Optimismo sería el espíritu con el que el pescador lanza el
sedal al río esperando que pique, digámoslo así, una buena posibilidad que pase
por allí. Un pescador pesimista, que augure que no va a pescar nada, acabará
quedándose en casa aburriéndose.
●●●●●●●●
“El espíritu guerrero parte de (…)
un sentimiento de confianza en sí mismo y en el mundo que nos rodea. No es
extraño que condujese a una concepción optimista del universo (…) El ánimo
guerrero, lleno de magnífico apetito vital, se traga la existencia sin
pestañear, con todo su dolor y su riesgo dentro. Son éstos reconocidos de tal
suerte como esenciales a la vida, que no se ve en ellos la menor objeción
contra ésta, y, en consecuencia, se cuenta con ellos y, en vez de organizar las
cosas con la casi exclusiva mira de evitarlos, se los acepta. Esta aceptación
del peligro que lleva, no a evitarlo, sino a correrlo, es precisamente el
hábito guerrero, es la casa como castillo” (Ortega y Gasset[1]).
●●●●●●●●
“Todas las experiencias sufridas, todos los desencantos, todas las
angustias que ha padecido desde hace un millón de años, no han sido capaces de
impedir que el hombre en primer movimiento sea optimista. El sencillo fenómeno
tiene una trascendencia que no es fácil exagerar. Porque hay sobradas razones
para que el hombre no sea optimista y no hay ninguna para que de suyo,
inicialmente y en su más pura espontaneidad, resulte que lo es” (Ortega
y Gasset[2]).
La verdad nunca lei nada de o.y.g.pero lo pubicado es totalmente cierto. No.lo lo lo
ResponderEliminarSi no fuera de esa manera seria un caos
ResponderEliminarSeguiré insistiendo en este tema, que creo especialmente fructífero.
Eliminar