martes, 12 de noviembre de 2024

LA IMPORTANCIA DE TENER ALGO PENDIENTE QUE HACER

“Hay una fijeza absoluta alrededor de mí. Todavía tengo menos movilidad respecto del porvenir que en el presente y en el pasado. Hay en mí una especie de rutina que no permite encarar el porvenir. El poder creador está suprimido en mí. Veo el porvenir como repetición del pasado” (Paciente esquizofrénico de Eugène Minkowski[1])

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“Los que conocen la estrecha relación que existe entre el estado de ánimo de una persona —su valor y sus esperanzas, o la falta de ambos— y la capacidad de su cuerpo para conservarse inmune, saben también que si repentinamente pierde la esperanza y el valor, ello puede ocasionarle la muerte” (Viktor E. Frankl(2))



[1] Eugène Minkowski: “La esquizofrenia”, Buenos Aires, Paidós, 1980, p. 69.

[2] Viktor E. Frankl: “El hombre en busca de sentido”, Barcelona, Herder, 1979, p. 77.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Introducción a "EL HOMBRE Y LA GENTE", de Ortega y Gasset

La sociedad no es una simple asociación de individuos que pacten hacer su vida en común, como proponía Rousseau. Ortega muestra cómo el individuo como ser responsable de sus actos es algo que aparece con posterioridad a la existencia de la sociedad. El “nosotros” incluso aparece antes que el “tú”, y el “tú” lo hace antes que el “yo”. Para empezar, el individuo es una entidad disuelta en su colectividad, y es ésta, a través de los usos sociales la que dirige su comportamiento. Por el contrario, la vida humana propiamente dicha, la que surge de decisiones meditadas y responsables es una vida que se forja en soledad, en el ensimismamiento que obliga a cuestionarse los comportamientos mecánicos que, como ocurre en el saludo, se realizan no porque entendamos su razón de ser, sino porque es lo que “se” hace, lo que hace “la gente”, y porque detrás de esos comportamientos hay una coacción social que empuja a realizarlos.

martes, 5 de noviembre de 2024

EL ESTADO ACTUAL DE LAS ALMAS

“Pertenezco a una generación que heredó el descreimiento en la fe cristiana y que creó en sí un descreimiento en todas las demás fes (…) Quedamos, pues, entregados cada uno a sí mismo, en la desolación de sentirse vivir. Un barco puede ser un objeto cuyo fin es navegar; pero su fin no es navegar, sino llegar a puerto. Nosotros nos hallamos navegando, sin la idea del puerto al que deberíamos acogernos. Reproducimos así, en su forma dolorosa, la fórmula aventurera de los argonautas: navegar es preciso, vivir no.

“Sin ilusiones vivimos apenas del sueño, que es la ilusión de quien no puede tener ilusiones. Viviendo de nosotros mismos, nos disminuimos (…) Sin fe, no tenemos esperanza, y sin esperanza no tenemos propiamente vida. No teniendo una idea del futuro, no tenemos tampoco una idea del hoy, porque el hoy, para el hombre de acción, no es sino un prólogo del futuro. La energía para luchar nació muerta en nosotros, porque hemos nacido sin el entusiasmo de la lucha” (Fernando Pessoa[1]).


[1] Fernando Pessoa: “El libro del desasosiego”, Barcelona, El Acantilado, 2002, pp. 322-323.

sábado, 2 de noviembre de 2024

APORTAR SENTIDO A LO QUE NOS ES DADO COMO ABSURDO es lo que define al ser humano, según ORTEGA


 Nos ha costado milenios aterrizar en la realidad. Así lo dice Carl Gustav Jung: “La proyección (del mundo interior sobre los fenómenos de la naturaleza) es tan completa que han sido necesarios varios milenios de civilización para separarla, si quiera en cierta medida, del objeto exterior”. Hasta entonces hemos vivido como los niños y como el hombre primitivo, con una interpretación animista de la realidad, según la cual lo que ocurre en el mundo es prolongación de nuestros deseos, nuestros temores y nuestros prejuicios. Desde el Renacimiento el hombre empezó a confrontarse con la realidad desnuda, y ello ha repercutido positivamente en una descomunal ampliación de nuestro conocimiento del mundo real. Pero de la mano de ese descubrimiento ha acabado llegando la era del nihilismo, y una vez alcanzada la cima, corremos los hombres peligro de desaparecer.