lunes, 6 de mayo de 2024

NI CONTIGO NI SIN TI TIENEN MIS MALES REMEDIO. Contigo porque me matas y sin ti porque me muero

 

   Consciente de mis límites, creí de nuevo haber llegado a las raíces del tiempo. Suficientemente tonificado por la inmersión en mis rutinas, me disponía ya a olvidar todo lo que alguna vez eché de menos. Mis pensamientos yacían ordenados después de despojarlos de todos sus aditamentos de irrealidad.

   Me habría quedado allí si no hubiera sido por aquel desagradable acceso de aburrimiento y tristeza que me sobrevino.

   Así que aquella misma mañana salí de nuevo de aventura, en busca de otros paisajes interiores. Dejé en suspenso todo menos el tiempo, que una vez más volvió a fluir por los cauces desecados de mi imaginación. Y esparcí las semillas de mi entusiasmo por los campos abonados de todo lo que me quedaba por descubrir.

   Habría seguido así si no hubiera sido porque una intensa desazón me hizo darme cuenta de que me había alejado de todos los lugares a los que merecía la pena regresar.

    Así que...

   Consciente de mis límites, creí de nuevo haber llegado a las raíces del tiempo...

viernes, 3 de mayo de 2024

EL SENTIMIENTO DE VACÍO: apuntes para su historia

La vida es absurda, como ya constataron los existencialistas. Pero el hombre no está hecho para vivir una vida absurda; todo lo contrario: sólo es capaz de hacerlo en una vida que tenga sentido. Así que a lo largo de toda su historia se ha dedicado a procurarse recursos con los que oponerse al absurdo y al caos. Primero fue el pensamiento mítico, que, a través de ceremonias de reparación, le permitía volver a la pureza del tiempo original. Con los antiguos griegos apareció un nuevo instrumento: la razón, y para cuando ésta fallara, ya los judíos habían echado mano de un recurso suplementario: la fe. Pero hasta los tiempos del Renacimiento, aquella razón era abstracta y esta fe remitía a una vida ultramundana, así que tales recursos se mostraron insuficientes para encontrar un sentido a la vida concreta de cada cual y que se refiriera a esta vida que vivimos. A las alturas del posmodernismo nihilista no han sobrevivido ni la razón, la razón pura, ni la fe. Pero esos recursos habrán de encontrar la manera de traducirse en una razón vital y en una fe que empuje a la tarea de construir un sentido para esta vida y para este mundo.

martes, 30 de abril de 2024

PASADO, PRESENTE Y FUTURO A LA VEZ

“Es vida esa paradójica realidad que consiste en decidir lo que vamos a ser —por tanto, en ser lo que aún no somos, en empezar por ser futuro. Al contrario que el ser cósmico, el viviente comienza por lo de luego, por después. «Nuestra vida» está alojada, anclada en el instante presente. Pero ¿qué es mi vida en este instante? No es decir lo que estoy diciendo; lo que vivo en este instante no es mover los labios; eso es mecánico, está fuera de mi vida, pertenece al ser cósmico. Es, por el contrario, estar yo pensando lo que voy a decir; en este instante me estoy anticipando, me proyecto en un futuro. Pero para decirlo necesito emplear ciertos medios —palabras— y esto me lo proporciona mi pasado. Mi futuro, pues, hace descubrir mi pasado para realizarse. El pasado es ahora real porque lo revivo, y cuando encuentro en mi pasado los medios para realizar mi futuro es cuando descubro mi presente” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, pp. 432-433

sábado, 27 de abril de 2024

EL RENACIMIENTO: LA GRAN REVOLUCIÓN QUE SUPUSO


 

Es de suma importancia conocer el significado del Renacimiento, porque de él surgieron los caracteres que hicieron que Occidente superara ya definitivamente a las demás civilizaciones con las que por entonces coexistía y hoy sigue coexistiendo. El factor principal que puso en marcha la revolución renacentista fue que hizo eclosión el sentimiento de libertad: los individuos dejaron de sentirse encajados en moldes preestablecidos que decidían por ellos lo que iba a ser su vida, y empezaron a hacerse dueños de su destino. Ninguna otra civilización ha llegado tan lejos en este sentido. Con esa libertad y con esa irrupción del individuo en la historia dejaron de estar vigentes las verdades preestablecidas y se promovió la experiencia como recurso alternativo para comprender la realidad. Sin embargo, la libertad llevaba consigo un complemente paradójico y no deseable: la pérdida de referencias y la paulatina desaparición de las fuentes de identidad. Y eso ha traído consigo también un enorme incremento de la angustia y el desasosiego en las almas, que ha alcanzado en nuestro tiempo su grado más alto.

miércoles, 24 de abril de 2024

CÓMO DOMESTICAR A NUESTRO SALVAJE INTERIOR

“Lo superior, para realizarse en la historia, tiene que esperar a que lo inferior le ofrezca holgura y ocasión. Es decir, que lo inferior es el encargado de realizar lo superior —le presta su fuerza ciega pero incomparable. Por esto la razón no debe ser orgullosa y debe atender, cuidar las potencias irracionales. La idea no puede luchar frente a frente con el instinto; tiene, poco a poco, insinuándose, que domesticarlo, conquistarlo, encantarlo, no como Hércules, con los puños —que no tiene—, sino con una irreal música, como Orfeo seducía a las fieras. La idea es... femenina y usa la táctica inmortal de la feminidad, que no busca imponerse por derechura, como el hombre, sino pasivamente, atmosféricamente. La mujer actúa con un dulce y aparente no actuar, soportando, cediendo; como Hebbel decía: «En ella el hacer es padecer». Así, la idea. Los griegos sufrieron radicalmente el error de creer que la idea, de puro ser clara y sólo por serlo, se imponía, se realizaba, que el Logos, que el verbo por sí mismo y sin más se hacía carne. Fuera de la religión, esto es una creencia mágica, y la realidad histórica —por desgracia, por ventura— no es magia” (Ortega y Gasset[1])


[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, pp. 346-347.