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“Los
comunistas consideran indigno ocultar sus puntos de vista e intenciones.
Declaran abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados mediante la
subversión violenta de todo orden social preexistente” (Karl Marx y Federico Engels: párrafo final
del “Manifiesto Comunista”1-A)
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“La muerte de un enemigo de clase es el
más alto acto de humanidad posible en una sociedad dividida en clases” (Lenin[1]).
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“El odio como factor de lucha; el odio
intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser
humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de
matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede
triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el
enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que
impedirle tener un minuto de tranquilidad” (Ernesto Ché Guevara[2]).
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“Todo
el evangelio de Karl Marx puede resumirse en una sola frase: Odia al hombre que
está mejor que tú. Nunca, bajo ninguna circunstancia, admitas que su éxito
puede deberse a sus propios esfuerzos, a la contribución productiva que ha
hecho a toda la comunidad. Atribuye siempre su éxito a la explotación, a los
engaños, a los robos más o menos abiertos de los demás. Nunca, bajo ninguna
circunstancia, admitas que tu propio fracaso puede deberse a tu propia
debilidad, o que el fracaso de otra persona puede deberse a sus propios
defectos: su pereza, incompetencia, imprevisión o estupidez. Nunca creas en la
honestidad o desinterés de alguien que no esté de acuerdo contigo.
Este odio básico es el corazón del
marxismo. Esta es su fuerza animadora.” (Henry Hazlitt (1894-1993), filósofo,
economista y periodista estadounidense[3])
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“Acaso la gente busque una alteridad radical,
y la mejor forma de lograrla sea el odio, forma desesperada de producción de lo
otro (…) La identidad hoy se encuentra en el rechazo” (Jean Baudrillard[4]).
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“La inconexión es el
aniquilamiento. El odio que fabrica inconexión, que aísla y desliga, atomiza el
orbe y pulveriza la individualidad” (Ortega y Gasset[5]).
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“Nos limitamos los unos a los
otros; nos distinguimos, nos diferenciamos, y, como advierte Stendhal,
diferencia engendra odio; somos progenie del odio y de la enemistad. Homines ex natura hostes (Los hombres son
enemigos por naturaleza). De aquí que la labor filosófica por
excelencia sea buscar tras esas crueles diferencias y limitaciones una
sustancia colectiva, homogénea e idéntica. El magno deber del sabio,
historiador o moralista, es intentar la reconstrucción de la unidad
fundamental, es ir adobando, tras de la variedad de los hombres, la unidad
humana” (Ortega y Gasset[6]).
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0-PORTADA: Ignacio Echevarría: “El odio, una pasión moderna”, en la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 85.
(1-A)-Karl Marx, Federico Engels: "El Manifiesto Comunista", Madrid, Aliaza, 2011.
[1]
Citado por Carlos Alberto Montaner: https://bit.ly/31MLL89
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Guerrilla_de_%C3%91ancahuaz%C3%BA
[3]
MISES INSTITUTE: https://bit.ly/31HllVb
[4]
Jean Baudrillard citado por Ignacio Echevarría en “El odio: una pasión
moderna”, de la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 96.
[5]
Ortega y Gasset: “Meditaciones del Quijote”, O. C. Tº 1, p. 313.
[6]
Ortega y Gasset: “Personas, obras cosas”, O. C. Tº 1, p. 455.
Preferir algo es postergar inevitablemente lo distinto de el.En un sentido lato, odio es el rechazo a todo cuanto postergamos,aunque el termino suene fuerte pero el contenido sea el mismo: no lo quiero¡ En un sentido restringido constituye la aversion militante contra una realidad cualquiera.En este sentido, siempre se odio: a los extranjeros, los barbaros, los infieles, los discapacitados, los brutos, los altos, los bajos,los hombres,las mujeres,los cristianos, los judios , los protestantes, los islamicos, los ilustrados, los poderosos, los menesterosos...Que es lo que da unidad de odio en la lucha de clases (como antes en las guerras religiosas o intertribales)? : la posibilidad de aglutinar social y politicamente a la gente en un resentimiento comun contra un enemigo que se percibe comun.Por eso no es universal: no se ha dado en su momento paradojicamente en las zonas mas retrasadas de España ni en los Estados Unidos, por lo menos como fenomenos generales.Como en general la realidad social ha superado el uso de esas categorias, hoy el odio ya no es exactamente de clases sino debido a la pobreza o la supuesta destruccion del habitat o la falta del debido reconocimiento a la autonomia regional,segun ella es creida, liderados por quienes siempre habra se sientan fuera del sistema y respaldado por ignorantes o resentidos a falta de otra consigna comun.-
ResponderEliminarLamentablemente, Ernesto, en España sí que está vivo en importantes capas de la población ese depósito de odio del cual yo veo que su característica principal es la de ser anterior a la causa que acaba apareciendo para darle racionalidad y justificación. Ortega tiene muy duras palabras para referirse a esto: “Yo sospecho -dice- que, merced a causas desconocidas, la morada íntima de los españoles fue tomada tiempo hace por el odio, que permanece allí artillado, moviendo guerra al mundo. Ahora bien; el odio es un afecto que conduce a la aniquilación de los valores. Cuando odiamos algo, ponemos entre ello y nuestra intimidad un fiero resorte de acero que impide la fusión, siquiera transitoria, de la cosa con nuestro espíritu. Sólo existe para nosotros aquel punto de ella donde nuestro resorte de odio se fija; todo lo demás, o nos es desconocido, o lo vamos olvidando, haciéndolo ajeno a nosotros. Cada instante va siendo el objeto menos, va consumiéndose, perdiendo valor. De esta suerte se ha convertido para el español el universo en una cosa rígida, seca, sórdida y desierta. Y cruzan nuestras almas por la vida, haciéndole una agria mueca, suspicaces y fugitivas como largos canes hambrientos”.
EliminarSi hablaramos de personalidades mental y afectivamente sanas, aquello que postergamos a la hora de definir nuestras preferencias debería desembocar en la simple indiferencia. Cuando sobrecargamos estas cosas postergadas con ese plus de rechazo virulento, hay que sospechar que los motivos estaban guardados en la zona oscura del alma, y han buscado acoplarse a lo que, por ejemplo, una ideología utópica ha venido a dar racionalidad y aparente justificación.