Pietro Vannucci : “Fortaleza y templanza con seis héroes antiguos” |
“¿Hasta qué punto un pueblo sin grandes hombres sería verdaderamente un
pueblo? Una raza —dice justamente Renan— es, ante todo, un molde de educación
moral. Y ¿es ésta posible sin grandes hombres?” (Ortega y Gasset[1])
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“Nadie ignora que el significado originario de la palabra «musa» es
ocio, y ocio en el sentido clásico quiere decir lo opuesto a trabajo útil; no
es un no hacer, sino el trabajo inútil, el trabajo sin soldada ni material
beneficio, el esfuerzo que dedicamos a lo irreal, a lo supremo. Yo tengo para
mí que los grandes hombres han debido siempre mucho más a este ocio viril que a
las musas de carne y hueso” (Ortega y Gasset[2]).
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“Los fines que tienen importancia, en la historia universal, tienen que
ser fijados con energía, mediante la voluntad abstracta. Los individuos de
importancia en la historia universal que han perseguido tales fines se han
satisfecho, sin duda, pero no han querido ser felices” (G. W. F. Hegel[3]).
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“Lo normal es (…) que el
cachorro de grande hombre político tenga una juventud revuelta y atropellada, a
veces tangente de la botaratería. Así Temístocles, Alcibíades, César, Mirabeau
(…) La impulsividad, el activismo e inquietud constantes, la falta de
escrupulosidad. Sobre éstas va a caballo el genio; sin esas capacidades
psicofisiológicas, que son como fuerzas brutas y poderes elementales
—demoníacos, diría un antiguo—, no hay grande hombre político (…) Cabe no
desear la existencia de grandes hombres, y preferir una humanidad llana como la
palma de la mano; pero si se quieren grandes hombres, no se les pidan virtudes
cotidianas” (Ortega y Gasset[4]).
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“¿Qué decía el Maestro Eckhart? ‘Por eso ha dispuesto Dios que la
miseria del pecado recayera con más frecuencia precisamente sobre aquellos
hombres que quiso destinar a grandes cosas” (Carl G. Jung[5]).
[1]
Ortega y Gasset: “Personas, obras, cosas”, O. C. Tº 1, p. 531.
[2]
Ortega y Gasset: “Personas, obras, cosas”, O. C. Tº 1, p. 556.
[3] G.
W. F. Hegel: “Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal”, Madrid,
Alianza, 1982, p. 88.
[4]
Ortega y Gasset:
[5] Carl
G. Jung: “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta,
2001, p.207.