domingo, 23 de enero de 2022

LA ALEGRÍA ES LA SEÑAL DE QUE HEMOS CONSEGUIDO SALIR AL MUNDO

 

Resurrección de Lázaro

   “De ordinario, atraviesa el alma períodos de gran porosidad y otros de extremado hermetismo. Una preocupación grave o aguda suele producir un exceso de concentración en nuestra intimidad. Se vuelve ésta, por decirlo así, de espaldas al mundo y atiende con máxima tensión a la pena o conflicto que ocupa entonces el centro anímico. Nada externo llega adentro: va el alma sorda y ciega. La alegría, por el contrario, vuelve hacia afuera el alma, la desconcentra y la convierte en un amplio tejido de abiertos poros, en un como pabellón de oreja, dispuesto a recoger los menores sonidos. Y como todo ser débil propende a la preocupación por su debilidad –así el enfermo–, acaece que los débiles suelen ser criaturas poco sensibles y extrañamente herméticas” (Ortega y Gasset[1]).

●●●●●●●●●

   “Se comprende que las emociones puedan hallar en movimientos espaciales sus correspondencias, sus metáforas. La alegría produce una dilatación de nuestra persona íntima, la hace irradiar en todas direcciones, despreocuparse; esto es, perder concentración. Y el gesto jocundo, paralelamente, distiende los carrillos, eleva las cejas, abre de par en par los ojos y la boca, separa del tronco los brazos, lanzándolos por el aire en la carcajada; en suma, ejecuta un movimiento de dispersión muscular. En cambio, la pena ocupa y preocupa, contrae el alma, la concentra y recoge sobre la imagen del hecho penoso, haciéndonos herméticos al exterior. Parejamente, su gesto frunce todo el rostro hacia un centro, recoge todos los músculos y cierra los poros” (Ortega y Gasset[2]).

●●●●●●●●●

“Lázaro, ¡sal fuera!” (Juan, 11, 43)Fórmula empleada por Jesucristo para que Lázaro volviera a vivir (quizá solo estuviera deprimido).



[1] Ortega y Gasset: “Vitalidad, alma, espíritu”, en “El Espectador”, Vol. V, Obras Completas, Tomo 2, p. 464.

[2] Ortega y Gasset: “Sobre la expresión fenómeno cósmico”, en “El Espectador”, Vol. VII, Obras Completas, Tomo 2, Madrid, Alianza Editorial, p. 585


No hay comentarios:

Publicar un comentario