martes, 30 de marzo de 2021

CÓMO SE FORJÓ EL DESCRÉDITO DE LA REALIDAD


 ●●●●●●●●●●●●●●●●

     “La modernidad nunca es ella misma: siempre es otra. Lo moderno no se caracteriza únicamente por su novedad, sino por su heterogeneidad. (…) La antigua tradición era siempre la misma, la moderna es siempre distinta. (…) Ni lo moderno es la continuidad del pasado en el presente ni el hoy es el hijo del ayer: son su ruptura, su negación (…) (A los modernos) no nos rige el principio de identidad (…) sino la alteridad y la contradicción” (Octavio Paz[1]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “El hombre moderno vive asomado al mañana para ver llegar la novedad” (Ortega y Gasset[2]).

 ●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Este tipo de vida para el que vivir es insistir en lo recibido, es el tradicionalismo. Pero he aquí que en el Renacimiento, de pronto, vira sobre sí mismo el corazón europeo, y se invierte la actitud de los espíritus. Todas esas tradiciones, todo eso recibido empieza a aparecer insuficiente, infundado, torpe, absurdo. Las gentes comienzan a sentir que la vida solo tiene valor si lucha contra todo eso, si se libera de todo eso. Llevamos sobre todo tres siglos durante los cuales para las gentes vivir era libertarse de algo, de alguna tradición. Por tanto, llevamos tres siglos (…) de combate contra lo constituido como tal, contra la autoridad política, contra el dogma religioso, contra el escolasticismo científico, contra la norma poética (…) (Se ha impuesto un) sentido de la vida como un esfuerzo negador (…) En 1870 comienza, con el impresionismo, la gran rebelión contra las Bastillas pictóricas, contra los Museos y su tradición. También los pintores van a abrir la serie de los programas subversivos. En fin, hasta (…) Los títulos de las nuevas ciencias del espacio ostentan a la intemperie su musculatura negativa: la geometría no-euclidina, no-arquimédica etcétera” (Ortega y Gasset[3]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “La modernidad es una separación. Empleo la palabra en su acepción más inmediata: apartarse de algo, desunirse. La modernidad (…) es una ruptura continua, un incesante separarse de sí misma; (…) Como si se tratase de uno de esos suplicios imaginados por Dante (…), nos buscamos en la alteridad, en ella nos encontramos y luego de confundirnos con ese otro que inventamos, y que no es sino nuestro reflejo, nos apresuramos a separarnos de ese fantasma, lo dejamos atrás y corremos otra vez en busca de nosotros mismos, a la zaga de nuestra sombra. Continuo ir hacia allá, siempre allá —no sabemos dónde. Y llamamos a esto: progreso” (Octavio Paz[4]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Sólo por medio de su absoluta negatividad puede el arte expresar lo inexpresable, la utopía” (Theodor W. Adorno[5]). 

●●●●●●●●●●●●●●●●

 “En la actualidad ya no restan más que estas pasiones: odio, disgusto, alergia, aversión, decepción, náusea, repugnancia o repulsión. No se sabe lo que se quiere. Pero sí lo que no se quiere. El proceso de la actualidad es un proceso de rechazo, de desafecto, de alergia. El odio participa de ese paradigma de pasión reaccionaria: yo rechazo, yo no quiero, no entraré en el consenso” (Jean Baudrillard, analista de la posmodernidad[6]). 

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Cuando alguien preguntaba a Baudelaire dónde prefería vivir, con un gesto de dandysmo displicente, que era, según es sabido, su religión, respondió: «¡En cualquier parte, en cualquier parte, con tal que sea fuera del mundo!»” (Ortega y Gasset(7)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

Y SIN EMBARGO…

 “Somos herederos, continuadores siempre. Nada ha empezado con nosotros” (María Zambrano[8]).



(0) PORTADA: Octavio Paz: “Los hijos del limo”, paz-octavio-los-hijos-del-limo.pdf , p. 138.

[1] Octavio Paz: “Los hijos del limo”, paz-octavio-los-hijos-del-limo.pdf , p. 129.

[2] Ortega y Gasset: “Descreimiento, asfixia y rebelión”, O. C. Tº 5, p. 505.

[3] Ortega y Gasset: “En un banquete en su honor en ‘Pombo’”, O. C. Tº 6, p. 228.

[5] Theodor W. Adorno, citado por Ignacio Echevarría en “El odio: una pasión moderna”, de la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 94.

[6] Jean Baudrillard citado por Ignacio Echevarría en “El odio: una pasión moderna”, de la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 95.

[7] Ortega y Gasset: “Idea del teatro”, Anejo 1, “Máscaras”, O. C. Tº 7, pp. 468-469.

[8] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Barcelona, Planeta De Agostini, 2011 p.119.

domingo, 28 de marzo de 2021

LAS VERDADES DE LA CIENCIA EXPERIMENTAL SON INSUFICIENTES

 


●●●●●●●●●●●●●●●●

     «La "verdad científica" se caracteriza por su exactitud y el rigor de sus previsiones. Pero estas admirables calidades son conquistadas por la ciencia experimental a cambio de mantenerse en un plano de problemas secundarios, dejando intactas las últimas, las decisivas cuestiones. De esta renuncia hace su virtud esencial, y no sería necesario recalcar que por ello sólo merece aplausos. Pero la ciencia experimental es sólo una exigua porción de la mente y el organismo humanos. Donde ella se para no se para el hombre” (Ortega y Gasset(1)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Es lo cierto que sublimando toda cosa hasta su última determinación, llega un instante en que la ciencia acaba sin acabar la cosa; este núcleo trascientífico de las cosas es su religiosidad” (Ortega y Gasset[2]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “La física se ocupaba y se ocupa sólo de realidades intermedias, de los fenómenos o apariencias que emergen ante los sentidos (…) Las leyes físicas no son descubiertas con un propósito utilitario, pero llevan en sí la condición de poder ser siempre aplicadas, sirven para facilitar al hombre el detalle de su vida, mas no resuelven, ni siquiera atacan los grandes problemas hincados en el alma humana” (Ortega y Gasset[3]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Se renuncia con laudables pretextos de cordura a descubrir el secreto de las últimas cosas, de las cosas «fundamentales», y se mantiene la mirada fija exclusivamente en «este mundo». Porque «este mundo» es lo que queda del Universo cuando le hemos extirpado todo lo fundamental; por tanto, un mundo sin fundamento, sin asiento, sin cimiento, islote que flota a la deriva sobre un misterioso elemento” (Ortega y Gasset[4]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “¿A quién le ha quitado nunca el hambre saber que no podrá comer?” (Ortega y Gasset[5])

●●●●●●●●●●●●●●●●



(0) PORTADA: Ortega y Gasset: “El origen deportivo del Estado”, en “El Espectador”, vol. VII, O. C. Tº 2, pp. 607-608.

[1] Ortega y Gasset: “El origen deportivo del Estado”, en “El Espectador”, vol. VII, O. C. Tº 2, pp. 607-608.

[2] Ortega y Gasset: “Sobre ‘El Santo’”, O. C. Tº 1, p. 431.

[3] Ortega y Gasset: “Pleamar filosófica”, O. C. Tº 3, pp. 346-347.

[4] Ortega y Gasset: “Dios a la vista”, en “El Espectador”, Vol VI, O. C. Tº 2, p. 495.

[5] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Vol. VII, O. C. Tº 2, pág. 608.


viernes, 26 de marzo de 2021

EL PAISAJE, METÁFORA DEL ALMA

 


●●●●●●●●●●●●●●●●

     “No hay un yo sin un paisaje, y no hay paisaje que no sea mi paisaje o el tuyo o el de él. No hay un paisaje en general” (Ortega y Gasset[2]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Late, pues, en cada localidad un posible destino humano, que parece en todo instante pugnar por realizarse y actúa como un imperativo atmosférico sobre la raza que lo habita. A su vez, cada forma típica de vida humana proyecta ante sí el complemento de un paisaje afín (…) ¿Quién, por ejemplo, ha explicado por qué los reptiles, los gatos y los ciervos en China tienen los ojos oblicuos como los mandarines? ¿Qué secreta unidad de inspiración guía la mano artífice de la Naturaleza cuando dibuja la flor silvestre y modela el corazón del indígena?” (Ortega y Gasset[3]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Nuestra vida es un diálogo donde es el individuo sólo un interlocutor: el otro es el paisaje, lo circunstante” (Ortega y Gasset[4]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “ ‘Todo pasa’, corre el agua del río pero el cauce y el río mismo permanecen. Mas, es menester que haya cauce, y el cauce de la vida, es la verdad (…) Descubrirnos este cauce es lo que hace la Filosofía cuando es fiel a sí misma, y es entonces camino, cauce de vida (…) El camino ordena el paisaje y permite moverse hacia una dirección” (María Zambrano[5]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Allí donde la vida resulte mínimamente posible el ser orgánico reacciona sobre el medio y lo transforma en la medida de su potencia vital (…) Cada raza lleva en su alma primitiva un ideal de paisaje que se esfuerza por realizar dentro del marco geográfico del contorno. Castilla es tan terriblemente árida porque es árido el hombre castellano. Nuestra raza ha aceptado la sequía ambiente por sentirla afín con la estepa interior de su alma” (Ortega y Gasset[6]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Los paisajes cambian; los individuos que los miran, también; mas algo decisivo permanece idénticamente: el dolorido sentir, la melancolía del hombre ante el paisaje. Pase lo que pase, subsistirá en el universo el mismo volumen de melancolía” (Ortega y Gasset[7]).

_________________________________

[1] PORTADA: Ortega y Gasset: “Introducción a un «Don Juan»”, O C. Tº 6, p. 129.

[2] Ortega y Gasset: “Notas de andar y ver. Viajes, gentes, países”, Madrid, Alianza, 1988, p. 50.

[3] Ortega y Gasset: “Introducción a un «Don Juan»”, O C. Tº 6, p. 129.

[4] Ortega y Gasset: “Meditaciones sobre la literatura y el arte”, Madrid, Castalia, 1988, 361.

[5] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Barcelona, Planeta De Agostini, 2011, pp. 20-21

[6] Ortega y Gasset: “Notas de andar y ver. Viajes, gentes, países”, Madrid, Alianza, 1988, pp. 104-105.

[7] Ortega y Gasset: “Meditaciones sobre la literatura y el arte”, Madrid, Castalia, 1988, p. 336.


miércoles, 24 de marzo de 2021

LA RUINA, LO PROVISIONAL: PRELIMINARES DE UN TIEMPO QUE VA A NACER

     “No se sabe hacia qué centro de gravitación van a ponderar en un próximo porvenir las cosas humanas, y por ello la vida del mundo se entrega a una escandalosa provisoriedad. Todo, todo lo que hoy se hace en lo público y en lo privado —hasta en lo íntimo—, sin más excepción que algunas partes de algunas ciencias, es provisional. Acertará quien no se fíe de cuanto hoy se pregona, se ostenta, se ensaya y se encomia (…) Todo, desde la manía del deporte físico (la manía, no el deporte mismo) hasta la violencia en política; desde el «arte nuevo» hasta los baños de sol en las ridículas playas a la moda. Nada de eso tiene raíces, porque todo ello es pura invención, en el mal sentido de la palabra, que la hace equivaler a capricho liviano. No es creación desde el fondo sustancial de la vida; no es afán ni menester auténtico. En suma: todo eso es vitalmente falso (…) Sólo hay verdad en la existencia cuando sentimos sus actos como irrevocablemente necesarios. No hay hoy ningún político que sienta la inevitabilidad de su política, y la siente tanto menos cuanto más extremo es su gesto, más frívolo, menos exigido por el destino. No hay más vida con raíces propias, no hay más vida autóctona que la que se compone de escenas ineludibles. Lo demás, lo que está en nuestra mano tomar o dejar o sustituir, es precisamente falsificación de la vida. La actual es fruto de un interregno, de un vacío entre dos organizaciones del mando histórico: la que fue, la que va a ser. Por eso es esencialmente provisional” (Ortega y Gasset(1)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “Tiene otro aspecto, mirado por su reverso, la ruina: el que unas cosas acaben es condición para que otras nazcan. Si los edificios no cayesen en ruinas, si se conservasen imperecederos no quedaría sobre el haz del planeta, a estas horas, espacio para vivir nosotros, para construir nosotros. No podemos, pues, contentarnos con llorar sobre las ruinas; éstas hacen falta. El hombre, que es el gran constructor, es el gran destructor y su destino sería imposible si no fuese también un famoso fabricante de ruinas” (Ortega y Gasset(2)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     “¡Y que caiga hecho pedazos todo lo que en nuestras verdades pueda caer hecho pedazos! ¡Hay muchas casas que construir todavía!” (Friedrich Nietzsche(3)).



0-PORTADA: Ortega y Gasset: “Idea del teatro”, O. C. Tº 7, p. 450.

[1] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C. Tº 4, p. 272.

[2] Ortega y Gasset: “Idea del teatro”, O. c. Tº 7, p. 449.

[3] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 173

lunes, 22 de marzo de 2021

EL HORIZONTE DA SENTIDO A LO QUE DISCURRE AQUÍ Y AHORA


     Nuestro reino es de este mundo sólo en la medida en que incluye aquél que añoramos, aquel que nos hemos prometido. Y “sólo tras de haberse señalado un fin lejano aparecen las finalidades inmediatas. Esa lejana luz es claridad que recae sobre las circunstancias inmediatas y las ordena, las hace cobrar sentido” (María Zambrano[1]). “Lo próximo, el objeto que vemos en nuestra inmediatez, se nos presenta desde luego destacando sobre un fondo de otras cosas más distantes; esto es, sobre el fondo de un horizonte” (Ortega y Gasset[2]). El “más allá” al que cada cual aspiramos, la distancia que nos queda por recorrer, hace que sea diferente para cada uno este mundo que, a primera vista, parece que compartimos.

      “Demasiado primer plano hay en todos los hombres, ¡qué tienen que hacer allí los ojos que ven lejos, que buscan lejanías!” (Friedrich Nietzsche[3]). María Zambrano también advertía del peligro que conlleva la subordinación a los primeros planos: “El conocimiento de cualquier género de realidad que sea requiere su horizonte adecuado (…) Y cuando no lo hay, sucede que se vive, en lo que hace a esa realidad, como en sueños”[4]. De modo que “si este horizonte cayera destruido de repente nos encontraríamos que lo que estábamos mirando en este momento, por insignificante que fuese, se convertiría en algo terrible, en algo que no nos permitiría ni movernos; seríamos presa del terror de su presencia”[5]. Sin distancia que recorrer en ella, la realidad deviene pesadilla.

     Hemos acabado descubriendo la eternidad porque siempre nos queda, y nos quedará, algo por hacer. Deseamos una cosa porque anhelamos lo que hay después, porque lo que vamos consiguiendo nos pone en camino de lo que aún nos falta, porque lo que nos es más cercano nos está prometiendo algo que está más allá. “No hallarás los límites del alma –decía Heráclito, no importa la dirección que sigas, tan profunda es su razón”[6].



0-PORTADA-1: Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C. Tº 4, p. 243.

    PORTADA-2: María Zambrano: “Persona y democracia”, Madrid, Siruela, 1996, p. 62.

[1] María Zambrano: “Persona y democracia”, Madrid, Siruela, 1996, p. 44.

[2] Ortega y Gasset: “Una interpretación de la historia universal”. O. C., Tº 9, pp. 17-18.

[3] Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 260.

[5] María Zambrano: “Persona y democracia”, Madrid, Siruela, 1996, p. 78.

[6] VVAA.: “De Tales a Demócrito. Fragmentos presocráticos” Madrid, Alianza, 2001, Fragmento nº 67,


sábado, 20 de marzo de 2021

LA VERDAD: UN HECHO OBJETIVO Y SUBJETIVO A LA VEZ

 


“Casi siempre acontece lo mismo con las grandes ideas: las vemos a un tiempo fuera y dentro, como verdades y como deseos, como leyes del cosmos y confesiones del espíritu. Tal vez es imposible descubrir fuera una verdad que no esté preformada, como delirio magnífico, en nuestro fondo íntimo” (Ortega y Gasset[1]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Cualquier corte que hagamos en la historia nos presentará, en efecto, al hombre agarrado a su intelecto como a la raíz de sí mismo (…) Y la razón que se da para ello es siempre la misma (…) Los sentimientos, los amores y los odios, el querer o no querer, suponen el previo conocimiento del objeto. ¿Cómo amar lo ignoto? ¿Cómo desearlo? (…) Pues bien; yo me pregunto: ¿amamos lo que amamos porque lo hemos visto antes o en algún serio sentido cabe decir que vemos lo que vemos porque antes de verlo lo amábamos ya? (…) Para ver (…) es preciso fijarse. Pero fijarse es precisamente buscar el objeto de antemano, y es como un preverlo antes de verlo. A lo que parece, la visión supone una previsión (…) Es la atención. Sin un mínimum de atención no veríamos nada. Pero la atención no es otra cosa que una preferencia anticipada, preexistente en nosotros, por ciertos objetos. Llevad al mismo paisaje un cazador, un pintor y un labrador: los ojos de cada uno verán ingredientes distintos de la campiña; en rigor, tres paisajes diferentes (…) Todo ver es, pues, un mirar; todo oír, un escuchar y, en general, toda nuestra facultad de conocer es un foco luminoso, una linterna que alguien, puesto tras ella, dirige a uno y otro cuadrante del Universo, repartiendo sobre la inmensa y pasiva faz del cosmos aquí la luz y allá la sombra. No somos, pues, en última instancia, conocimiento, puesto que este depende de un sistema de preferencias que más profundo y anterior existe en nosotros” (Ortega y Gasset[2]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“No es la inteligencia sino la voluntad la que nos hace el mundo, y al viejo aforismo escolástico de nihil volitum quin praecognitum, nada se quiere sin haberlo antes conocido, hay que corregirlo con un nihil cognitum, quin praevolitum, nada se conoce sin haberlo antes querido” (Miguel de Unamuno(3)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“La experiencia irrenunciable se transmite únicamente al ser revivida, no aprendida” (María Zambrano[4])

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Para el hombre que quiera encontrar la verdad, su voluntad es decisiva; la verdad es cosa a querer, algo a lo que hay que entregar totalmente la vida, algo implacablemente, infatigablemente buscado” (María Zambrano[5]).



(0) Portada: Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, pág. 392

[1] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Tº VI, O. C., Tº 2, pág. 526.

[2] Ortega y Gasset: “Corazón y cabeza”, O. C. Tº 6, pp. 150 a 152.

[3] Miguel de Unamuno: “Vida de Don Quijote y Sancho”, Madrid, Alianza, 1987, p. 115.

[4] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Madrid, Alianza, 1987, p. 71.

[5] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Madrid, Alianza, 1987, p. 170.


jueves, 18 de marzo de 2021

ALGUNOS INCONVENIENTES QUE PUDIERA TENER LA VIDA ETERNA

 ¿NO NOS ABURRIREMOS?


     “El mundo es profundo (…) / Profundo es su dolor / El placer es más profundo aún que el sufrimiento / El dolor dice: ¡Pasa! / Mas todo placer quiere eternidad / ¡Quiere profunda, profunda eternidad!” (Friedrich Nietzsche(1)).

●●●●●●●●●●●●●●●●

     Si existe la otra vida, Miguel de Unamuno habrá encontrado alivio a sus tormentos, los que le hacían decir: “No quiero morirme, no, no quiero ni quiero quererlo; quiero vivir siempre, siempre, siempre”(2). Porque es que estaba convencido de que “lo que no es eterno tampoco es real”(3). Y al menos una parte de nosotros, no lo podemos negar, está con Unamuno.

     Pero hay que tener en cuenta también que vivir cansa mucho: “Esa falta de descanso llamada ‘vivir’ –decía Cioran (...) Nada es más propio de las criaturas que la fatiga[4], Y además: ¿qué se puede hacer durante toda una eternidad, aparte de tocar la lira sentados en la nube que nos asignen? El mismo Pascal, creyente de pro, admitía que “nada (es) tan insoportable para el hombre como estar en reposo total, sin pasiones, sin asuntos, sin diversiones, sin empleos. Entonces siente su nada, su abandono, su insuficiencia, su dependencia, su impotencia, su vacío. Al instante extraerá del fondo de su alma el tedio, la negrura, la tristeza, el pesar, el despecho, la desesperación”(5). Cioran abunda en la idea: “El único argumento contra la inmortalidad es el aburrimiento. De ahí proceden, de hecho, todas nuestras negaciones”(6). Para estar aburriéndonos para siempre en la nube… mejor morir del todo; Séneca nos expone bastante convincentemente esta alternativa: “La muerte es la libertad, el término de todas nuestras penas; no traspasarán sus umbrales nuestras desgracias, ella es la que nos devuelve a aquella tranquilidad de que gozamos antes de nacer (...) A ella se debe (...) que no sea un suplicio el nacimiento (...) Contra las injurias de la vida tengo el beneficio de la muerte”(7).

     En resumidas cuentas, que si esto de aquí tiene continuación más allá, esperemos que Dios nos tenga preparado un plan de sobrevida atractivo que nos permita superar todos estos recelos. Mientras tanto, nos quedaremos con Miguel Hernández, que decía: “… estoy queriendo la vida / y deseando la muerte”. Y, cómo no, con Ortega: “El hombre no tiene más remedio que aprender a (…) sentirse a la par mudable y eterno”(8).



(0) PORTADA: Ortega y Gasset: “Incitaciones”, en “El Espectador”, Vol 3, O. C. Tº 2, pp. 231-232.

[1] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 313.

[2] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 41.

[3] Miguel de Unamuno: “Del sentimiento trágico de la vida”, Madrid, Espasa Calpe, 1967, p. 37.

[4] E. M. Cioran: “El ocaso del pensamiento”, Barcelona, Tusquets, 2000, p. 189.

[5] Blaise Pascal: “Pensamientos”, Tº 1, El Aleph.com, 2001, Sección 1, 131, p. 133.

[6] E. M. Cioran: “De lágrimas y de santos”, Barcelona, Tusquets, 1994, p. 89.

[7] Séneca: “Consolación a Marcia”, Capítulos  XIX-XX, pp. 61-62. “Páginas escogidas de Séneca”, en María Zambrano: “El pensamiento vivo de Séneca”.

[8] Ortega y Gasset: “El Espectador”, Vol. VIII, O. C. Tº 2, pág. 728.


martes, 16 de marzo de 2021

LO DIFÍCIL QUE SE HA PUESTO SABER QUIÉN SOY YO

 A PESAR DE QUE TENER UNA RESPUESTA SUFICIENTE A LA PREGUNTA DE ¿QUIÉN SOY YO? ES IMPRESCINDIBLE PARA MANTENER UN MÍNIMO DE HIGIENE MENTAL, LA POSMODERNIDAD Y QUIENES LA ANUNCIARON SE EMPEÑAN EN FRAGMENTAR O DISOLVER NUESTRO SENTIDO DE LA IDENTIDAD.


“En sentido primordial y el más rigoroso el hombre es sólo su «yo». (…) Nuestro yo es en cada instante lo que sentimos «tener que ser» en el siguiente y tras éste en una perspectiva temporal más o menos larga. No es, por tanto, el yo ni una cosa material ni una cosa espiritual: no es cosa ninguna, sino una tarea, un proyecto de existencia” (Ortega y Gasset[1]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

YA DESDE LA FILOSOFÍA NO RESULTA SER UN ASUNTO TAN FÁCIL DE RESOLVER:

“¿Quién soy yo? Porque yo no soy mi cuerpo ni mi alma. Cuerpo y alma son cosas mías, cosas que me pasan a mí; los más próximos y permanentes acontecimientos de mi vida, pero no son yo. Yo tengo que vivir en este cuerpo enfermo o sano que me ha tocado en suerte y con esta alma dotada de voluntad, pero acaso deficiente de inteligencia o de memoria (…) Y si yo no soy mi alma ni mi cuerpo, ¿quién es el alguien, quién es el mismo a quien acontece la sarta de sucesos que integran mi vida?” (Ortega y Gasset[2]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

PERO ES QUE LOS ADALIDES DE LA POST-CULTURA HAN DECIDIDO, ENCIMA, QUE EL “YO” NO EXISTE:

“Me he forzado a contradecirme para evitar ajustarme a mis propios gustos” (Marcel Duchamp[3]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo” (Michel Foucault[4]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Quizás hoy en día el objetivo no es descubrir lo que somos, sino rechazarlo” (Michel Foucault[5]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Déjate llevar, los acontecimientos no toleran que los difieras. Careces de nombre. Todo es de una facilidad preciosa” (André Breton[6]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

ASIMISMO, EL MODO DE VIDA ACTUAL FAVORECE LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD:

“En los USA, desde la Segunda Guerra Mundial, un individuo de cada cinco, cada año, cambia de lugar de residencia” (Gilles Lipovetsky[7]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

“Al igual que el espacio público se vacía emocionalmente por exceso de informaciones, de reclamos y animaciones, el Yo pierde sus referencias, su unidad, por exceso de atención: el Yo se ha convertido en un «conjunto impreciso». En todas partes se produce la desaparición de la realidad rígida, es la desubstancialización (…) lo que dirige la posmodernidad” (Gilles Lipovetsky[8]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

TODO LO CUAL HA EMPUJADO A LAS PERSONAS A BUSCAR FUENTES DE IDENTIDAD EN LA DISOLUCIÓN EN LA MASA…

“Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo —en bien o en mal— por razones especiales, sino que se siente «como todo el mundo» y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás” (Ortega y Gasset[9]).

●●●●●●●●●●●●●●●●

…O BUSCANDO DESESPERADA Y ERRÁTICAMENTE FUENTES DE IDENTIDAD A LAS QUE AFERRARSE:

“Neofeminismo, liberación de costumbres y sexualidades, reivindicaciones de las minorías regionales y lingüísticas, tecnologías psicológicas, deseo de expresión y de expansión del yo, movimientos «alternativos», por todas partes asistimos a la búsqueda de la propia identidad, y no ya de la universalidad que motiva las acciones sociales e individuales” (Gilles Lipovetsky[10]).



[1] Ortega y Gasset: “Goya”, O. C. Tº 7, p. 549.

[2] Ortega y Gasset: “En el centenario de Hegel”, O. C. Tº 5, p. 414.

[3] Fuente: https://citas.in/autores/marcel-duchamp/

[4] https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-de-michel-foucault

[5] https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-de-michel-foucault

[6] André Breton: “Primer Manifiesto del surrealismo”, en “Manifiestos del surrealismo”, Madrid, Visor, 2002, p. 23.

[7] Gilles Lipovetsky: “La era del vacío”, Barcelona, Compactos Anagrama, 2003, p. 40.

[9] Ortega y Gasset: “La rebelión de las masas”, O. C. Tº 4, p. 146.

[10] Gilles Lipovetsky: “La era del vacío”, Barcelona, Compactos Anagrama, p. 8.