sábado, 18 de febrero de 2023

LA DIFERENCIA ENTRE EL NECIO Y EL INTELIGENTE

 

“El inteligente no está nunca seguro de serlo, ni de poder contar con esa inteligencia que impropiamente se dice suya (…) La idea feliz aparece de súbito en la cavidad de nuestra mente, como el pájaro despavorido se entra en primavera por nuestra ventana. Por eso, el hombre inteligente, lejos de sentir seguridad en sus ocurrencias, se ve siempre rodeado por la amenaza innumerable de las asneiras o tonterías que se le pueden ocurrir, y esto –precisamente esto– el sentirse en perpetuo peligro de ser estúpido es lo inteligente en el inteligente, lo que le hace vivir en ese incesante y agudo alerta que le permite evitar las necedades, sortearlas, de suerte que avanza entre las probables asneiras, como el ciclista de circo corre en su bicicleta sorteando las garrafas para evitar derribarlas. El parvo o necio, en cambio, es el hombre seguro de sí, que no prevé su eventual estolidez y por lo mismo se sumerge a fondo y sin reservas en el océano de las necedades. Lo cual llevaba a Anatolio France a decir, con no escasa motivación, que él temía mucho más al necio que al malvado, porque el malvado, al fin y al cabo, algunas veces descansa, el necio jamás” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, p. 243.

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