“¿Dónde preferirías vivir?”, le preguntaron a Baudelaire.
“En cualquier parte, con tal de que sea fuera del mundo”, contestó desdeñoso el
dandi. Desplazaba así hacia el ensueño el irrevocable impulso que todos tenemos
a hacer que nuestra vida sea un quehacer, una actividad. Esa vocación hacia la
actividad nos es intrínseca; pero hemos de conseguir traducirla en alguna de
las formas que el mundo nos oferta, hemos de añadir a nuestro intrínseco
impulso hacia el quehacer una finalidad, y esa finalidad sólo es posible
planteársela dentro del mundo, a través de un proyecto de vida ilusionante. En
el ensueño no es posible hacer nada.
La filosofía, la historia, la psicología, el arte, la antropología, la actualidad... de la mano, sobre todo, de Ortega y Gasset, el pensador más importante de todos los tiempos en lengua española
lunes, 26 de febrero de 2024
POR QUÉ LA VIDA ES QUEHACER (y por qué Baudelaire se aburría tanto)
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