Tommy Ingberg: "El hurgador" |
Si, como dice Darwin, los hombres fuéramos seres
adaptativos, nos conformaríamos con lo que hay, no nos haríamos problema de lo
que son las cosas y nos acoplaríamos a lo que el entorno nos propone. Pero lo
que nos caracteriza, por el contrario, es, precisamente, convertir las cosas en
problemas.
●●●●●●●●●
“Sentimos de pronto una forzosidad o un deseo que,
para satisfacerse, requeriría una realidad circundante distinta de la que es:
una piedra, por ejemplo, estorba nuestro avance por el camino. El problema
práctico consiste en que una realidad diferente de la efectiva sustituya a
ésta, que haya un camino sin piedra —por tanto, que algo que no es llegue a
ser—. El problema práctico es aquella actitud mental en que proyectamos una
modificación de lo real, en que premeditamos dar ser a lo que aún no es, pero
nos conviene que sea (…) Esta audacia del hombre que le lleva a negar
provisionalmente el ser y al negarlo convertírselo en problema, crearlo como
problema, es lo característico y esencial de la actividad teorética que, por lo
mismo, considero irreductible a toda finalidad práctica, sea del orden que sea.
Esto significa que hay dentro del hombre biológico y utilitario otro hombre
lujoso y deportivo, que en vez de facilitarse la vida aprovechando lo real, se
la complica suplantando el tranquilo ser del mundo por el inquieto ser de los
problemas (…) No se diga, pues, que la necesidad o problema práctico nos obliga
a plantearnos problemas teóricos. ¿Por qué no acontece esto en el animal, que
tiene y siente, sin duda alguna,' problemas prácticos? (…) Porque, viceversa,
un ser sin deseo, sin necesidades, sin apetito —un ser que fuese sólo intelecto
y que tendría problemas teóricos— no llegaría nunca a percibir un problema
práctico” [Ortega y Gasset(1)].
No hay comentarios:
Publicar un comentario