Cuando caímos en este mundo, todos traíamos con nosotros, en su forma incipiente, la sensación de que hubiéramos merecido algo mejor. O dicho en negativo: sentimos que algún pecado debimos cometer antes para acabar cayendo aquí, en este lacrimoso valle. Desde entonces (desde siempre) nuestra relación con el mundo, con la realidad, ha sido dificultosa. La civilización ha sido el instrumento a través del cual hemos ido atemperando nuestros conflictos con ella; a esto es a lo que Freud llamaba, precisamente, “principio de realidad”, que cuando nuestra inadaptabilidad se sesga hacia el delirio persecutorio (en vez de hacia el delirio de culpabilidad, conceptos de los que hablamos hace un par de artículos), nos exige añadir a las capas profundas (infantiles) de nuestra personalidad otra más, que en su fase menos elaborada es simple tolerancia a la frustración, y en las más elaboradas, hace que se vayan rellenando los espacios entre el deseo y la satisfacción con todos esos productos que denominamos “cultura”, de una forma semejante a como un árbol rellena el camino hacia su objetivo, el fruto, con toda la frondosidad de que, dilatado en el tiempo, le hace capaz su impulso hacia él.
Dejaremos a un lado la línea evolutiva que nace en el delirio de culpabilidad. Dentro del proceso que nace en el delirio persecutorio, la personalidad infantil se caracteriza por la impulsividad, la excitabilidad, la versatilidad, la irresponsabilidad… Si tratamos de unificar todos esos caracteres, valdría decir que el niño es incapaz de aceptar el aplazamiento, la distancia que la realidad impone entre el deseo y la satisfacción; considera algo así como una “injusticia” que el mundo no se comporte de acuerdo con sus deseos, y, en términos politicoides, podríamos decir que él, por su parte, se conduce como si la utopía fuese posible ya mismo. Al proceso adaptativo que lleva a aceptar que entre el deseo y su satisfacción medie la acción dilatoria que ejerce la realidad, Carl Gustav Jung lo llama “proceso de individuación”. Gustave le Bon y Sigmund Freud, titulan de la misma forma, “Psicología de las masas”, los respectivos textos en los que estudian el modo en que la personalidad infantil se refugia y vuelve a asomar en el comportamiento propio de las multitudes (si no los que más, estos dos libros están entre los que más notoriedad han adquirido de todos los que han tratado temas de psicología social).
Una multitud es un organismo viviente dotado de un alma común a todos los individuos que la componen, que –dice Le Bon– les hace a éstos “sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta a como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente”. En la multitud, por tanto, se tienden a borrar las adquisiciones individuales (las que se deducen del “proceso de individuación”), despareciendo así la personalidad de cada uno de los que la integran, e irrumpiendo alternativamente la uniforme base inconsciente (infantil) común a todos. Continúa Le Bon: “La desaparición de la personalidad consciente, el predominio de la personalidad inconsciente, la orientación de los sentimientos y de las ideas en igual sentido, por sugestión y contagio, y la tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son los principales caracteres del individuo integrado en una multitud. Perdidos todos sus rasgos personales, pasa a convertirse en un autómata sin voluntad”. Y viene a concluir: “Por el solo hecho de formar parte de una multitud desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización. Aislado, era quizá un individuo culto; en multitud, un bárbaro. Tiene la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y también los entusiasmos y los heroísmos de los seres primitivos”.
“La multitud es impulsiva, versátil e irritable –dice Freud por su parte, glosando las ideas de Le Bon– y se deja guiar casi exclusivamente por lo inconsciente”, es decir, por aquellos impulsos infantiles que arriba veíamos que se originan en el delirio persecutorio y que empujan hacia la imposible realización inmediata del deseo. “Abriga un sentimiento de omnipotencia –prosigue Freud–. La noción de lo imposible no existe para el individuo que forma parte de una multitud”. Ésta, por tanto, carece del sentido crítico necesario para diferenciar entre lo deseable y lo posible, se comporta como un niño malcriado que no tolera que le contradigan. No admite matizaciones y tiende a la exaltación y a la crispación cuando frente a ella se interpone algún obstáculo. “Las multitudes no han conocido jamás la sed de la verdad. Piden ilusiones a las cuales no pueden renunciar (…) Tienen una visible tendencia a no hacer distinción entre (lo real y lo irreal) (…) como sucede en el sueño y en la hipnosis, la prueba por la realidad sucumbe, en la actividad anímica de la masa, a la energía de los deseos cargados de afectividad”.
“Las multitudes llegan rápidamente a lo extremo –seguimos con Freud–. La sospecha enunciada se transforma ipso facto en indiscutible evidencia. Un principio de antipatía pasa a constituir en segundos un odio feroz”. Puesto que, como en los niños, las emociones se superponen al raciocinio, es inútil, frente a ellas, argumentar lógicamente. Por el contrario, tienden a traducir esas emociones en consignas simples y repetitivas, sustentadas en una mínima (y a menudo contradictoria) dosis de argumentos racionales.
Una adquisición fundamental del proceso de individuación son los frenos al impulso que impone la moralidad; algo que tiende a desaparecer en el infantilizado comportamiento de las multitudes. Así lo entiende Freud: “(…) (Respecto de la moralidad de las multitudes) en la reunión de los individuos integrados en una masa desaparecen todas las inhibiciones individuales, mientras que todos los instintos crueles, brutales y destructores, residuos de épocas primitivas, latentes en el individuo, despiertan y buscan su libre satisfacción”.
Los dos principios dinámicos en los que se fundamentaría la psicología de las multitudes serían la inhibición de la función intelectual y la intensificación de la afectividad. Cuanto más groseras y elementales sean las emociones, más probabilidades presentan de propagarse por contagio entre la masa, cuyo número da al individuo la impresión de un poder ilimitado. Por ello, resulta peligroso ser, frente a ella, individuo aislado que, si se rinde a su influencia, se comportará, dice Freud, de esta manera: “para garantizar la propia seguridad deberá cada uno seguir el ejemplo que observa en derredor suyo, e incluso, si es preciso, llegar a ‘aullar con los lobos’ ”. Así quedaría explicada, en buena medida, la característica sugestibilidad o capacidad de contagio propia de la masa. Ésta “se comporta, pues, como un niño mal educado o como un salvaje apasionado y no vigilado en una situación que no le es familiar. En los casos más graves se conduce más bien como un rebaño de animales salvajes que como una reunión de seres humanos”.
Bien, pues partiendo de todos estos presupuestos teóricos, no creo que nos resulte muy difícil encontrar la vía por la que podamos llegar a vincularlos al análisis de nuestra inquietante actualidad. Éste sería un posible argumento mediador: a partir de algún momento, la constitución de grupos de personas en las que eventualmente predomina la sensatez, la reflexión y la contención, puede llegar a derivar en la formación de una masa humana con las peculiaridades en su comportamiento propias de ese organismo colectivo al que Le Bon y Freud aplican toda su sabiduría psicológica. ¿Cuál podríamos escoger como momento en el que la sensatez transita hacia el infantilismo? Pues aquel en el que las demandas de la multitud se impregnan de utopismo, en desprecio del principio de realidad, que, en una sociedad democrática, podríamos hacer equivalente al principio de legalidad.
Desde hace tiempo tenemos en España un ejemplo muy destacado de comportamiento multitudinario infantil: el de los bagaudas batasunos, entre los cuales lo emocional ha desplazado a lo racional, no admiten un no a sus exigencias, la individualidad ha quedado desplazada por la sensación de pertenencia al cuerpo místico, tienen localizado al enemigo que les impide el acceso a su paraíso utópico y dirigen contra él toda la violencia de que les hace capaces su (infantil) frustración, no hay freno moral que se contraponga a sus pretensiones, dividen al mundo en dos bandos perfectamente definidos: amigos y enemigos, y desprecian totalmente el principio de realidad (legalidad).
¿Hay más ejemplos en la España actual de este tipo de comportamiento multitudinario?
Mañana, 19 de junio, se va a llevar a cabo en Madrid una manifestación convocada por el movimiento 15-M, algunos de cuyos miembros todavía piensan que es un movimiento intrínsecamente pacifista. Uno de los seis convocantes de la manifestación es Ángeles Maestro, que en 2005 concurrió en las elecciones europeas como número 5 de Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos, marca que fue avalada por Batasuna-ETA. Maestro siempre ha destacado por su cercanía y simpatía con el entorno proetarra, ya fuera pidiendo el voto para el Partido Comunista de las Tierras Vascas o participando en actos batasunos. Otro de los convocantes es Aitor Otaduy, también cercano al ambiente proetarra, miembro del partido Izquierda Castellana y de la Coordinadora Antifascista, formada por distintos grupos de extrema izquierda y que, como los castellanos sabemos, ha destacado por los altercados que ha protagonizado. También fue en las listas para las elecciones europeas, al igual que Maestro.
¡Vaya por Dios!, me ha vuelto a pasar otra vez: ya no me queda espacio para vincular las premisas de este silogismo y extraer las conclusiones. Así que las dejo al buen criterio de quien haya tenido la paciencia de leerme hasta aquí.
Javier como siempre te leo, pero debo volver a leerlo una,dos incluso tres veces. Por la cantidad y por la profundidad del texto. A veces una vez que lo leo necesito tiempo para empaparme. ¡Es demasiado!
ResponderEliminarPilar
Me lo tomaré como un cumplido, Pilar, que ya sabes que (como todos en el fondo) necesito mi dosis de autoestima y de heteroestima para funcionar, aunque lo que dices aviva también mis complejos de ser un petardo (mi hija evita desde siempre mis efusiones intelectualoides; mi hijo pone buena voluntad, pero no puede evitar ponerse a bostezar en cuanto empiezo...) y un revienta-cenas-de-amigos, que, si me da por soltar el rollo, agoto al personal (agotaba, que la mayoría de edad me va dulcificando y haciendo más recatado).
ResponderEliminarYo conozco a un concejal de UPYD que casi con toda seguridad se manifestará esta tarde para pedir esto:
ResponderEliminarCambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet.
Mucha gente que critica este movimiento imagino que no querrá separación de poderes, listas abiertas,transparencia en la Rex Pública incluso en una comunidad se ha votado mayoritariamente a listas de implicados en corrupción; para mi esos si son masas aborregadas
Muchas personas actuaran desde la responsabilidad de ser ciudadanos y querrer que no se les vacile desde esta oligarquía que se tienen montada PP y PSOE.
"La multitud es impulsiva, versátil e irritable –dice Freud por su parte, glosando las ideas de Le Bon– y se deja guiar casi exclusivamente por lo inconsciente”, " pues esta vez creo que no, que hay mucha gente que actúa por iniciativa propia y con convencimiento de causa.
Puede ser que contra el enemigo internacional (el capitalismo salvaje y la perdida de derechos conseguidos durante décadas de lucha) convenga que nos unamos, los perro-flautas, los padres de familia (como es mi caso), los parados, los trabajadores, los funcionarios y los estudiantes para hacer frente común ante esta causa de fuerza mayor que es la eliminación "de facto" de las clases medias. Los políticos apoltronados están intentando deslegitimizar un movimiento cívico que va más allá de perro-flautas y algún que otro gilipollas. Somos muchos que compartimos sus ideada aunque no estemos acampados. Los políticos emplean sistemas como estospara criticar y hacer perder fuerza a este movimiento. Cualquier cosa menos asumir que han tenido que hacer muy mal su trabajo para que la gente este tan harta.
Un saludo de un concejal de UPYD que va a ir a la manifestación, en defensa de su libertad de pensamiento y defensa de sus intereses como ciudadano, no como masa.
Si me manifiesto en la calle es porque:
ResponderEliminarMi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
Está a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.
Copio y pego.Pero también lo firmo
Tambien entiendo que mucha gente no apoye esto y nos insulte y nos intente mezclar con Batasunos, Nazis, Hippies (en el mal sentido de la palabra) y vagos; mucha gente que si este movimiento tiene una Repercusión Real vea perdidos sus privilegios. Los lacayos de los partidos de listas cerradas, los pelotas que aguantan todo "al lider" para estar en sus listas y coger su puestecito. Tampoco espero ver a banqueros, empresarios de la energía (eléctricas o gas) que monopolizan los precios y los suben continuamente mientras piden por otro lado moderación salarial.
ResponderEliminarNi espero ver a concejales, alcaldes o diputados provinciales a los que estas cosas no parecen preocuparles. Les preocupa más coger más y más cargos, aunque no tengan ni idea de lo que significa y de cual va a ser su función.
Da igual que un diputado provincial no halla estado nunca en los pueblos que dice defender y cuidar y es lo mismo que ni siquiera se preocupe de conocerlos.
Así que ya puedes decir que un concejal electo de UPYD convoca a todo ciudadano responsable de su futuro a la manifestación.
Perdon por la extensión, pero me ha salido de las tripas...
ResponderEliminarPues está muy bien argumentada tu posición, Temujin, en esa apasionada exposición que has hecho (aunque tal apasionamiento acojona un poco, para qué te voy a engañar). Hasta el punto de que resulta fácilmente comprensible, al menos para mí, que los dos participemos como militantes de ese proyecto de cambio y alternativa a esta imposible situación que vivimos en España, y que es UPyD. Te contesto en dos comentarios, que los de Google son unos rácanos con los que no podemos remediar enrollarnos.
ResponderEliminarComo habrás observado, he dejado premeditadamente abierto el capítulo de las conclusiones de mi artículo. En el de las premisas, sólo me he atrevido a hacer explícitas las teorías de dos importantes psicólogos sociales (eventualmente tal en el caso de Freud), aderezadas (sólo aderezadas) con algunas aportaciones de mi cosecha y a afirmar que esa teoría de las multitudes o masas sociales es aplicable al fenómeno batasuno. Lo del movimiento 15-M lo he dejado abierto adrede, aunque jugando un poco, porque sé que hay gente que participa del mismo caldo de cultivo del que ha nacido (hemos nacido) UPyD. Aunque yo, a estas alturas, al contrario que tú, no iría a esa manifestación a la que, a estas horas, habrás ido tú. Intentaré explicar, en líneas generales, por qué.
La diferencia clave que me haría por sí sola desistir de estar allí (ya hemos hablado de ello otro día) es que el movimiento 15-M ha demostrado suficientemente que, aunque mayoritariamente (no totalmente) es pacífico, no respeta la legalidad, no se siente partícipe de este estado de derecho. Hablan incluso de que la soberanía no reside en el Parlamento (en realidad, reside en la nación), sino que son ellos, los que están en las plazas, los depositarios de la soberanía (¿de qué modo se articula esa soberanía? Si tuvieran razón, no habría manera de hacer viable la organización de este país. ¿Lo haríamos yendo todos a las plazas a votar las leyes?). Puesto que no se sienten representados por estas instituciones (que tú y yo sabemos que, desde luego, están llenas de corruptos), se manifiestan frente (contra) el Parlamento nacional y los Parlamentos autonómicos, y contra la constitución de los ayuntamientos recién votados por la población. La alternativa más clara a estas instituciones que voy oyendo en la gente del 15-M es la de la “revolución”. No sé en qué consistiría esa revolución, pero parece evidente que no se apoyaría en la voluntad mayoritaria expresada en las urnas, porque frente a eso se han manifestado… y no siempre pacíficamente, como bien sabes. Yo tampoco estoy de acuerdo con lo que ha decidido esa voluntad mayoritaria, pero me detengo unos pasos antes de pretender salvar a la población de sus errores; me conformo con estar en un partido político que aspira a cambiar las leyes y, en general, el actual estado de cosas, donde realmente han de cambiarse: en el Parlamento. Y si la gente se quiere condenar y sigue votando a quienes administran (que no resuelven) la catastrófica situación que vivimos, ya te digo, no seré yo quien se empeñe en salvarla a la fuerza, porque eso (la revolución) ha demostrado siempre ser un remedio mucho peor que la enfermedad.
Y el otro argumento que tendría que exponer yo, va en la dirección de la posible batasunización del movimiento, que no creo que sea un invento de quienes quieren desprestigiarlo, la verdad. Y entonces me encuentro con esta línea de sucesión de claves: en ningún sitio, el movimiento 15-M ha apuntado a lo que a mí me parece el problema fundamental de la ruina del estado: su organización bajo el formato de estado de las autonomías. Más grave esto que la propia corrupción y la inepcia de nuestros políticos (que sería, en buena medida, una consecuencia de la disgregación nacional y estatal que sufrimos). Por el contrario, el 15-M ha apoyado por ahí la defensa del derecho a la autodeterminación, es decir, apunta a la forma más directa de acabar destrozando el estado, el mercado único que se ha ido construyendo a lo largo de siglos, la cohesión nacional… Siguiente clave: en ninguna plaza he oído que se haya hablado en contra de los causantes del problema nacional más grave que ha sufrido España desde la Transición: el terrorismo de ETA, que está en la auténtica raíz de la rendición de nuestros cobardes políticos a los esperpentos de los nacionalismos, que, vía estado de las autonomías, han acabado de destrozar el país. Y, para no alargarme demasiado, una clave más, de la cual sí hablo en el artículo: ¿qué mierda hacen esos dos tíos proetarras convocando a la manifestación de hoy? Dos de seis convocantes, con acreditada trayectoria batasuna… No, no es manipulación, es evidencia. Bildu, cuyo acceso a los ayuntamientos no ha sido protestado ni molestado por ningún indignado, se ha declarado partidaria del 15-M. Yo saldría pitando (no sería la primera vez; otro día te cuento) de un sitio al que ETA pretendiera apuntarse también. ETA ha sido la mayor desgracia de nuestra democracia; y a estas alturas se sienten victoriosos. Arzallus ha interrumpido un rato su jubilación y ya ha salido diciendo que España ha sido derrotada.
ResponderEliminarSi un día el 15-M empieza a demostrar que tiene conciencia de todo esto, que lo que han hecho los nacionalismos en España es la principal raíz de nuestros problemas, y si además respeta el estado de derecho… a la próxima manifestación, me apunto yo también.
Como paso intermedio, también empezaré a mejorar mi visión del movimiento si para las fiestas de San Pedro quitan de la Plaza Mayor la favela que tiene montada, joder, que quiero ver a los gigantones y a los gigantillos moverse, como siempre, justo donde están los perro-flautas (con perdón) de guardia.
Me parece más peligrosa la apatía que el apasionamiento.
ResponderEliminarQuizás nuestra sociedad esta tan derrotada que piensa que ir a una manifestación es una perdida de tiempo, que sus justas reclamaciones no van a ser escuchadas; quizás piensan que los que han votado en unas listas cerradas (que no deja de ser un gobierno oligárquico, por mucho que nos lo quieran disfrazar de democracia) no van a escuchar sus inquietudes comos los anteriores y como los anteriores de los anteriores y solo votan a uno contra otro, sin más esperanzas.
Afortunadamente nuestros antepasados no se rindieron ante el trabajo infantil, las condiciones laborales en semi esclavitud, las vacaciones pagadas y otras muchas vejaciones que les infringían. Afortunadamente ellos salieron y crearon sus pequeñas revoluciones, sus huelgas etc, etc, etc... Si ellos hubieran hecho como estamos haciendo nosotros ahora, todavía viviríamos con las condiciones del S XVIII. Lo que poco cuesta poco se valora, se cede rápido; nosotros nos encontramos estas condiciones gratis... por eso las regalan nuestros "representantes" con tan poca vergüenza.NI siquiera tienen la dignidad de NEGOCIAR, les dicen lo que tienen que hacer y lo hacen, por miedo a los "mercados"... Tal vez hubiera que atreverse crear una hipótesis:
¿Que pasa si no le hacemos caso a los oligarcas financieros?
Respecto a los batasunos y batasunas, solo hay que verlos las caras, hay poca inteligencia por ahí; más peligroso es "monseñor" ARZALLUS.
ResponderEliminarSi hablamos de democracia Bildu ha sacado sus votos con el sistema que ellos defienden, con los votos de los jueces que ellos nombran (que vaya separación de poderes de mis catapli...), es su sistema, es lo que ellos defienden ¿que pasa que cuando un sistema íntegramente malo, mete asesinos en los ayuntamientos no se acuerdan de cambiarlo?.
Respecto a los integrantes de herri batasuna y aledaños, creo que a la mayoría les hace falta viajar más, leer libros que no vengan dictados por el partido y un poco de vino para alegrar el espíritu.
La violencia se acabará en el Pais Vasco, solo hace falta igualar el sistema fiscal y sanitario con el resto de España. También debiéramos de aprender de su Administración, que es de las mejores o la mejor de España en cuanto a funcionamiento.
Respecto a los gigantones estoy de acuerdo contigo.
Hola, Javier: El auge que ha tomado vuestro mano a mano, con Temujin, lo ha llenado de contenido y de réplica suficientemente sustanciosa. Así que habrá que pasar un tanto de puntillas.
ResponderEliminarJavier, no has mencionado este vieje a Ortega y su pensamiento sobre la masa, en donde, ciertamente, el individuo tiende a aborregarse. Pero no es este el caso, creo yo, pues aquí las conciencias desbordadas no hayan otro camino. Aquí, insisto, no veo tanto un comportamiento de masa, como una grandísima colección de partes dolidas de ciudadanía. Si observamos imágenes de la reunión-manifestación del pasado 19, veremos cantidad de eslóganes, pancartas, pensamientos pintados, etc portados por uno por uno por multitud de personas, individuos. Ya no se trata tanto de seguir a la masa (anulación de la personalidad), como de atarse a ella para ser visto, oído, y no sé si tomado en cuenta.
El Parlamento es la representación popular, pero, al igual que la costumbre democrática ha ido cambiando desde los tiempos iniciales de la Atenas de Pericles, con las asambleas -eclesias-reunidas para deliberar por las magistraturas, cuya duración a veces era de un día, pasando por las cartas constituyentes de los Estados Unidos de América y de Francia tras sus revoluciones, transcurriendo por nuestro propio país en donde no era posible el voto femenino, lo mismo que el voto era censitario y no fue universal hasta el propio siglo XX... La democracia, digo, ha ido reelaborándose. Y esta es la situación, según mi criterio.
Entiendo que la "manga ancha" para los deboradores de lo público -res publica- ha de "tocarse", y no es presentable que personas imputadas en desfalcos y otras indecencias digan representar a otra cosa que no sea su propio bienestar. Recordemos que nadie es imprescindible, y que las listas electorales lo son cerradas. Siento cómo un estado que desea mantener dieciete igualitarismos priviligiados, no puede mantenerse en pie sin caer en la bancarrota. Por otra parte, España no ha funcionado nunca como un estado central. Aún así, lo otro me parece un derroche insoportable, y ello sí que me parece a mí un infantilismo: querer de dejar de ser tal, o creerse que se es más que...
Respecto a la personalidad de alguno de los convocantes, pues puede que sí que sea tal y como los presentas (desde luego ellos sí que no representan a los miles que con su voluntad asistieron con la rabia comedida). Si es cierto que pertenecen esas dos personas al ámbito de Batasuna, pues a lo mejor me parece un logro que se involucren en asuntos de España (recordemos su manida referencia al "estado opresor español"). Si es así, con el odio que la tienen...
Respecto al izquierdismo en Castilla, todavía no se ha resuelto si aquella primera sublevación Comunera representó al pueblo o a cierta aristocracia que perdía poderes respecto a la corte traída de Flandes por Carlos V.
Bueno, Javier, la masa, en este caso, no ha partido, creo yo, desde un adocenamiento hacia el bloque infantiloide, o inculto, añado yo, sino que es representación de un hartazgo. ¿Para cuándo una reordenación constitucional? ¿Para cuándo una reforma en la ley electoral que no prime de una manera tan LADRONA a los grupos de los nacionalismos con la finalidad de que no lamenten tanto su agravio comparativo con ese "inexistente ente abstracto llamado Estado Español?. Un saludo, de un individuo que no suele frecuentar las masas.
Hola de nuevo: pero a pesar de todo (de lo poco argumentado) sí, existe la masa infantiloide, adocenada, etc. Ahora mismo. Aunque, groso modo, haya aceptado la forma de expresión del pasado movimiento del 19 de junio, seguro que había voluntades alienadas dentro. Pero ahora me saldré.
ResponderEliminarFuera estoy del anterior contexto, pero continúo con la más "rabiosa actualidad". Primero en Granada; después en Elche (hoy día Elx -creo-). Las ciudades se juegan su prestigio por medio de los jugadores que visten de corto. A parte de jugar, que es lo suyo, los hay que pierden las formas, los modales, se insultan, se "zumban", etc. Luego las masas recogerán el testigo y... "arrieros somos ..."
Ellos se ven en el partido de vuelta y retornan a sus provocadoras formas. En este caso, algunos aficionados de Elche (quede claro que no pretendo generalizar), pegan a algún jugador, se encaran con los que han vencido y dejan de saber perder. A mí también me ocurre, pues, por ejemplo, soy como Javier Marías, y tengo un "Corazón tan Blanco"... que la supuesta superioridad de la (...) catalana, que el BarÇa representa, pues me hace pensar no muy equilibradamente, pero eso de la violencia...
Después llegan las celebraciones y parece que el pueblo recibirá el "maná" del cielo. Los eslóganes aquí son de "retraca". La facilidad de palabra (y yo me reconozco como un ignorante, o sea que no podría enseñar a nadie), etc. Todo elaboradísimo. Aquí sí que la masa se convierte en una dejación de la civilización alcanzada (si es que acaso hemos hecho eso).
Quiero dejar claro que se merecen el premio, pero algunos (jugadores, entrenador, energúmenos...) han provocado que la maquinaria que mueve la faceta más deleznable de la masa, cuando los incidentes, se ponga en marcha. Para lo bueno, también, pues toda esa aglomeración de gente en la celebración, sí que se limitaba a expresar mensajes que, por tan manidos, resultan como recibidos, cual "carta otorgada", que es lo que ya parece la Constitución española tal y como está dejándose ver ahora.
Así que he retornado al asunto central tras dar un festivo rodeo por el "panem et cirquenses" actual. Deseo seguir reconociendo a la ciudad de Granada por las maravillas artísticas, históricas y arquitectónicas que nos ha dado, y nos continúa dando. No obstante, ¡enhorabuena! por su ascenso a la primera división del fútbol español. Y perdón por haber bajado el listón para tratar la pérdida de cualidades cuando se engrosa en la masa. Lo mismo para las personas que se hayan podido sentir molestas si de algunos de los lugares mencionados son o sienten serlo y yo haberlos tomado como ejemplos.
Temujin, Vicente, me alegra que tengamos entre manos un debate tan sustancioso. Hablar de política con argumentos bien trabados, y hacerlo sin ponernos de los nervios y con la necesaria disposición para atender lo que dice el interlocutor, creo que es el ejercicio intelectual y de “educación para la ciudadanía” más necesario en nuestra sociedad.
ResponderEliminarPondré el énfasis esta vez en el punto que me parece más definitorio para saber en qué se diferencia una agrupación humana digamos que civilizada de una multitud infantilizada y con las características de comportamiento que Freud y Le Bon le atribuyen: creo que ese punto es la intolerancia a la frustración, la necesidad de satisfacer el deseo sin dilación y sin respeto (ni moral ni físico) frente a los obstáculos que puedan aparecer. Todos tenemos (más o menos controlados, pero reconocibles) esos instintos infantiles que, si tienen la ocasión, arremeten contra lo que se ponga por delante, y atendiendo sólo a la propia satisfacción. Recuerdo el caso del atraco a unas oficinas en algún lugar de España en que, quien guardaba el dinero, para evitar que se lo llevaran los ladrones, lo tiró por la ventana (era un primer piso). Efectivamente, los ladrones no pudieron llevárselo… pero no se recuperó ni un duro: quienes vieron llover el dinero desde arriba lo consideraron como un regalo celestial y, a la carrera, obraron en consecuencia. Sin pistola, pero el comportamiento de la masa que por allí andaba fue, desde el punto de vista moral, tan atracador como el de los que fueron (supongo) con capucha. Inferencia: cuando el control social disminuye, el que brota de la propia moralidad (que es tanto como civilidad o madurez frente a infantilismo) parece todavía muy escaso en el nivel evolutivo del homo post antecessor que seguimos siendo.
Las personas nos diferenciamos poco en aquello que deseamos y bastante más en los métodos que ponemos en marcha para conseguirlo. En política, los ácratas reivindican la “acción directa”, que viene a ser algo así como imponer las propias reivindicaciones sin la mediación de ninguna institución. El anarquismo, y lo digo por experiencia propia, es una patología social (y en representación suya, también personal) que retrotrae las fórmulas de desenvolvimiento del deseo a su nivel infantil, al punto en el que el niño aún no ha aprendido a conducir sus deseos a través de las dificultades que impone la realidad. El anarquismo sería prototípico en esta forma impulsiva de abordar los deseos y de tratar los conflictos que generan las dificultades que surgen antes de conseguir satisfacerlos.
UPyD, creo yo, sería una alternativa política prototípica de lo contrario (que conste que me cuesta mucho ser un hombre de partido): acepta que entre una propuesta política justa y su transformación en algo operativo, por ejemplo una ley, hay todo un proceso mediador, que lleva a organizarse, a tratar de influir en la opinión pública, a someterse a la decisión del cuerpo electoral, a, eventualmente, entrar en el Parlamento, y, más eventualmente, cambiar las leyes, es decir, cambiar el mundo. Nadie de UPyD (salvo despiste) gritaría, por ejemplo, en una manifestación: “El pueblo unido funciona sin partidos”. No somos partidarios de la acción directa.
ResponderEliminarPor otro lado, la impulsividad (la intolerancia a la frustración) no aparece en los momentos más o menos gratificantes. Cuando estamos de fiesta, todos somos majos, amigables, divertidos… Si estamos en un momento tan lúdico y festivo como el que se deduce de acampar en la Puerta del Sol o en la Plaza Mayor de cada ciudad, tampoco es de esperar que aparezca allí nuestro peor perfil. El cual podría aparecer, por ejemplo, si la ruina a la que ha llevado la mala gestión del estado, la corrupción y las decisiones políticas y económicas nefastas obliga a recortes sociales y de todo tipo que rompen con las expectativas de la gente (eventualmente también) impulsiva. La intolerancia a la frustración, entonces sí, tendrá consecuencias prácticas.
Yo no creo que todo el movimiento 15-M esté formado por gente infantilizada, impulsiva y partidaria de la acción directa. Mucha, sí. Y otra mucha, inexperta y a falta de un hervor político o dos; si no (lo siento, pero lo digo como lo pienso), ya estaría militando en organizaciones como UPyD u otras equivalentes (se habría enterado esa gente de que la regeneración política es nuestra bandera… aunque también el respeto a la ley), o habría dado vida al movimiento cívico que lleva años intentando asomar en España. Y cuando venga Paco con la rebaja, el previsible comportamiento multitudinario es muy posible que haga aparición en estos reductos, no para mejorar las cosas, sino para empeorarlas todavía más; la protesta callejera no arreglará nuestra quiebra económica, y el 15-M no se ha dotado hasta ahora de otros instrumentos de actuación efectiva. Aún más: me temo que buena parte de la energía motriz que puso en marcha el 15-M proviene de la decepción producida por un gobierno y un PSOE que han tenido que pasar (mínimamente todavía) por la piedra de las restricciones, y eso ha decepcionado a muchos que creían que el estado de bienestar, como el dinero de aquel atraco, caía del cielo.
No hay que confundir las connotaciones de la palabra anarquía con su significado real: Anarquía es sin gobierno, no sin orden. Tradicionalmente se asocia esta palabra a desorden, descontrol, caos y no necesariamente deben ir unidos. Pero si, hay mucha gente interesada en relacionar anarquía con caos.
ResponderEliminarPara que la anarquía tenga futuro, las personas deben saber gobernarse ellas solas y tener un concepto elevado de la sociedad, ser autónomas, que no es poco.
Los gobiernos crean a ciudadanos malcriados en los países desarrollados y no dejan desarrollar ciudadanos, en los países del tercer mundo. En unos casos es exceso de atención y en el otro una falta total de la misma.
También hubiera que recordar a nuestros gobernantes que Política es el conocimiento de la πόλις griega y que antes de empezar a hablar de gobernar hubiera que recorrerse el país, la región, la provincia, la ciudad, el pueblo o barrio.
Contactar con el "personal", de manera más o menos anónima, conocer inquietudes antes de ponerte a solucionar problemas que no conoces.
El otro día me dijeron que el Presidente del Gobierno no puede estar en todos los sitios, eso es seguro, pero....., que buen Presidente del Gobierno seria una persona que aparte de todas las virtudes que posea halla viajado antes de su cargo, por todo su país.
Algunos estamos cansados de "políticos de despachos y comisiones" que hacen ver lo "estresados que estan" para demostrar lo mucho que trabajan.
Aquí esta uno de los canceres de esta sociedad... "los estresados"
y.... es que tanto trabajar para el bien de una gente que son utilizados como estadísticas.....
Tiene que ser jodido, por eso, siempre en campaña, viajan a mendigar votos a gente que no conocen y les hacen ver que les gusta jugar al mus con ellos o las múltiples gilipolleces electorales y.... hasta dentro de cuatro años... pringaos...
Cuando se pueda votar al político (conocedor de la polis, no lo olvidemos) nominalmente, es posible que esta banda de "corre-despachos-comisiones" desaparezca.
Uno empieza a estar cansado de oir decir que son nuestros "representantes", ¿representates de quien? ¿quien les ha elegido? yo no, les han elegido la oligarquía del partido, yo no.
¡Menudo debate, las neuronas a 100 y la duda, siempre la duda!.
ResponderEliminarPreguntas, dudas y alguna respuesta:
¿Hay elementos regeneracionistas en las propuestas de la plataforma “Democracia Real Ya”? Las propuestas políticas si llevan elementos regeneracionistas
¿Hay actuaciones, del movimiento, que asustan cuando acuden a las puertas del Congreso y ayuntamientos?. A mi me dan miedo aunque sus formas sean festivas.
Si parece que en el “Ya” esté el infantilismo el desconocimiento de lo que es la realidad.
La masa y la individualidad también parece que estén en este “movimiento”, “plataforma”. El texto de dos pancartas: 1º.- Ética ¿Don de estás? 2º.- La crisis no nos permite con ser padres
Luis, intentaré enlazar con tus escuetas dudas y/o planteamientos. Pienso ahora en el regeneracionismo de Joaquín Costa, por ejemplo, y creo que siempre ha triunfado en España los, normalmente llamados, poderes fácticos Como decía Unamuno: "españolito que vienes al mundo, una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Siempre hemos sido un país de extremos y en nuestra historia más reciente, la división ha sido siempre muy fuerte entre la España tradicionalista y la liberal. Normalmente ya sabemos hacia dónde se ha ido inclinando la tendencia de los gobernantes. Ya nuestro siglo IXX fue un auténtico tumulto entre las cacicadas, los levantamientos y pronunciamientos militares, la primera efímera República, las sucesivas restauraciones... De aquellos polvos... Seguimos muy divididos y polarizados y cuesta mucho que los tradicionales detentadores de los poderes del estado se vayan haciendo a la idea de que la democracia implica, cuanto menos, un reparto y una atención.
ResponderEliminarTambién veo yo infantilismo (y ahora ya me refiero a cualquiera de los interlocutores, e interlocutoras) en la postura de los políticos del "váyase..." o lo que usted tiene que hacer es marcaharse ("Quítate tú "pa" ponerme yo"...). Respecto al anarquismo, normalmente tendencia de juventud, no me parece correcta la denigración "per se". La acracia (y el prefijo a denota carencia de) sería una suerte de no gobierno, de no, sobre todo, jerarquía y de no estado, sino más bien un funcionamiento asambleario. Que ello resulta al fin y a la postre una utopía más, pues parece que sí. ¿Se puede considerar un estadio infantil al anarquismo? Yo lo dejaría en un "no lugar", pues también sería una "no opción" pues ningún sistema lo permitiría. Querido Javier, seguro que a ti te suenan algunoas de los nombres que provienen de las querencias anarquistas y hoy están en la margen derecha del espectro político, como pueden ser Sánchez Dragó, Fernando Arrabal (aunque él es ye francés más que otra cosa), Agustín García Calvo... A mí me siguen pareciendo interesantísimos, sobre todo este último. Su concepción parece ser la de estar con aquella opción que menos estado aporte.
En fin, un tanto liado lo de hallar soluciones. Permaneceré en su búsqueda. VICENTE
Vuelvo a salirme de la "asamblea principal". Dices arriba, Javier, que la masa en situación lúdica o festiva no saca la impulsividad, o sea, la intolerancia a la frustración. Anoche mismo, y en cualquier lugar de España, tuvimos ocasión todos de comprobar una situación ludico-festiva de las masas en las celebraciones de la Noche de san Juan (en unos lugares más que en otros -allí donde expresamente se celebra fiesta en honor a tal santo-; y en unos espacios más que en otros -pongo por caso las playas-).
ResponderEliminarCuando nos convertimos en masa, sea lúdica o reivindicativamente, nos transformamos en un cuerpo amorfo (carente de cabeza) que actúa de manera visceral. En cierta lógica, la masa debería aparecer llena de sentido común-¡uniendo tantos individuales!-, y, además, ¡poseyendo ya la experiencia de tantos milenios en la misma dedicación! Pero ¿el resultado?
El homínido que somos lleva esa atracción por el fuego desde que fue descubierto. Tantos milenios después, comprendo la alucinación por el efecto mágico del mismo, unido al festejo por disfrutar en vivo de la noche más corta posible, pero se me hace difícil comprender que este o tal otro motivo de jubilo reúna a tanto grupo de masa deshinibida capaz de cualquier "hazaña" (dejo fuera el rito purificador del paso por encima del fuego) animalizante. Por más que nos empeñemos, tenemos elevadísimas dosis de animalidad dentro. Eso sí, una animalidad muy socializada.
Y no se trata sólo de jóvenes con una regulación hormonal que les aporta energías más allá del ciclo de vigilia diaria, porque he visto en los noticiarios a muuuuuuchos grupos de mayores gozando de sus asaditos, que bien está ello, pero (por supuesto: que les quiten a todos lo "bailaó") ¿Y el día siguiente?
Cuáles pueden ser las conclusiones, ¿que uno como individuo quiera más a su especie después de ver semejante espectáculo de inmundicia dejado por la masa festiva? Todos se han olvidado (espero que haya excepciones) de los "restos de la batalla", y allí han de aparecer congéneres madrugadores y afanosos (claro que cobrarán por ello ¿y?, ¿justifica ello el comportamiento "dejado" de los anteriores?
Esto es una muestra de comportamiento de la masa en un ámbito ajeno a la reivindicación. Podría tener un carácter más amable, pero mi impresión es que la percepción, aunque parezca distorsionada, es la de una carencia de civilización manifiesta. Observo claramente aquí el tan, por arriba, comentado infantilismo de los individuos envueltos en la masa, aunque muchos de ellos, por edad, no estén todavía muy lejos de esa fase de puerilidad.
Aquí no se exige el derrocamiento de nada, ni ensayar cualquier revolución, muy al contrario, están a gustísimo con esa "ley" que hace perdurar la tradición, sólo que con materiales más sofisticados -plásticos y envases- y con comportamientos (habrá quien asista simplemente por el gozo de la visión) deshumanizantes. También se podría ver el asunto como un propio homenaje a esta especie que es capaz de tener conciencia de sí misma y sabe que un día logró formar fuego, lo mismo que es consciente de la sucesión del tiempo que nos lleva a un solsticio vivificador, pero es que, como masa, se olvida del hecho civilizado, amén de olvidarse (hacer abstracción) del prójimo que tendrá que recoger, como alguien situado en una escala inferior, la basura y el deshecho del evento.
Me he ido de "fiesta" pero no he abandonado la masa, creo, que no hace nada más que manifestarse. ¿Seguimos metiendo individuos en las colecciones de voluntades que decrecen para agrandar el infantilismo o la frustración? VICENTE
Luis, me alegro de verte por aquí, que hacía rato que no nos saludábamos, aunque nos sepamos lectores de nuestros respectivos blogs.
ResponderEliminarPilar, Temujin, Vicente, Luis y quienes, además, se pasen por aquí, voy a intentar añadir algún argumento más a mi postura. Pero, puesto que esta lista de comentarios ha llegado ya muy abajo, aprovecharé para convertir mi respuesta en un nuevo artículo, que cuelgo acto seguido. Así seguiremos dando cuerda a un asunto que creo que es interesante darle todavía algunas vueltas.
De todas formas, aprovecharé, Vicente, para admitir que tienes razón en tu último comentario: efectivamente, la masa tiende a la exaltación, incluso en momentos festivos, que además suelen estar aderezados con alcohol. Podríamos recordar también las celebraciones de los forofos del Barça en la Fuente de Canaletas, que siempre acaban en noche de cristales rotos. Tendré que corregir la idea que expuse más arriba y situar mejor los momentos de relajación de la multitud.