miércoles, 26 de junio de 2024

LA ALTERACIÓN NOS ACERCA A NUESTRO SER ANIMAL

 

“Casi todo el mundo está alterado, y en la alteración el hombre pierde su atributo más esencial: la posibilidad de meditar, de recogerse dentro de sí mismo para ponerse consigo mismo de acuerdo y precisarse qué es lo que cree; lo que de verdad estima y lo que de verdad detesta. La alteración le obnubila, le ciega, le obliga a actuar mecánicamente en un frenético sonambulismo (…) La bestia vive en perpetuo miedo del mundo, y a la vez, en perpetuo apetito de las cosas que en él hay y que en él aparecen, un apetito indomable que se dispara también sin freno ni inhibición posibles, lo mismo que el pavor. En uno y otro caso son los objetos y acaecimientos del contorno quienes gobiernan la vida, del animal (…) Nuestro vocablo ‘otro’ no es sino el latino ‘alter’. El animal vive siempre alterado” (Ortega y Gasset[1])



[1] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, Alianza, p. 83

domingo, 23 de junio de 2024

EN QUÉ CONSISTE LA POSESIÓN DIABÓLICA

 


“En un caso de conflicto, de depresión, de apasionamiento siempre estamos prontos a dejar de ser inteligentes” (Ortega y Gasset[1])

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“Las pasiones, los apetitos, los intereses gritan de ordinario con más fuerza que la vocación y oscurecen su voz” (Ortega y Gasset[2])

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 “El pueblo primitivo, indo-europeo creía que las pasiones, como las enfermedades, son fuerzas cósmicas que están fuera, en el espacio, y de cuando en cuando nos invaden” (Ortega y Gasset[3])



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, p. 346.

[2] Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”. O. C. Tomo 5, Alianza, Madrid, 1983, p. 138.

[3] Ortega y Gasset: “El hombre y la gente”, O. C. Tº 7, pp. 234-235.

LA TENTACIÓN DE NO SER UNO MISMO

 “El retroceso compensatorio hacia el hombre colectivo amenaza con sofocar al individuo, sobre cuya responsabilidad descansa al fin y al cabo toda obra humana. La masa como tal siempre es anónima e irresponsable” (Carl Gustav Jung[1])

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 “Cuanto más pequeña sea la personalidad, tanto más indefinida e inconsciente se torna, hasta confundirse con la sociedad, perdiendo su propio carácter, que se disuelve dentro de la totalidad del grupo. La voz interior es reemplazada entonces por la voz de la sociedad y de sus conveniencias y el destino es sustituido por las necesidades colectivas” (Carl Gustav Jung[2])

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“Cuando creemos no preocuparnos en nuestra vida, en cada instante de ella la dejamos flotar a la deriva, como una boya sin amarras, que va y viene empujada por las corrientes sociales. Y esto es lo que hace el hombre medio y la mujer mediocre, es decir, la inmensa mayoría de las criaturas humanas. Para ellas vivir es entregarse a lo unánime, dejar que las costumbres, los prejuicios, los usos, los tópicos se instalen en su interior, los hagan vivir a ellos y tomen sobre sí la tarea de hacerlos vivir. Son ánimos débiles que (…) se preocupan, precisamente para quitar de sus hombros el peso mismo que ellos son y arrojarlo sobre la colectividad; es decir, se preocupan de despreocuparse. Bajo la aparente indiferencia de la despreocupación late siempre un secreto pavor de tener que resolver por sí mismo, originariamente, los actos, las acciones, las emociones —un humilde afán de ser como los demás, de renunciar a la responsabilidad ante el propio destino, disolviéndolo entre la multitud; es el ideal eterno del débil: hacer lo que hace todo el mundo es su preocupación” (Ortega y Gasset[3])



[1] Carl Gustav Jung: “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001-OC 17 & 315

[2] Carl Gustav Jung: “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001-OC 17, & 302

[3] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. tº 7, Alianza, p. 438. 

domingo, 16 de junio de 2024

EN CONTRA DE LA LUCHA DEL HOMBRE CONTRA EL HOMBRE

 

“Nos limitamos los unos a los otros; nos distinguimos, nos diferenciamos, y, como advierte Stendhal, diferencia engendra odio; somos progenie del odio y de la enemistad. Homines ex natura hostes (Los hombres son enemigos por naturaleza). De aquí que la labor filosófica por excelencia sea buscar tras esas crueles diferencias y limitaciones una sustancia colectiva, homogénea e idéntica. El magno deber del sabio, historiador o moralista, es intentar la reconstrucción de la unidad fundamental, es ir adobando, tras de la variedad de los hombres, la unidad humana” (Ortega y Gasset[1])

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“La inconexión es el aniquilamiento. El odio que fabrica inconexión, que aísla y desliga, atomiza el orbe y pulveriza la individualidad” (Ortega y Gasset[2])

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“Acaso la gente busque (hoy) una alteridad radical, y la mejor forma de lograrla sea el odio, forma desesperada de producción de lo otro (…) La identidad hoy se encuentra en el rechazo” (Jean Baudrillard[3])



[1] Ortega y Gasset: “Personas, obras cosas”, O. C. Tº 1, p. 455.

[2] Ortega y Gasset: “Meditaciones del Quijote”, O. C. Tº 1, p. 313.

[3] Jean Baudrillard citado por Ignacio Echevarría en “El odio: una pasión moderna”, de la obra colectiva “El odio”, Barcelona, Tusquets, 2002, p. 96.

jueves, 13 de junio de 2024

FILOSOFAR ES BUSCAR LO QUE A TODO LE FALTA

“La filosofía no brota por razón de utilidad, pero tampoco por sinrazón de capricho. Es constitutivamente necesaria al intelecto. ¿Por qué? Su nota radical era buscar todo como tal todo, capturar el Universo, cazar el Unicornio. Mas ¿por qué ese afán? ¿Por qué no contentarnos con lo que sin filosofar hallamos en el mundo, con lo que ya es y está ahí patente ante nosotros? Por esta sencilla razón: todo lo que es y está ahí, cuanto nos es dado, presente, patente, es por su esencia mero trozo, pedazo, fragmento, muñón. Y no podemos verlo sin prever y echar de menos la porción que falta. En todo ser dado, en todo dato del mundo encontramos su esencial línea de fractura, su carácter de parte y sólo parte —vemos la herida de su mutilación ontológica, nos grita su dolor de amputado, su nostalgia del trozo que le falta para ser completo, su divino descontento. Hace doce años, hablando en Buenos Aires, definía yo el descontento «como un amar sin amado y un como dolor que sentimos en miembros que no tenemos». Es el echar de menos lo que no somos, el reconocernos incompletos y mancos” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “¿Qué es filosofía?”, O. C. Tº 7, pp. 330-331.

martes, 4 de junio de 2024

DE DÓNDE SALEN LAS GRANDES IDEAS

“Qué clase de filosofía se elige, depende de qué clase de hombre se es; pues un sistema filosófico no es como un ajuar muerto, que se puede dejar o tomar, según nos plazca, sino que está animado por el alma del hombre que lo tiene” (Johann Gottlieb Fichte[1])

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“La vida de un pintor es la gramática y el diccionario que nos permitiría, si la conociésemos, leer inequívocamente su obra” (Ortega y Gasset[2])

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“Un filósofo es el hombre en quien la intimidad se eleva a categoría racional; sus conflictos sentimentales, su encuentro con el mundo, se resuelve, se transforma en teoría. Es el hombre que logra cristalizar su angustia en el diamante puro, geométrico, transparente, el que resuelve sus pasiones ‘more geométrico’. La biografía de un filósofo es su sistema” (María Zambrano[3])

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Detrás de cada idea hay un instinto y las ideologías (políticas) no son sino construcciones racionales elaboradas a partir de sentimientos instintivos, primarios, irracionales” (Vilfredo Pareto[4])



[1] Johann Gottlieb Fichte: “Introducción a la teoría de la ciencia”, Madrid, Sarpe, 1984, p. 46.

[2] Ortega y Gasset: “Goya”-O. C. Tº 7, Madrid, Alianza, 1983, pág. 516.

[3] María Zambrano: “Hacia un saber sobre el alma”, Madrid, Alianza, 1987, pp. 159-160