En efecto, y desgraciadamente, creo que UPyD no tiene
solución o se está alejando cada vez más de ella. Para dar con la solución de
lo que ocurre allí, habría sido necesario primero que los responsables del
partido supieran cuál es el problema. Y no están capacitados para ello. No
porque les falte inteligencia, sino porque la estructura de su carácter
autoritario les impide verlo. Ellos y la inmensa mayoría de los miles de ex
militantes que nos hemos ido del partido coincidimos en algo fundamental: todos
apoyamos el Manifiesto Fundacional, las ideas políticas que sirvieron de base
para la constitución de UPyD. Y puesto que ellos, sobre todo el triunvirato del
politburó, Rosa, Gorriarán y Fabo, partiendo del consenso que las ideas de UPyD
suscitan, no consideran otros problemas posibles, la culpa de que UPyD no
prospere ha de estar, desde su perspectiva, necesariamente fuera: la prensa
canallesca, la colusión de los poderes fácticos que tratan de destruir un
partido que les hace pupa, las perversas jugadas de Albert Rivera y los suyos,
que también ven a UPyD como un enemigo electoral, la mala publicidad sobre el
partido que producen los disidentes… Así que obran en consecuencia: insultan a
unos y a otros, nos tratan a los que nos vamos de UPyD literalmente como “indeseables”,
huyen de posibles aliados como Ciudadanos igual que si del diablo se tratara,
y, para guinda del pastel, expulsan a los “indeseables” internos (los últimos,
los diputados europeos Enrique Calvet y Fernando Maura) o les empujan a irse (desde Mikel Buesa
a Sosa Wagner, con varios miles de ex militantes de por medio), que a su modo de
ver lo que quieren es corregir un partido que ellos consideran perfecto, es
decir, lo que quieren es desvirtuarle. Rosa y compañía no ven, no pueden ver, dado
el bloqueo que en su inteligencia producen las perversiones de su autoritario
carácter, que ellos mismos son el problema, que hay muchas personas deseosas de
que ideas como las que promueve UPyD vayan adelante, y que, en cuanto han
tenido ocasión de votar algo que se pareciera a esas ideas, pero sin ellos como
antipáticos voceros de las mismas (es el caso de Ciudadanos), han entrado a
votarles en masa.
Así que lo que están haciendo Rosa y sus adláteres (o
Gorriarán y los suyos, que yo creo que él es el auténtico factótum de UPyD) es
hundir cada vez más a este partido, porque sólo saben poner en práctica soluciones que
sean compatibles con la defensa de algo que creen perfecto: insultar a
quienes les critican, puesto que en esa crítica sólo ven malevolencia, extender su complejo persecutorio, incrementar sus
respuestas autoritarias, expulsar o hacer la vida imposible a los disidentes
que lo que pretenden (o pretendían… no sé si va a quedar alguien ya) es
reflotar el partido… Lo malo es que quienes siguen en UPyD y aceptan la
aparente coherencia de lo que postulan Gorriarán y los demás, corren el peligro
de entender que los que nos vamos, efectivamente, somos unos “indeseables”, y
es una pena perder amigos.
Se me ocurre que, si no hubiéramos perdido los ánimos en
este empeño en el que hemos fracasado, si nos juntáramos todos los que,
creyendo en las ideas de UPyD, nos hemos ido del partido (unos 18.000), y formáramos una UPyD
sin Gorriarán y los suyos, tendríamos consistencia suficiente para ser la
alternativa que España está necesitando. A ver si Ciudadanos va arreglando esas
partes oscuras que todavía exhiben y acaban siendo ellos esa alternativa, porque este horno que es España no está para bollos.
Creo que hay que dejar de dar boato a los partidos per se y más a las ideas y las soluciones. La corrupción no debe encabezar las propuestas sino la ilusión, eso es lo que creo y a lo mejor o a lo peor, es que el partido no tiene un contacto real con la calle, no se puede ir de santo sin hacer milagros. Tu conoces la militancia de Burgos, ¿cuantos carpinteros? ¿cuantos fontaneros? ¿cuantos empresarios hay en el partido?. En cierta forma se parece a aquello de todo para el pueblo, pero...Creo que nunca ha impregnado en la sociedad real, los votantes, sin embargo el programa estructural es fabuloso cuando se lo explicas a alguien de tu a tu y de forma sencilla. Yo seguiré militando aunque no sea muy activo, esto de trabajar mañana y tarde es lo que tiene.
ResponderEliminarCreo, Temujin, que la estructura del partido nos mantuvo bloqueados, que el diseño que Gorriarán hizo de UPyD estaba previsto para que los militantes jugáramos sólo un papel pasivo o meramente instrumental (pega-carteles), y que nunca pudimos ser suficientes como para que nuestra actividad llegara a trascender. Desde mi perspectiva, veo ahora la aventura upydera como un enorme gatillazo. La parte de mí que se ha quedado nostálgica después de irme se identifica contigo y te anima a que sigas dando caña... Bueno, y la otra parte también.
ResponderEliminarEn Burgos se ha caído todo al traste y en las elecciones lo vamos a ver, y ya he dicho que así conmigo no. Mi condición fue, no ser uno más que paga, mi condición fue ser activo, y hasta aquí he llegado. Creo que UPyD en Burgos poco más y espero equivocarme que perderá los tres o al menos dos concejales.
ResponderEliminarLástima, Alejandro, que gente con un potencial como el tuyo también ande desanimada. No creo que seamos optimistas venidos a menos por nuestra propia idiosincrasia: la situación de partida ha sido ilusionante para ti, para mí y para otros muchos. No ha sido la desidia lo que nos ha llevado al desánimo. Y desde luego, a mí me cuesta renunciar sumisamente a esa ilusión, sobre todo si veo responsables de que las cosas estén siendo así.
ResponderEliminarCreo asimismo que cuando algo así se desmorona, acaba afectando a todos sus ángulos, incluidos, efectivamente, los más locales.