organismo (microbios, virus, bacterias) o que ese paciente sufre debido a incontrolables factores genéticos o a esa clase de enfermedades misteriosas que son las enfermedades autoinmunes. A partir de Selye es posible entender que no siempre el enfermo es “paciente”, pasivo receptor de las enfermedades, sino que muchas veces es un (involuntario) “agente” de ellas; es el caso de las que Selye denominó “enfermedades de adaptación”, en las cuales no son los gérmenes externos los que producen la enfermedad, sino que es la (errónea) reacción defensiva del organismo lo que la constituye. A la luz de los escritos de Selye veremos cómo se puede encontrar nueva luz para entender enfermedades como la fiebre del heno, la diabetes, la tuberculosis, la artritis reumatoide, la hipertensión, las úlceras gastroduodenales, las enfermedades de la piel o el cáncer; incluso las enfermedades autoinmunes. Y asimismo, encontrarían esclarecimiento curaciones hasta ahora inexplicables, como la que le aconteció a Jimena en Fátima.

sábado, 12 de agosto de 2023

LA DIFICULTAD DE SABER A DÓNDE VAMOS

 

“Todos los hombres de buena casta sienten, conforme aumenta su cultura, que necesitan representar en el mundo doble papel, uno real y otro ideal (…) Cuál sea y en qué consista el real que nos es atribuido, lo experimentamos con sobrada claridad. En cambio, es muy raro que lleguemos a estar en claro por lo que hace al segundo” (Ortega y Gasset[1]).

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“El destino real (…) resulta de la deformación a que el mundo nos obliga ‘con su influjo siempre perturbador’, que nos desorienta con respecto a nuestro verdadero destino” (Ortega y Gasset[2]).

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“El hombre no reconoce su yo, su vocación singularísima, sino por el gusto o el disgusto que en cada situación siente” (Ortega y Gasset[3]).



[1] Ortega y Gasset “Goethe desde dentro”, O. C. Tº 4, Alianza, Madrid, 1983, pág. 405

[2] Ortega y Gasset “Goethe desde dentro”, O. C. Tº 4, Alianza, Madrid, 1983, pág. 406.

[3] Ortega y Gasset “Goethe desde dentro”, O. C. Tº 4, Alianza, Madrid, 1983, pp. 406-407.

miércoles, 9 de agosto de 2023

LA REALIDAD NO ABARCA TODO LO QUE EXISTE

 

“El más frecuente error de perspectiva consiste en proyectar todo sobre el plano de lo real. Ahora bien: una de las dimensiones del mundo es la virtualidad, e importa sobremanera que aprendamos a andar por él. Casi íntegramente es la cultura de los últimos sesenta años un ensañamiento contra lo virtual. Fue una época que inventaba con fruición razones de este linaje: «Cuando creemos obrar en puro beneficio del prójimo, no hacemos en realidad sino obedecer a un egoísmo más profundo». «Temor, alegría, tristeza, no son realmente temor, alegría, tristeza, sino sensaciones de nuestros músculos y alteraciones de nuestro pulso». «Moral, arte, ciencia, religión, son, en realidad, sombras que arroja nuestra situación económica», etc., etc. (…) Lo deplorable, lo absurdo es la intención en que (tales doctrinas) iban envueltas. Supongamos que la belleza de la Gioconda consiste en un calambre peculiar que la vista del cuadro divino produce: ¿queda con esto borrada del Universo, pierde algunos de sus quilates la belleza de Mona Lisa? ¿No sigue siendo tan bella como antes? ¿No conserva su valor específico un mundo donde los calambres tienen esa consecuencia virtual? Entiéndase bien mi censura. Yo no tengo nada que decir contra ese afán de realidad; al contrario, lo aplaudo y lo predico. Pero una vez que he llegado a lo real, me vuelvo hacia atrás y veo que lo virtual sigue subsistiendo, que es, a su modo, otra realidad donde me siento invitado a demorar (…) Debemos aprender a respetar los derechos de la ilusión y a considerarla como uno de los haces propios y esenciales de la vida(Ortega y Gasset(1)).



[1] Ortega y Gasset: “Para la cultura del amor”, en “El Espectador”, Vol. II, O. C. Tº 2, pp. 142-143.

domingo, 6 de agosto de 2023

LA (AUTÉNTICA) CONCIENCIA DERIVA DEL AMOR, NO DE LA EDUCACIÓN

 

“Esa tarea, que es para cada cual su vida, no es arbitraria. Nos es impuesta. Todos sentimos en cada instante, allá en el secreto fondo de nuestra conciencia, quién es el que tenemos que ser(Ortega y Gasset[1]).

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La conciencia no es algo innato, que esté inscrito en nuestra naturaleza. Aparece cuando somos capaces de sentir empatía, y, a través de ella, entender que a veces hemos de supeditar nuestro interés o nuestro bienestar en aras de intereses o bienestares que nos trascienden. El nacimiento de esa empatía está vinculado al hecho de que el entorno familiar sea el adecuado para que el niño vaya entendiendo que la madre, para empezar, tiene vida y necesidades propias, ante las cuales él ha de sacrificarse de algún modo. Nace así también la capacidad de amar (es decir, salir de sí mismo para volcarse en los demás). Si el niño no consigue llegar a esta etapa en la que nace el sentimiento moral, se mantendrá como el infante que todos somos para empezar (por entonces estábamos disculpados, dada nuestra indefensión básica): egoísta y motivado solamente por sus propias conveniencias. Cuando esa instalación en la fase amoral se extiende socialmente, vale aquello que decía Hobbes: “Homo homini lupus”. Y entonces es cuando la moral puede meramente ser algo impuesto desde fuera –por ejemplo, por la fuerza correctora de unos padres que no han sido capaces de despertar en el niño la empatía–, y no surgir de una conciencia auténtica”.



[1] Ortega y Gasset: “Sobre un Goethe bicentenario”, O. C. Tomo 9, Alianza, Madrid, 1983, pág. 557.

jueves, 3 de agosto de 2023

EL JUICIO FINAL YA ESTÁ TENIENDO LUGAR

 

“En todo instante cada uno de nosotros se encuentra ante muchas cosas que podría hacer, y no tiene más remedio que resolverse por una de ellas. Mas, para resolverse por hacer esto y no aquello tiene, quiera o no, que justificar ante sus propios ojos la elección, es decir, tiene que descubrir cuál de sus acciones posibles en aquel instante es la que da mayor realidad a su vida, la que posee más sentido, la más suya. Si no elige, sabe que se ha engañado a sí mismo, que ha falsificado su propia realidad, que ha aniquilado un instante de su tiempo vital, por cuanto, como antes dije, tiene contados sus instantes. No hay caso de misticismo alguno; es evidente que el hombre no puede dar un solo paso sin justificarlo ante su propio íntimo tribunal” (Ortega y Gasset[1]).

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“Al decidir cada acto nuestro nos decidimos porque nos parece ser el que, dadas las circunstancias, tiene mejor sentido. Es decir, que toda vida necesita —quiera o no— justificarse ante sus propios ojos, La justificación ante sí misma es un ingrediente consustancial a nuestra vida. Tanto da decir que vivir es comportarse según plan como decir que la vida es incesante justificación de sí misma” (Ortega y Gasset[2]).



[1] Ortega y Gasset: “Lo que más falta hace hoy”, O. C. Tº 5, p. 238.

[2] Ortega y Gasset: “Misión de la Universidad”, en O. C. Tº 4, p. 342