viernes, 19 de julio de 2024

LA HISTORIA ES UNA INMENSA ETIMOLOGÍA

 

Conocer la etimología del saludo (como quedó expuesto en la anterior publicación) no sirve sólo para satisfacer una curiosidad sin más trascendencia, sino que ella nos proporciona un ejemplo destinado a descubrir el sentido de lo que debe de ser la historia. Porque ésta no sólo consiste en el erudito conocimiento de hechos concretos (a lo cual se suele reducir la historiografía al uso), sino en la indagación de sus causas y consecuencias. El asesinato de Julio César en el 44 a. de C. es uno de los hechos más trascendentales de la historia; pero si no indagamos en sus causas y sus consecuencias, si lo tratamos como un mero hecho en sí, no lo entenderemos. Hemos de conocer su “etimología”, su sentido. Dice Ortega al respecto: “El hombre es constitutivamente, por su inexorable destino como miembro de una sociedad, el animal etimológico. Según esto, la historia toda no sería sino una inmensa etimología, el grandioso sistema de las etimologías. Y por eso existe la historia, y por eso el hombre la ha menester, porque ella es la única disciplina que puede descubrir el sentido de lo que el hombre hace y, por tanto, de lo que es (…) Etimología es el nombre concreto de lo que más abstractamente suelo llamar «razón histórica»”[1]. La razón histórica o razón vital es el método que Ortega aplica a su filosofía.



[1] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, Alianza, p. 220.

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