Cada cosa, no es algo “en sí”, algo sustancial cuyo ser,
como decía Aristóteles, no necesite de nada más, puesto que existe por sí
mismo. En realidad, lo que llegamos a percibir que las cosas sean es lo que son
en relación a nosotros: una silla no es algo “en sí”, sino que lo que es lo es
en relación a nosotros: es algo que nos sirve para sentarnos. El arte moderno
ha pretendido observar lo que las cosas sean al margen de esa investidura que
nosotros hacemos sobre ellas, los conceptos con los que construimos el mundo
con el que nos relacionamos. Picasso decía: “Ojalá pudiéramos quitarnos el
cerebro y usar solamente nuestros ojos”. De esa manera, el arte ha
escogido un camino autodestructivo, porque su genuina función es la de ir
añadiendo a las cosas, por medio de la imaginación, lo que a esas cosas les
falta para ser.
La filosofía, la historia, la psicología, el arte, la antropología, la actualidad... de la mano, sobre todo, de Ortega y Gasset, el pensador más importante de todos los tiempos en lengua española
domingo, 22 de septiembre de 2024
EL ARTE Y LA LITERATURA MODERNOS han escogido un camino AUTODESTRUCTIVO: lo argumentamos
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