domingo, 21 de septiembre de 2025

¿EXISTE LA VERDAD O CADA CUAL TIENE LA SUYA?

Nietzsche dice que no existe la verdad, que lo que hacemos es investir lo que parece ser verdad, realidad, con atributos que sólo están en nuestra mente: “No hay hechos, solo interpretaciones” (1), dice. De esa forma, cuando afirmamos que el calor expande los metales, estaríamos añadiendo una relación causal al fenómeno “calor” (causa) con el fenómeno “expansión de los metales” (efecto) que sólo existe en nuestra mente… ¡Pues no es verdad! (nunca mejor dicho). Esa relación causal la aportará nuestra mente, ¡pero está ahí afuera, en el calor y en los metales! La realidad, los hechos, existen e imponen límites y exigencias a nuestra interpretación. Así que acierta Ortega al decir: “Casi siempre acontece lo mismo con las grandes ideas: las vemos a un tiempo fuera y dentro, como verdades y como deseos, como leyes del cosmos y confesiones del espíritu. Tal vez es imposible descubrir fuera una verdad que no esté preformada, como delirio magnífico, en nuestro fondo íntimo”(2). En suma: descubrimos lo que hay fuera gracias a las prefiguraciones que guardamos dentro. Pero no solo existe el dentro: también existen las cosas, la realidad. Por eso recomendaba Ortega: “Salvémonos en las cosas[3].



[1] Friedrich Nietzsche: “Fragmentos póstumos”, Vol. 4, Madrid, Tecnos, 2008, p. 222.

[2] Ortega y Gasset: “La interpretación bélica de la historia, en “El Espectador”, Vol. VI, O. C. Tº 2, pág. 526.

[3] Ortega y Gasset: “Unamuno y Europa. Fábula”, O. C. Tº 1, 131

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