No hay nada que hacer. Las bases de votantes de eso que se
conoce como “la izquierda progresista” es inamovible. ¿Que el presidente haya
alcanzado el poder contradiciendo, al día siguiente de las elecciones, sus
propias manifestaciones sobre con quién iba a pactar o sobre su pretendida
voluntad de volver a llevar al Código Penal los referéndums ilegales? DA IGUAL.
¿Que su socio principal, Podemos, sea un partido comunista, cuya referencia más
inmediata ha sido desde su origen la Venezuela hoy de Maduro, cuyo líder Pablo
Iglesias dejó dicho que “la caída del muro de Berlín fue una mala noticia” (ver vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=2kZ_Mtgtznc ) y
cuyo codirigente y ministro del nuevo gobierno, Alberto Garzón, se fotografíe
con camisetas en las que se exhibe el logo de la República Democrática Alemana (ver foto)? DA IGUAL,
aunque no exista ni un solo ejemplo de que las políticas de los partidos
comunistas no hayan conducido a los pueblos por los que han pasado a la
catástrofe social, política y económica ¿Que para gobernar Sánchez tenga que
contar con el beneplácito del grupo heredero de ETA, a cuyo frente está una
persona condenada por explosión en una gasolinera, robos a mano armada,
asaltos, secuestros, apología del terrorismo, inducción a la violencia,
pertenencia a ETA en grado de dirigente… más lo que no se sabe, y de nada de lo
cual se ha arrepentido, sino todo lo contrario? DA IGUAL. ¿Qué se haya cedido
en todas las exigencias de un partido golpista como ERC, cuyo dirigente máximo
está en la cárcel por protagonizar un golpe de Estado y cuyos presupuestos
incluyen, efectivamente, el deseo de destruir este Estado, el de los españoles,
al cual odian? DA IGUAL.
Lo que pase con España, el país en el que estos llamados “progresistas”
viven, trabajan, desarrollan sus proyectos de vida… LES DA IGUAL (no hay ningún
otro país del mundo en el que sus habitantes, excepto quizás los más primarios
y bárbaros, no se sientan vinculados con la colectividad a la que pertenecen).
Que en un tercio de España no se pueda estudiar en español, el idioma en el que
hablan 572 millones de personas, y se esté obligado a hacerlo en idiomas
regionales que inevitablemente están condenados a desaparecer a medio plazo…
LES DA IGUAL. Que el país se deshilache en las mil maneras posibles de clamar imperativamente
que “Mi pueblo existe” o “¿Qué hay de lo mío?”, LES DA IGUAL.
Todo lo cual correlaciona y queda reforzado por un discurso
elemental, aunque a la vista está que también efectivo, consistente en que al
otro lado lo que hay es una derechona fascista, que por si fuera poco es
fascista y apesta, además de que es fascista y franquista y, por si fuera poco,
mataron a García Lorca. Y son fachas. No hace falta mantener ningún rigor,
ningún conocimiento mínimamente sustentado, no hace falta escuchar lo que diga
el “enemigo”, al que se repudia con histerismo en cuanto empieza a hablar (si
es que se le deja empezar). Solo hace falta tener suficientemente lleno el
depósito del rencor para que el discurso “progresista” venda todo lo que quiera
vender. Desde luego, y por ejemplo: que son preferibles los comunistas,
terroristas o golpistas a esa odiosa derechona constitucionalista. Y, por tanto, facha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario