Salvador Dalí: "Galatea de las esferas" |
Me salgo un poco por la tangente y empiezo por Freud, que es un
claro ejemplar de lo que dice Ortega que ocurrió con la forma de pensar propia
del siglo XIX (…y ss.): que se buscaba explicar lo más alto por lo más bajo, lo
evolutivamente superior por lo menos evolucionado. Freud, por ejemplo, explica la
civilización como resultado de la represión por parte de los hijos del deseo de
matar al padre y acostarse con la madre; y la obra de Leonardo da Vinci la
explicaba como sublimación de su homosexualidad.
En el arte (y también en general) se ha ido buscando
retroceder hasta ese punto inicial, causal, en que las cosas empezaron a ser,
como si allí residiera el ser auténtico, porque todo lo que hemos ido añadiendo
los hombres sería falseamiento de la realidad. Por ejemplo, el todo es un invento,
una superchería creada por la mente; lo real serían las partes, los fragmentos,
lo inmediatamente accesible. No existe el “bosque” (creación de la mente), solo
los árboles concretos; ni existen los “grandes relatos”, solo los microrrelatos
de lo inmediato. Lo que se ve realmente es siempre algo incompleto; las figuras
se las inventa la mente. De ahí el cubismo, entre otros; Picasso decía: “Ojalá
pudiéramos quitarnos el cerebro y usar solamente nuestros ojos”. O solo
vemos, en realidad, colores; llamar a esos colores “árbol”, “montaña”, “persona”…
son significaciones, conceptos creados por la mente humana. De ahí el
impresionismo y otros más. O lo consciente es una suplantación de lo
inconsciente, que es lo auténtico; de ahí el surrealismo y derivados.
Lo importante es comprender lo que con esta forma de mirar
(que tiene o tuvo aspectos positivos también) se anuncia: pérdida de toda
identidad, descrédito de todo lo elevado, apego a solo lo inmediato… Y si esto
sigue su curso… ¿a dónde está el punto de fuga, que diría un pintor?
Excelente nota!
ResponderEliminarMuchas gracias.
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