jueves, 26 de diciembre de 2024

LA META ANTECEDE AL CAMINO

 

Goethe le hizo decir a Fausto: “En el principio era la acción”. Ortega y Gasset corrigió ese planteamiento del “Fausto” y dijo: “Sin ideas, bien entendido, el hombre no podría vivir. Cuando Goethe dijo «En el principio era la acción», decía una frase poco meditada porque evidentemente una acción no es posible sin que antes exista el proyecto, el bosquejo de esta acción. Y este proyecto para la acción es precisamente la previa idea”[1].

El hombre, pues, necesita un motivo para levantarse cada mañana y entrar en acción. Ahora bien: ¿no está hecho el hombre a imagen y semejanza del Universo? ¿No habrá necesitado también el Universo un motivo, una finalidad, un sentido para haberse puesto en marcha?



[1] Ortega y Gasset: “Pasado y porvenir para el hombre actual”, O. C. Tº 9, p. 721.

Qué pasa cuando desatendemos a nuestra parte creadora de mitos

¿Es la Navidad un simple festejo o un mito que refleja nuestras necesidades más profundas? En este vídeo exploramos cómo el relato navideño, como los relatos míticos en general, trascienden la realidad tangible, la que tiene su fundamento en las constataciones de nuestro sentido de la realidad externa, y actúa como un puente hacia nuestras aspiraciones y esperanzas, es decir, hacia nuestra vida interior. Analizaremos, de la mano, fundamentalmente, de Ortega y Gasset, María Zambrano, e implícitamente de la de Jung, la necesidad de atender a esas emisiones de nuestra vida interior, más allá de lo que los márgenes de la realidad externa estén dispuestos a admitir; y correlativamente aludiremos a los peligros que supone desatender a esa parte de nuestra intimidad. Una reflexión, pues, que conecta las leyendas ancestrales con los desafíos psicológicos de nuestro tiempo.

LOS GRANDES FILÓSOFOS Y LO PARANORMAL

Sueños premonitorios, visiones de fantasmas, telepatía… A lo largo del tiempo, estos eventos han sido desestimados por muchos como meras fantasías. Sin embargo, grandes mentes filosóficas como Kant, Schopenhauer o Henri Bergson los han explorado seriamente, considerándolos ventanas hacia una realidad más profunda en la que quedan sobrepasadas las barreras del tiempo, el espacio y la lógica. Hoy vamos a adentrarnos en sus ideas y a descubrir qué nos dicen estos pensadores sobre lo paranormal y su conexión con la naturaleza de la realidad y la mente humana. Una inmersión, en fin, en la frontera entre la razón y lo inexplicable.

martes, 10 de diciembre de 2024

¿DISCURRIMOS HACIA EL CAOS O HACIA EL ORDEN?

Podríamos entender que la enfermedad es resultado del segundo principio de la termodinámica, por tanto, de la tendencia que a todo empuja en la dirección de regresar al caos primigenio, a la entropía. La dislocación de lo unitario, es decir, la destrucción del orden, del sentido, podría entenderse, efectivamente, que es lo que constituye la enfermedad. La enfermedad es, según esto, un hito en el trayecto hacia la entropía, y señala la dirección hacia la que va el universo.

Pero hay otra perspectiva posible: porque cuando el cuerpo reacciona a través de sus leucocitos a la invasión de gérmenes y los destruye formando el pus, o cuando el organismo sube su temperatura para matar esos gérmenes, entendemos que aquellas inflamaciones o esta fiebre son, sin duda, “enfermedad”, pero, al contrario que en la acepción de enfermedad como descomposición y propensión hacia el caos, son reacciones a favor de la salud por parte del organismo. La vida, habría que deducir de esto, es un fenómeno antientrópico.

●●●●●●●●●

“¿Seremos capaces de vencer algún día el segundo principio de la termodinámica?” (Ilya Prigogine, Premio Nobel de Química en 1970[1])



[1] Ilya Prigogine: “Las leyes del caos”, Barcelona, Crítica, 1997.

sábado, 7 de diciembre de 2024

TODO EMPEZÓ CON LA REVOLUCIÓN FRANCESA

 


“La Revolución Francesa (…) fue menos una revolución política que una revolución espiritual, un estallido general del material explosivo que había acumulado la Ilustración francesa. La primera destitución oficial del cristianismo gracias a una revolución debió de impresionar poderosamente al pagano inconsciente que hay en nosotros, ya que desde entonces no ha vuelto a hallar descanso (…) Puede que el caos espiritual fuese entonces menor que hoy” (Carl Gustav Jung[1]).

●●●●●●●●●

“La Europa de las revoluciones, durante el largo camino que conduce desde la Revolución francesa de 1789 a la Revolución rusa de 1917, podría ser explicada muy sumariamente como efecto de ese proceso, una de cuyas derivaciones es el odio que a partir de entonces enfrenta a los distintos estamentos sociales, una vez cuestionados los vínculos que garantizaban su articulación jerárquica” (Ignacia Echevarría[2]).

●●●●●●●●●

“La Revolución Francesa fue la gran jornada del gran resentimiento” (Ortega y Gasset(3)).



[1] Carl Gustav Jung: “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10-“Sobre lo inconsciente”, Madrid, Trotta, 2001, pp. 15-16

[2] Ignacio Echevarría: “El odio, una pasión moderna”, en la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 85.

[3] Ortega y Gasset: “Del Imperio romano”, O. C. Tº 6, p. 77.