"La esfera reflectante"-M. C. Escher |
El hombre no busca el conocimiento porque meramente ejercite
así una función natural. Lo hace porque necesita saber a qué atenerse respecto
de las cosas que aparecen frente a él inquietándole. La inteligencia es un arma
vital. El hombre piensa porque lo necesita para vivir.
“Según (Aristóteles) consistiría (el conocimiento),
simplemente, en el uso o ejercicio de una facultad que el hombre tiene, como
mirar sería no más que usar de la visión (…) Pero nada de eso es conocimiento
(…) El conocer mismo no es una facultad, dote o mecanismo; es, por lo
contrario, una tarea que el hombre se impone (…) Si (el hombre) usa de sus
dotes intelectuales en largo y desesperado esfuerzo no es simplemente porque
las tiene, sino, al revés, porque se encuentra menesteroso de algo que le falta
y a fin de conseguirlo moviliza, claro está, los medios que posee (…) Sólo
Platón entrevió que la raíz del conocer, diríamos, su sustancia misma (…) está
en el hecho terrible de que el hombre «no sabe». Ni el Dios ni la bestia tienen
esta condición. Dios sabe todo y por eso no conoce. La bestia no sabe nada y
por eso tampoco conoce (…) Esto es lo que conviene analizar. ¿Por qué al hombre
le duele su ignorancia, como podía dolerle un miembro que nunca hubiese
tenido?” (Ortega y Gasset[1]).
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