“Influidos por una psicología ya anticuada, queremos cegarnos ante el
hecho palmario de que, en la realidad psíquica, el pasado no muere, sino que
persiste, formando parte de nuestro hoy. Y no sólo perduran aquellos breves
trozos de nuestro personal pretérito que recordamos, sino que todo él,
íntegramente, colabora en nuestro ser actual, como en el fin de una melodía
actúa su comienzo, inyectándolo de sentido peculiar. El genial psiquiatra Freud
descubre la génesis de muchas enfermedades mentales y de ciertas formas del
histerismo en la explosión anómala que hace dentro del hombre adulto su niñez
maltratada. Fue acaso una escena violenta presenciada en los primeros años, una
cruda negativa de los padres a satisfacer un enérgico deseo del niño; el choque
afectivo experimentado entonces forma a modo de un quiste o tumor psíquico que
acompaña al alma en su crecimiento, deformándola, hasta el día en que explota
como una carga de espiritual dinamita. ¡Cuántas veces, al mirar los ojos de un
hombre maduro, vemos deslizarse por el fondo de ellos su niño inicial, que se
arrastra, todavía doliente, con un plomo en el ala! (Esta es la idea inicial de
Freud, que considero digna de no ser abandonada. Luego tomó su teoría un sesgo
extravagante, concretando el origen de la psicosis en perturbaciones sexuales
de la primera edad)” (Ortega y Gasset[1]).
La filosofía, la historia, la psicología, el arte, la antropología, la actualidad... de la mano, sobre todo, de Ortega y Gasset, el pensador más importante de todos los tiempos en lengua española
lunes, 20 de junio de 2022
SOMOS EL ADULTO QUE SOMOS PORQUE FUIMOS EL NIÑO QUE FUIMOS
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Tan claro; y tan oscuro panorama...
ResponderEliminarTan claro; y tan oscuro panorama.
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