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Marcel Duchamp: "Fuente" |
¿Existe algo, alguna realidad de la que partir y encontrar en ella fundamento o, como dice Nietzsche, todo es interpretación? ¿Cómo diferenciar una interpretación de un desvarío, una alucinación o un delirio? “Vaca” o “molino de viento” también son, efectivamente, interpretaciones de algo que en otros ámbitos culturales tuvo otro significado. Y “vaca sagrada”, aunque respeta la “materialidad” de la vaca, puede que esté cerca de ser una alucinación. Y para acabar de liarnos, el gato de Schrödinger está vivo y muerto a la vez… ¿Dónde está la realidad si, por ejemplo, la física cuántica ha constatado, por lo “visto”, que la mesa sobre la que escribo, si descendemos al nivel microcósmico, está hecha de espacios vacíos?
En un lado (en el extremo) del problema, y puesto que no habría una realidad de partida sobre la que fundamentarse, estaría el “todo está permitido” del Karamazov de Dostoievski: vale igual cualquier interpretación, incluida la de “Fuente” para el urinario de Marcel Duchamp. Porque es que al final, en “realidad” no habría nada, y todo lo que hemos construido sería una interpretación de esa nada. La Nada sería la “realidad” radical. Por eso el arte moderno transita hacia la descomposición, el caos y el detritus, porque, según esta línea argumental, es lo que al final de toda construcción, de toda interpretación, de toda creencia nos espera.
En el otro extremo del problema parece que habría algo que se podría salvar de esa Nada primordial y radical, y, consiguientemente, del
“todo vale”,
“todo está permitido”, y es la universal propensión a
transitar desde lo peor hacia lo mejor. Cuando el universo va ganando en complejidad y evoluciona de acuerdo con el principio de belleza está recorriendo algunos de los tramos de eso que transcurre entre lo peor y lo mejor. Cuando, por el contrario, Duchamp convierte un urinario en una obra de arte
, lo que ha hecho es transitar desde lo mejor hacia lo peor, desde “algo” hacia la descomposición, el caos, el detritus… y finalmente, la Nada. Eso otro que transita desde lo peor hacia lo mejor es el
sentido.
Jean Grondin dice en esta misma línea:
“La tensión hacia el Bien, hacia lo mejor, hacia la sobrevivencia es así inmanente a la vida”. Y
Ortega:
“Si en su conjunto y totalidad carece de sentido el vivir, es decir, que se vive para nada, todas las justificaciones interiores a mi vida que hallo para sus actos son un error de perspectiva. Se impone un cambio radical en ésta, se impone otra perspectiva”. Karamazov estaría inclinado a pensar que vivimos para Nada, y puesto que no hay propósitos,
“todo está permitido”, todo da igual. Pero se puede cambiar de perspectiva y pensar que vivimos para alcanzar lo mejor, lo que tiene incorporado el sentido. O como también dice
Ortega:
“El hecho humano es precisamente el fenómeno cósmico del tener sentido”.
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