sábado, 4 de febrero de 2023

EL HOMBRE: UN SER INSATISFECHO-Las dos consecuencias contrapuestas de su inadaptabilidad


 

En la metáfora encontró el hombre, desde tiempos muy remotos, la posibilidad de dar cauce a las dos vertientes a las que da su esencial inadaptación a la realidad: una, la que conduce hacia la mera evasión o elusión de lo real, recurriendo primero al tabú a través de lo que hoy llamaríamos eufemismo; y otra, la que empuja a enriquecer la realidad a través de los recursos que proporciona la imaginación. Esos dos impulsos, uno podríamos decir que iconoclasta y otro amplificador de lo real, se han ido sucediendo a lo largo de la historia compensando sucesivamente las exageraciones en las que acababa cayendo el impulso precedente. Y así, El Renacimiento vino a corregir la excesiva altura, complicación y adhesión a lo ultramundano que habían adquirido los valores estéticos y morales en la Edad Media, adelgazando la realidad de aquellos ideales y valores que tanto se habían elevado. Pero tanto se ha adelgazado la realidad de valores e ideales que hoy hemos llegado a un callejón sin salida. Ortega anuncia que está gestándose un cambio de perspectiva del mismo calibre, pero en cierto sentido opuesto, que el que supuso el Renacimiento.

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