martes, 22 de abril de 2025

LA META DE LA VIDA: ENTRE EL MÁS ALLÁ Y LO MÁS CERCANO

Si la vida es el trayecto que discurre entre lo peor y lo mejor, la única garantía a nuestro alcance de que sigamos existiendo resulta del hecho de que, discurriendo de acontecimiento en acontecimiento, mantengamos nuestra meta perpetuamente situada en la lejanía. Que siempre quede, pues, algo que mejorar

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Al hacernos semejantes a Él, Dios nos hizo rebeldes a toda forma, inadaptables, propensos al arrebato que nos empuja a identificarnos con lo que no existe, con lo que aún está por descubrir. Los objetos del mundo llegaron después para convertirse en obstáculos que amortiguaran nuestra desenfrenada ansia de más allá, para que aceptáramos supeditar la creación a alguna clase de forma, para hacernos, como en el amor, capaces de adaptarnos a lo que nos decepciona.

2 comentarios:

  1. Una cita del padre Conrad de Meester de su libro "Las manos vacías":

    " El amor creciente por el que Dios se comunica, infunde siempre y cada vez mejor y más profundamente la conciencia de que puede y debe ser amado más y más. Es éste un movimiento perpetuo, nunca acabado, un éxodo sin fin, una peregrinación nunca terminada
    del hombre a Dios. En la medida en que un amor más grande se nos queda en irrealizable, la santidad, por el momento, no se nos da más que a la manera de un ideal".

    En verdad que Dios se ha querido revelar de forma especial en esa religión del amor que es el cristianismo. No sé si usted haya dado el paso hacia la fe pero creo que debería hacerlo muy pronto. ¡Cuánto se muestra la verdad en estas publicaciones!

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  2. Hola Gridlock. Respecto de esto último que comentas, te diré que, después de varios vaivenes y desconciertos a lo largo de mi vida, finalmente creo que me puedo considerar creyente, aunque me cuesta adscribirme estrictamente al cristianismo (¡ya me gustaría tener un anclaje de seguridad así!), un poco porque por carácter prefiero no sujetarme demasiado a dogmas, y otro poco porque hay temas concretos de la doctrina con los que no comulgo. Y respecto de la otra parte de tu comentario, estamos de acuerdo, aunque yo no dejaría de resaltar la paradoja que significa que haya zonas de la vida en las que uno siente que ha de afirmarse y decidir que se planta en ellas. Muchas gracias por tu comentario, y un saludo cordial.

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