martes, 25 de octubre de 2022

MOMENTOS DIFÍCILES DE LA VIDA

 

“Aproximadamente la tercera parte (de mis pacientes) no padece ningún tipo de neurosis determinable clínicamente, sino de falta de sentido y objeto de su vida. No tengo nada en contra de que se designe a esto como la neurosis general de nuestro tiempo. Las dos terceras partes de mis pacientes se encuentran en la segunda mitad de la vida. Este peculiar material opone una resistencia especial a los métodos racionales de tratamiento, seguramente porque en su mayoría son individuos adaptados socialmente, capaces de grandes cosas, a los que la normalización no les dice nada (…) En la mayor parte de mis casos, los recursos de la consciencia están agotados (en inglés se suele decir «I am stuck», «Me he quedado atascado») (…) No sé cómo responder a la pregunta del paciente «¿Qué me aconseja usted?» (…) Sólo sé una cosa, que, si mi consciencia ya no ve ante sí ningún camino transitable y se atasca, mi alma inconsciente reaccionará a esta detención insoportable” (Carl G. Jung(1)).

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“A poco que vivimos hemos palpado ya los confines de nuestra prisión. Treinta años cuando más tardamos en reconocer los límites dentro de los cuales van a moverse nuestras posibilidades. Tomamos posesión de lo real, que es como haber medido los metros de una cadena prendida de nuestros pies. Entonces decimos: «¿Esto es la vida? ¿Nada más que esto? ¿Un ciclo concluso que se repite, siempre idéntico?» He aquí una hora peligrosa para todo hombre” (Ortega y Gasset[2]).

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 “Imagínese un momento de transición durante el cual las grandes metas que ayer daban una clara arquitectura a nuestro paisaje han perdido su brillo, su poder atractivo, su autoridad sobre nosotros, sin que todavía hayan alcanzado completa evidencia y vigor suficiente las que van a sustituirlas. En tal sazón parece el paisaje desarticularse, vacilar, estremecerse en torno al sujeto; los pasos de éste serán también vacilantes, puesto que oscilan y se borran los puntos cardinales y las rutas mismas se esquivan ondulantes, como huyendo de la planta” (Ortega y Gasset[3]).



[2] Ortega y Gasset: “Meditaciones del Quijote”, O. C. Tº 1, p. 379.

[3] Ortega y Gasset: “El tema de nuestro tiempo”, O. C. Tº 3, p. 192.

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