miércoles, 10 de noviembre de 2021

VELÁZQUEZ O LA REVOLUCIÓN CONTRA LA BELLEZA (anticipo de mi próximo vídeo largo)

 


Velázquez: "El triunfo de Baco" o "Los borrachos" (1629)

   Velázquez fue pionero en el movimiento que en el arte comenzó a dejar de preocuparse por expresar belleza y volvió la mirada hacia el mundo concreto, cotidiano y trivial, dando así expresión a un estado de ánimo desilusionado que en España expresaba el cansancio en el que desembocó aquel otro espíritu que había movido a los españoles un par de generaciones antes a realizar grandes hazañas. El arte actual, diluido en la trivialidad, es el hijo deforme de aquel genial Velázquez.

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“La cantera que era la «belleza» y el formalismo está exhausta (…) Velázquez vio con radical claridad la situación y debió en su interior exclamar con irrevocable decisión: «¡La belleza ha muerto! ¡Viva lo demás!»”[1].

“El «naturalismo» de Velázquez (así se denominó su pintura) consiste en no querer que las cosas sean más que lo que son (…) En el siglo XVII consistía la pintura en pintar cuadros religiosos y cuadros mitológicos (…) Pues bien, Velázquez, apenas deja Sevilla, resuelve no pintar cuadros religiosos (los pocos que pinta son normalmente encargos del Rey)(2). Eso sí, “Velázquez pinta mitologías. Ahí están Los borrachos, que es una escena báquica; La fragua de Vulcano, Marte, Las Hilanderas… Velázquez, ante un posible tema de este género, se pregunta qué situación real, la cual pueda con aproximación darse aquí y ahora, corresponde a la ideal situación que es el asunto mitológico. Baco es una escena cualquiera de borrachos, Vulcano es una fragua, las Parcas un taller de tapicería, (…) Es decir, que Velázquez busca la raíz de todo mito en lo que podríamos llamar su logaritmo de realidad, y eso es lo que pinta (…) De este modo la jocunda fantasmagoría pagana queda capturada dentro de la realidad, como un pájaro en la jaula”[3]



[1] Ortega y Gasset: “Velázquez”, O. C. Tº 8, pp. 473-474.

[2] Ortega y Gasset: “Velázquez”, O. C. Tº 8, pp. 478 a 480.

[3] Ortega y Gasset: “Velázquez”, O. C. Tº 8, pp. 481-482.

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