martes, 7 de octubre de 2025

A LA VERDAD SE ACCEDE DE UNO EN UNO

“De la misma manera que hicieron los griegos del ser lo único y de la belleza una norma o modelo general, va a encontrar Kant la bondad, la perfección moral en un imperativo genérico y abstracto. No, no; el deber no es único y genérico. Cada cual traemos el nuestro inalienable y exclusivo. Para regir mi conducta Kant me ofrece un criterio: que quiera siempre lo que otro cualquiera puede querer. Pero esto vacía el ideal, lo convierte en un mascarón jurídico y en una careta de facciones mostrencas. Yo no puedo querer plenamente sino lo que en mí brota como apetencia de toda mi individual persona” (Ortega y Gasset(1)).



[1] Ortega y Gasset: “Estética en el tranvía”, O. C. Tº 1, p. 38.

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