Dice Ortega que de la misma forma que existe el fenómeno del sonambulismo, del “sonambular”, es decir, de una actividad motriz que se produce en sueños, existe también lo que podríamos llamar “sompensar”, o sea, un pensamiento que se produce también mientras dormimos, una extraña inspiración gracias a la cual, dice asimismo Ortega, a veces, han “podido resolverse durmiendo problemas matemáticos de la más alta complicación, problemas tras de los cuales durante mucho tiempo la persona acordada se esforzaba en vano para hallarles solución”. No hay más que tomarse en serio este fenómeno, y constatar lo mucho que en términos relativos se produce, para que reparemos en que se trata de algo suficientemente misterioso como para merecer alguna reflexión, especialmente si reparamos en que tiene suficiente sintonía con otros fenómenos a los que hemos dedicado atención últimamente en varios vídeos, y que normalmente coinciden con algún tipo de estado alterado de conciencia.
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