lunes, 3 de abril de 2023

DE QUÉ FORMA EL MAL SE CONTAGIA

ESTA ES LA SECUENCIA: AUSENCIA DE LEY Y DE ESTABILIDADàCAOSàINMORALIDAD



“Ya Platón sabía que la visión de lo feo suscita la fealdad en el interior del alma (…) La maldad ajena en seguida se torna maldad propia, porque, a su vez, inflama la maldad en la propia alma (…) Todos tenemos dentro de nosotros a un criminal ‘estadístico’, del mismo modo que tenemos nuestro enfermo mental o nuestro santo. Debido a esta predisposición originaria de la naturaleza humana somos tan sugestionables como susceptibles. Precisamente en nuestra época, es decir, en el último medio siglo, se ha producido una especial preparación al delito” (Carl G. Jung[1]).

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“La presencia del mal prende el mal en el alma. Es inevitable. No sólo el asesinado, sino también el asesino y todo el entorno humano del atroz delito son dañados. Del abismo tenebroso del mundo irrumpe algo que envenena el aire que respiramos y contamina el agua pura un desabrido y repugnante sabor a sangre” (Carl G. Jung[2]).

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“Para que el mundo tenga sentido, basta con que él y las cosas en él tengan un modo de ser. No importa cuál. Que sean lo que son es suficiente. Cuando encontramos lo que una cosa es, ya tiene para nosotros sentido; mas para el positivismo —y esto es lo que nos cuesta trabajo revivir— ninguna cosa tenía un ser. No había, según él, más que «hechos». Y el «hecho» significa, poco más o menos, un cambio en las cosas. Y si no hay más que cambios, resulta que cada cosa deja en cada instante de ser lo que era y pasa a ser otra. Y como esto le ha acontecido antes y le va a acontecer después en todos sus órdenes y dimensiones, el mundo queda convertido en un absoluto caos” (Ortega y Gasset[3]).



[1] Carl G. Jung: “Después de la catástrofe” en “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, p. 191.

[2] Carl G. Jung: “Después de la catástrofe” en “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, 192)

[3] Ortega y Gasset: “Goethe desde dentro”, O. C. Tº 4, p. 508.

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