jueves, 4 de diciembre de 2025

SÓLO EL DESTERRADO ACCEDE A SU “YO”

“El hombre «moderno» es solitario todo el tiempo, pues cada paso hacia una consciencia más elevada y amplia le aleja de la originaria participation mystique, puramente animal, del rebaño, ese estado de inmersión en una inconsciencia común. Cada paso adelante significa un desprendimiento esforzado de ese seno materno omniabarcante de la inconsciencia originaria, en la que permanece la gran parte de la masa del pueblo” (Carl Gustav Jung[1]).

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“Sólo el hombre en quien el alma se ha formado plenamente posee un centro aparte y suyo, desde el cual vive sin coincidir con el cosmos (…) El mundo mostrenco, igual para todos, se hace entonces «mi» mundo privado. Mas, por otra parte, cae el hombre prisionero de su alma (…) Quiéralo o no, tengo que ser yo, y sólo yo. Me siento desterrado del resto de las cosas y en una trágica secesión de la existencia unánime del Universo (…) El hombre que siente la delicia de ser él mismo, siente a la vez que con ello comete un pecado y recibe un castigo. Diríase que esa porción de realidad que es su alma, y que ha acotado irremediablemente para sí, la ha sustraído de modo fraudulento a la inmensa publicidad de natura y espíritu” (Ortega y Gasset[2]).



[1] Carl Gustav Jung: “El problema anímico del hombre moderno”, en “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, p. 72.

[2] Ortega y Gasset: “Vitalidad, alma, espíritu”, en “El Espoectador”, Vol. V, O. C. Tº 2 pp. 469-470.

 

domingo, 30 de noviembre de 2025

UN VALLE DE LÁGRIMAS... Y ALGO MÁS

 

“La vida es pena, continuado penar (…) (Pero) es evidente que, si la vida fuese solo eso, al llegar a ella la abandonaríamos (…) Si sigue el hombre en la vida, es que acepta ese defecto, desventura, infelicidad y absoluto riesgo que es. Y si lo acepta… ¡Ah!... Entonces convierte el defecto y la desventura en tarea entusiasta; es decir: en aventura y empresa. De tal suerte, que en mi doctrina de la vida transparece la unión indisoluble –nada contradictoria, sino al revés– la mutua necesidad de venir a síntesis las dos grandes verdades sobre la vida humana: la cristiana, para quien “vivir” es estar en un valle de lágrimas; y la pagana, que convierte ese valle de lágrimas en un stádion para el ejercicio deportivo” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, pp. 218-219.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

¿POR QUÉ TENEMOS MIEDO

“La vida es drama –el carácter de su realidad no es como el de esta mesa, cuyo ser consiste no más que en estar ahí, sino en tener que írsela cada cual haciendo por sí, instante tras instante, en perpetua tensión de angustias y alborozos, sin que nunca tenga la plena seguridad sobre sí misma” (Ortega y Gasset[1]).

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“Ninguna ‘prueba’ logrará calmar jamás a ese ‘niño que vive en nosotros’ y que tiene miedo, un miedo terrible, al sinsentido” (Jean Grondin[2]).

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 “La angustia no se tiene ante nada de lo que existe en el mundo, ninguna circunstancia en él puede determinarla (…) Entonces, ¿qué es lo que produce angustia? (…) La angustia la produce la nada, que viene de ninguna parte, que es ilocalizable, impalpable, sin consistencia. La nada no es, pues, ninguno de los objetos concretos del mundo exterior” (J. J. López Ibor[3]).



[1] Ortega y Gasset: “En torno a Galileo”. Obras Completas, Tomo 5, p.31

[2] Jean Grondin: “Del sentido de la vida. Un ensayo filosófico”, Barcelona, Herder, 2011, p. 145.

[3] J. J. López Ibor: “La angustia vital”, Madrid, Paz Montalvo, pp. 114-115.

 

viernes, 21 de noviembre de 2025

DEL RENACIMIENTO AL CAOS ACTUAL: una trayectoria que los entrelaza (Ockham, Fromm, Ortega y Koestler)



Occidente alcanzó su máximo esplendor en el mismo momento en que empezó a incubar su propia ruina, y a partir de las mismas variables. Este vídeo explora el momento histórico en que nació el individuo moderno —con Guillermo de Ockham y el Renacimiento—, cuando el ser humano se liberó de los viejos órdenes colectivos que lo tenían anquilosado para convertirse en dueño de su destino. Pero esa liberación trajo consigo un vacío: la pérdida del sentido de pertenencia, el desarraigo y la soledad del hombre moderno. Desde Ockham hasta Koestler, pasando por Pico della Mirandola, Ortega, Fromm y Cioran, analizamos cómo Occidente se elevó y se fracturó al mismo tiempo. ¿Es posible una nueva síntesis entre libertad individual y totalidad? El concepto de “holon”, de Arthur Koestler (los individuos somos seres libres… a la que vez que fragmentos de totalidades que nos trascienden), nos ofrece una clave para reconstruir el equilibrio perdido. 

domingo, 16 de noviembre de 2025

CÓMO CONVERTIR LOS DEFECTOS EN VIRTUDES

“La historia humana es obra del descontento, que es una especie de amor sin amado y un como dolor que sentimos en miembros que no tenemos. Esta emoción idealista, haciéndonos percibir que somos imperfectos, nos hace rodar en busca de lo que nos falta, y así vamos por la tierra y avanzamos por el tiempo y es nuestro corazón una proa siempre en ruta al más allá. Decía Madame Staél: «Todo lo que de grande y bello ha hecho el hombre lo ha hecho movido por el sentimiento doloroso de lo incompleto de su destino»” (Ortega y Gasset[1])

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“Cuando se ayuda a un hombre a librarse de sus complejos se le está privando de su fuente de ayuda más valiosa. Sólo puede ayudársele a percibirlos suficientemente y a hacer que surja en él un conflicto consciente. De ese modo el complejo se convierte en foco de la vida” (Carl G. Jung[2])

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“El hombre necesita para sus mejores cosas de lo peor que hay en él” (Friedrich Nietzsche[3])



[1] Ortega y Gasset: “Meditación del pueblo joven”, O. C. Tº 8, pp. 370-371.

[2] Carl G. Jung: “La lucha con la sombra”, en “Civilización en transición”, Obra Completa, vol. 10, Madrid, Trotta, 2001, p. 216

[3] Friedrich Nietzsche: “Así habló Zaratustra”, Madrid, Alianza, 1981, p. 301