miércoles, 8 de enero de 2025

HAY UNA FUERZA DETRÁS DE LA CREACIÓN

 

Etimológicamente, la palabra emoción deriva del latín “emotio”, que significa “movimiento”, “impulso”. Parece que ya desde la misma etimología se nos va indicando que lo emocional forma una capa más profunda y primordial que el pensamiento, y que desde esa base empuja hasta que éste acaba apareciendo. Pero parece que debamos pensar “en un principio” anterior tanto a la emoción como a los procesos cognitivos. Ortega apunta, en los seres vivos, a la “vitalidad”, a la fuerza vital. Y, de alguna manera, parece que no solo en los seres vivos, puesto que dice: “Porque hay en cada cosa una aspiración a ser más que materia, a ser lo que los físicos llaman fuerza viva”(1). Algo empuja a la Creación o, mejor dicho, eso que empuja es el origen mismo de la Creación, es la fuerza creadora, la “fuerza vital”. Esa fuerza vital no ha sido ciega: en el hombre ha acabado desembocando en el pensamiento y en la razón. En conclusión: es una fuerza que empuja hacia una finalidad, que tiene sentido.
 



[1] Ortega y Gasset: “La estética de ‘El enano Gregorio el Botero’”, O. C. Tº 1, pág. 540.

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